El empresario David Álvarez ha ganado el pulso por el control de Vega Sicilia que mantenía con sus hijos gracias a una sentencia del Tribunal Supremo en la que le reconoce el derecho a ejercer el usufructo sobre la mayor parte de las acciones de sus cinco hijos de El Enebro, la sociedad patrimonial de la familia, a través de la que se controla la famosa bodega.
La sentencia le permite recuperar el mando de la sociedad gracias a los derechos políticos de esas acciones, si bien los hijos díscolos del empresario han emitido una nota en la que interpretan que el alto tribunal no reconoce esta circunstancia. "La sentencia no altera el control de El Enebro", afirman, sin ofrecer argumentos.
Distintas interpretaciones
El Supremo confirma una resolución de la Audiencia Nacional de junio de 2013 en la que se desestimaba el recurso presentado por los hijos. Tras el fallo de la Audiencia, habían recurrido al Supremo. Ahora la sentencia es firme y no admite recurso. Al conocer la sentencia "favorable", Álvarez ha emitido una nota en la que celebra que se le "devuelvan los derechos políticos y económicos" y se ponga fin al "largo y doloroso litigio" que "se ha visto obligado a hacer frente".
Por su parte, El Enebro, controlado en la actualidad por los hijos, ha emitido en paralelo una nota en la que asegura que la sentencia del Supremo no hace sino reconocer a Álvarez lo que los propios hijos "le ofrecieron al inicio del litigio", que es "el derecho de usufructo y el derecho al dividendo".
Sin embargo, "en ningún caso el tribunal le concede el control político de la sociedad que permanece en manos de ellos", dice en alusión a los hijos. De esta forma, "la sentencia no altera el control de El Enebro", concluye. La interpretación de los abogados de los hijos para retener el control se basa en que el Tribunal les concede la posibilidad de asistir a las juntas y en que la legislación actual les da poder de revocación durante las asambleas.
Derecho a ser indemnizado
En todo caso, el Supremo dice en la sentencia que esta asistencia no impide que Álvarez pueda ejercer su poder político. En caso de que sea así, el empresario tendrá derecho a una indemnización por los daños y perjuicios causados.
El presidente y principal accionista de Eulen, de 88 años, había sido desposeído en 2010 por cinco de sus siete hijos de los derechos políticos y económicos de El Enebro. Álvarez les había cedido las acciones tras el fallecimiento de su mujer, si bien ambas partes habían renovado hasta 2010 distintos acuerdos para que el empresario pudiera ejercer los derechos políticos.
El origen de las disputas
Al producirse la desposesión en 2010, el empresario la denunció en los tribunales, que reconocieron su derecho al usufructo y la práctica de los derechos políticos. Los hijos 'díscolos', que son Marta, Elvira, Juan Carlos, Emilio y Pablo, propietarios del 67% de El Enebro a través de unas acciones cuyo usufructo es el motivo de disputa.
El litigio comenzó después de que el patriarca familiar destituyera en 2010 como consejero delegado a su hijo Pablo, lo que motivó que éste, con el apoyo de cuatro de sus hermanos, desalojara posteriormente a su padre y a dos de sus hermanos (David y María José) del consejo de administración.