Europa ha autorizado el inicio de las negociaciones con Grecia para establecer las condiciones definitivas del tercer rescate de su economía para tres años.
El consejo de gobernadores del MEdE ha aprobado "la decisión de conceder, en principio, un apoyo estable a Grecia en forma de un programa de ayuda", dice el comunicado del fondo europeo, que explica que ello "abre la vía" para que la troika negocie el Memorando de Entendimiento (MoU) que debe detallar las reformas macroeconómicas o la condicionalidad ligados al rescate.
Pistoletazo de salida
Con la aprobación este viernes del Parlamento alemán --439 votos a favor, 119 en contra y 40 abstenciones-- se ha cumplido el último paso de este trámite, lo que ha permitido al MEdE formalizar su autorización.
De acuerdo a las estimaciones realizadas por las instituciones que forman la troika (BCE, FMI y Comisión Europea), las necesidades de Grecia de aquí a 2018 sumarán entre 82.000 y 86.000 millones de euros. Sólo el lunes próximo, 20 de julio, Atenas debe hacer frente a 7.000 millones en vencimientos, incluidos 4.200 millones al BCE, y a mediados de agosto deberá cumplir con pagos por valor de 5.000 millones.
Ayuda urgente
Mientras se concreta el tercer rescate, los Veintiocho han acordado conceder una ayuda urgente de 7.160 millones para que Atenas evite el impago al BCE el próximo lunes, cuando tendrá que devolverle 4.200 millones.
Los fondos de este préstamo puente proceden del mecanismo europeo de estabilidad financiera (EFSM, por sus siglas en inglés), que cuenta con aval con el presupuesto de la UE y fue creado con 60.000 millones. Tras utilizado en los rescates de Portugal e Irlanda restan 13.200 millones disponibles, según cuentas de Bruselas.
Los Estados miembros han dado su visto bueno a esta operación después de que se ofreciera a los países que no forman parte del euro "garantías" suficientes, en caso de que Grecia no devuelva el dinero una vez que reciba fondos del tercer rescate. Dichas garantías procederán de los beneficios obtenidos por el BCE en 2014 de las operaciones con deuda griega (unos 1.850 millones) y volverán a manos de los países del euro si no es necesario utilizarlos como "compensación".