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¿Un nuevo diente de sierra o iniciamos la senda de la recuperación?

Los analistas se muestran divididos entre el optimismo económico de Rajoy y las críticas de la oposición. Las cifras macroeconómicas apuntan una débil mejoría en 2014, sin embargo, el mercado laboral sigue sin recuperarse. El año 2015 será clave para confirmar o no si realmente se empieza a dejar la crisis atrás.

28 diciembre, 2013 13:39

El discurso de balance del año del Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en su vertiente económica, ha dado lugar a respuestas contrapuestas: los que apuntan al optimismo y resaltan los datos positivos de la economía, y los que, por contra, recuerdan los aspectos negativos.

Podría decirse que unos ven el vaso lleno, en una cuarta parte, como mucho, y los otros lo ven vacío en tres cuartas partes. Porque la realidad es que, si lo comparamos con 2012 y 2013, el año próximo será mejor. Pero la mejora será débil, como ya ocurriera en 2011 y apenas alterara los grandes desequilibrios de la economia española.

Las cifras positivas son muy moderadas pero consistentes. Según datos provisionales del Banco de España, el tercer trimestre de 2013 registró un crecimiento del 0,1% del PIB, que puede repetirse el cuarto trimestre, aunque se prevé que el año cierre con una caída del 1,3%. Para el año próximo, en cambio, las previsiones son de un incremento del 0,7%.

Buenas cifras macroeconómicas

Por otra parte, la balanza por cuenta corriente de los diez primeros meses de este año ha acumulado un superávit de 4.182,3 millones de euros, frente al déficit de 15.278,2 millones del mismo periodo de 2012. El turismo y las exportaciones han sido clave en esta mejora.

Los inversores extranjeros inyectaron en España 45.003,6 millones de euros en los diez primeros meses del año, frente a los 208.219,1 millones de euros que retiraron en el mismo período de 2012, según los datos de la balanza de pagos publicada este viernes por el Banco de España.

El IBEX 35, que empezó el año en los 8.167 puntos, sobrepasó los 9.900 el pasado viernes. La confianza de los comerciantes ha subido y la de los consumidores se mantiene estable. La construcción también modera su caída y se empiezan a cerrar grandes operaciones, básicamente adquisiciones de fondos extranjeros, aunque a precios bajos.

La inversión empresarial da muestras de una pequeña recuperación. El endeudamiento privado disminuye aunque continúa alto (80% del PIB, frente al 65% de media europea) y el déficit público se reduce aunque sigue aumentando la deuda pública.

El desempleo no mejora

Es en el campo laboral donde los datos tienen lecturas más contrapuestas. Se modera la destrucción de empleo, pero el número de afiliados a la Seguridad Social sigue bajando. Cae el número de inscritos en las oficinas de empleo, pero por la emigración, la vuelta a su casa de muchos inmigrantes y el desánimo de los parados de larga duración.

En definitiva, mejoría, sí, pero claramente insuficiente para una reducción significativa del paro y de la deuda pública. Y es que un dato fundamental, que el crédito fluya, continúa siendo un deseo incumplido hasta que la banca acabe su saneamiento, tanto el proveniente del ladrillo como el de la elevada morosidad, que ya ha alcanzado más del 13% de la cartera de créditos.

Así, 2014 aparece como un año parecido a 2011. Lo que queda por ver es si 2015 será o no el año de la recaída -como ocurrió en 2012- o si la tendencia se consolidará y, entonces sí, podremos hablar de recuperación.