Bruselas ha dado una nueva vuelta a la tuerca de la presión sobre Grecia. Valdis Dombrovskis, el comisario europeo para el euro, ha asegurado al entrar en la reunión de ministros de Finanzas de esta mañana que la Comisión Europea no excluye una salida de la zona euro de Grecia si Atenas no incluye en la propuesta que ha de presentar hoy ante la cumbre de la UE unas "reformas creíbles".
"Si no se establece la confianza, si no se presenta un programa de reformas creíble" una salida del euro "no se puede descartar", dijo textualmente. Además, la UE no está considerando en este momento ofrecer un préstamo puente a Grecia.
Otros 7.000 millones de euros
La propuesta que Alexis Tsipras presentará esta tarde ante la cumbre de jefes de Gobierno de la Unión Europea probablemente no coincidirá con el criterio del comisario. Y establece como condición sine quanon una quita de su deuda, además de nuevas vías de financiación para eludir el colapso del país, quizá un nuevo préstamo de 7.000 millones de euros.
Daniel Munevar, asesor del ex ministro Yanis Varoufakis, ha explicado en RNE que a cambio el Gobierno griego asume reformas profundas, como la subida del IVA y otras que ya estaban contenidas en la fórmula propuesta hace una semana por Atenas y que el Eurogrupo no llegó a estudiar, a la espera de los resultados del referéndum.
Sin referirse al rechazo a los planes de austeridad que supone la respuesta de los griegos a la consulta, Munevar se ha limitado a señalar que la voluntad popular pasa por la reestructuración de la deuda, que podría ser de un 30%, y a las ayudas financieras del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).
Juncker: jarro de agua fría y recriminaciones
Mientras tanto, Jean-Claude Juncker, el presidente de la Comisión Europea, ha dibujado en el Europarlamento las líneas maestras de lo que se avecina.
De un lado, la nueva propuesta griega supondrá retomar las negociaciones que Atenas abandonó unilateralmente. En cualquier caso, un nuevo programa de ayudas, un nuevo rescate, supone un proceso que requiere tiempo. Por tanto, lo máximo que se puede esperar de la cumbre de hoy es el beneplácito a que se abran esas negociaciones.
Por otra parte, Juncker mantiene el pulso político al Gobierno de Syriza. Exige una suerte de rectificación a Tsipras por las palabras utilizadas contra Bruselas durante la campaña, y se olvida de las amenazas vertidas desde diferentes instancias comunitarias en el mismo periodo.
Cómo hay que interpretar el referéndum
El político luxemburgués también espera que Tsipras explique a sus socios europeos qué supone el resultado del referéndum, una forma de restar importancia política a la consulta popular. En su opinión, los griegos se pronunciaron sobre algo que no existe.
Pese al tono recriminatorio de su intervención, Juncker ha insistido en que el Grexit debe evitarse, "estoy en contra”, pero "hay que decir que las respuestas simplistas son precisamente las soluciones incorrectas".
Los mercados, mientras tanto, se mantienen a la espera del encuentro de esta tarde sin un rumbo fijo y con leves pérdidas.