Catalanes, Cataluña está en peligro. Se lo quieren cargar todo, incluso TV3, esa obra cumbre de Pujol y Prenafeta que no hubiera sido posible sin el decidido concurso del cuerpo de comisarios lingüísticos o filólogos nacionalistas. El dicharachero Ricard Ustrell (en Preguntes freqüents, indispensable para saber con qué comulgan tanto un alistado al Comité de Defensa de la CUP de su barrio como la abuelita Paz) expuso con toda crudeza el sábado por la noche tal posibilidad. Fue al recibir a portagayola los cien kilos de peso de Xavier García Albiol, que deambuló como pudo por el ruedo sometido al desprecio mal disimulado de algunos de los distinguidos invitados y la generalidad del público del plató.

Ustrell, en plan Évole, se lanzó a la yugular del morlaco popular, le atizó ganchos de todo tipo en el hígado y en el rostro, lo llevó a las cuerdas y le sometió a una inclemente sesión de reproches que inició con la inocente pregunta: "¿Habrá programa la semana que viene?". Y como García Albiol es lo que tiene, entró al trapo en lugar de comentar alguna banalidad sobre los índices de audiencia o seguir la senda de su ídolo Mariano y contestarle con otra pregunta en plan ¿a mí qué me cuentas?, ¿tú sabrás? o ¿estás hablando conmigo?

Como era de esperar, el programa fue un éxito desde la perspectiva de TV3. Por los gestos del público y las caras de los invitados, García Albiol satisfizo el estereotipo de pirómano sin discurso que se despidió del personal con una sonrisa en la cara tan desconcertante como su advertencia de que la reforma constitucional no prevé que una parte decida por el todo salvo que Podemos tenga mayoría, pero dicho a la manera de García Albiol. O sea, muy mejorable. Tanto que no se le entendió nada más que su capacidad para encararse con la audiencia a pelo, sin nada preparado, fiado a la improvisación.

Por momentos parecían los mejores momentos de Évole con Puigdemont y a ratos un mitin del enardecido Quico Sallés sobre la infinita crueldad específica de los agentes concretos de la Policía Nacional y la Guardia Civil.

La cuestión del presunto cierre de TV3 también desvela a Toni Soler, que avisaba un día después, el domingo y en Ara, de un supuesto spoiler de la que se avecina: "L'extensió de la repressió, la intervenció de l'autonomia, la il.legalització de partits, el segrest de l'escola catalana i potser de TV3, l'únic mur de defensa contra la intoxicació que els mitjans espanyols, convertits en una branca més del poder polític, estan sembrant amb cinisme".

En el próximo Polònia estará disponible la versión jiji-jojo de las profecías de Soler.