El activista Philippe Ariño, en una imagen artística / CG

El activista Philippe Ariño, en una imagen artística / CG

Vida

El caso del gay homófobo, los asexuales y Salman el sátiro

Gran conmoción por la conferencia en una iglesia de Philippe Ariño, un homosexual que predica la castidad. El exinquisidor Charamsa lo tacha de "homófobo". Ser asexual ya no es un trastorno

11 febrero, 2017 19:51

Philippe Ariño es homosexual, católico y partidario de la castidad, cuyo ejercicio, alega, le ha abierto una nueva dimensión. Philippe es un auténtico personaje cuya presencia en Barcelona ha convulsionado a los activistas del colectivo LGTBI, que consideran a Ariño un prototipo no deseable de gay porque de algunas declaraciones suyas podría deducirse que considera su orientación sexual como una cruz del tipo de las que portan las madres beatas de un niño punk, melenudo o "drogadito". Es parecer del Observatorio contra la Homofobia que Ariño perpetúa el mantra heteropatriarcal de que es preferible ser el padre de Hitler a tener un hijo "maricón".

A Ariño le están dando la del pulpo (a los cefalópodos hay que mazarlos para que se ablanden antes de echarlos a la marmita) porque el Arzobispado de Barcelona le ha invitado a dar una charla este domingo en la parroquia de Santa Anna, según contaba Ignasi Jorro en este mismo medio, sobre las ventajas espirituales de la continencia frente a los beneficios de dejar el cuerpo a su aire y dar rienda suelta a las pasiones. El reino de los cielos frente al imperio de los sentidos.

Ariño no habla en nombre de la ciencia sino en primera persona, no sostiene que puede curar la homosexualidad ni propone la castración sino la castidad y además lo va a hacer (lo de hablar) en una parroquia y no frente a un local nocturno del Ensanche izquierdo, lo que sí podría considerarse una provocación. A los guardianes de la esencias LGTBI les debería importar un higo el caso. Cosas mucho peores se dicen desde los púlpitos cada domingo como para escandalizarse por la conferencia de alguien que debería tener el mismo derecho a expresarse que Krzysztof Olaf Charamsa, el excura polaco de la Congregación para la Doctrina de la Fe, o sea, la Inquisición, que salió del armario, presentó a su pareja y afirma que la mitad de los sacerdotes del Vaticano son gays.

Charamsa y Ariño podrían encontrarse en un punto medio puesto que el primero colgó los hábitos por un amor terrenal y el segundo podría tomarlos por el amor de Dios, pero Charamsa, al que se le nota que trabajó para la Inquisición, sostiene que Ariño es un "gay homófobo". Los portaestandartes de los derechos de lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales son bastante dados a las disquisiones bizantinas y ahora discuten, por ejemplo, si deben integrar a los curiosos y a los pansexuales.

Se han olvidado de los asexuales, que también se han organizado como colectivo y exigen ser reconocidos como una cuarta opción, iqual que heterosexuales, homosexuales y bisexuales. Se calcula que el 1% de la población mundial, lo que equivale más o menos a setenta millones de personas, es asexual. No tener deseos sexuales dejó de ser considerado un trastorno por el "Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales" hace bien poco, en 2013.

De una punta a la otra, esta semana ha trascendido que el novio de Miranda Kerr la tiene a pan y agua desde 2015 y hasta que se casen porque, alega ella, él es muy "tradicional". Evan Spiegel se llama el afortunado, propietario de Snapchat, la red social en la que vídeos y fotografías se autodestruyen a los diez segundos. También ha sido noticia Olivia Wilde, la doctora Trece de House, que se ha cortado la larga cabellera castaña y se ha teñido de rubio platino para protestar contra Trump. La protesta consiste en cambiar de peinado y color de pelo porque son los mismos que los de Melania Trump.

Wilde fue una de las muchas parejas que ha tenido el escritor Salman Rushdie, el autor de los Versos Satánicos al que una fatua condenó a muerte allá por los noventa. Desde entonces, Rushdie, que no es precisamente Orlando Bloom, ex de Miranda Kerr, ha escrito menos de lo que ha amado. Entre sus conquistas también figura Padma Lakshmi, modelo y presentadora de la versión estadounidense de Top Chef. Padma, que fue captada por una agencia de modelos cuando se tomaba un café en una terraza de Madrid, estuvo con Rushdie un tiempo, pero lo dejó empachada por el voraz apetito sexual del escritor. En un libro en el que ponía de chupa de dómine a Rushdie, Padma aseguró que "me sedujo con su arma". Acto seguido aclaraba que tal arma eran las palabras.

A base de versos, el buen Salman ha estado con la citada Wilde y las también actrices Riya Sen y Rosario Dawson, así como con las modelos Topaz Page-Green, la dicha Padma o Melissa Brody. Ahora ocupa su corazón y sacia su apetito (o no) Laura Gómez, exnuera de Clint Eastwood.

Ariño y Spiegel, Charamsa y Rushdie... El mundo es muy grande y "quepemos" todos. "Peace and flowers, sisters and brothers".