Los expertos del FMI han reclamado al Gobierno español que fomente las diferencias de los aumentos salariales entre empresas y sectores. Es decir, que luche contra la introducción de criterios universales, como el coste de la vida o la inflación, para indexar las revisiones salariales como se ha hecho tradicionalmente en el país, sino que se utilicen otros parámetros, como la productividad.
En paralelo, le recomienda que mantenga la moderación de los salarios como elemento de mejora de la competitividad y que aproveche las bases de la reforma laboral de 2012 para luchar contra la dualidad laboral que ahora mismo se produce en España.
Entre otras propuestas, señala que el coste de los despidos debe basarse en la antigüedad para todos los empleados.
Pocos méritos europeos
Respecto a la zona euro, para la que pronostica un crecimiento del 1,5% este año y del 1,7% para el próximo, el FMI no hace un juicio demasiado elogioso. Considera que la mejora de la situación económica responde a motivos exógenos: la caída del precio del petróleo, la pérdida de valor del euro frente al dólar y la política de liquidez que impulsa el PCE.
Por eso subraya la débil demanda interna y los altos índices de paro como evidencias de los problemas de fondo de la economía de la zona. Aunque con prudencia, el organismo que dirige Christine Lagarde reclama una vez más a los países con escasa deuda o superávit que estimulen sus mercados internos.