Como sucede cada día, a una u otra hora, Oriol Junqueras, profesor de historia reciclado en economista por puro patriotismo, ya que ese sentimiento suple la ignorancia en cualquier materia, aparece en TV3 para anunciar que ya ha alumbrado los Presupuestos de la Generalitat. Para demostrar una vez más que es la voz del régimen, nuestra televisión supuestamente pública los define como "los presupuestos del referéndum". Junqueras insiste en que son los más sociales de toda nuestra historia reciente, pero a los voceros del prusés solo les interesa el referéndum, al que se destinan, al parecer, cerca de seis millones de euros, camuflados de forma marrullera en un apartado para consultas.

Parece que no hay presupuestado ni un euro para copas menstruales y que no está previsto comprarle una taser a Garganté para que vaya por ahí electrocutando fascistas

A día de hoy, no sabemos si esos presupuestos se aprobarán o no, pero todo parece indicar que el profe Junqueras no lo va a tener fácil. PP, PSC y Ciutadans ya se le han echado a la yugular por incluir consultas ilegales, y sus socios de la CUP --con amigos así, ¿quién necesita enemigos?-- han dicho ya públicamente que no les acaban de convencer las cuentas del vicepresidente (parece que no hay presupuestado ni un euro para copas menstruales y que no está previsto comprarle una taser a Garganté para que vaya por ahí electrocutando fascistas: va a tener que seguirlos atropellando con el autobús). Pero TV3, con el referéndum ya va que chuta. Ni una palabra sobre la reciente encuesta del CEO según la cual los independentistas lo perderían por los pelos (si eso es lo que dice el CEO, la realidad puede ser aún peor). Sí se plantea una tímida pregunta sobre la posible ilegalidad de la iniciativa, pero Junqui ya la esperaba --no me extrañaría que le pasaran las cuestiones con anterioridad, no fuésemos a tener un susto-- y responde lo de siempre, que él obedece un mandato popular y que la patria clama por la independencia (parece que no ha leído la encuesta del CEO).

Que ese mandato popular no existe lo sabe muy bien el señor Junqueras, pero le da igual. La realidad no debe interponerse entre un hombre y su sueño. Cuando Borrell le zurró hace unos meses por televisión, Junqueras solo fue capaz de rebatir sus argumentos diciendo que a él la independencia le hacía mucha ilusión. Y no se echó a llorar de milagro, porque a sensible no le gana nadie y Borrell le estaba haciendo bullying intelectual.

Puede que las partidas para salud y educación no se hayan incrementado gran cosa, pero, ¿a quién le importa la realidad cuando lo que te pide el cuerpo es tirar el dinero en imposibles haciendas propias, embajadas inútiles y referéndums que nunca se llevarán a cabo? Ánimo, Junqui, unos euritos para copas menstruales y la taser del autobusero y aún te votará los presupuestos la CUP, que en el mundo real no son nada, pero en el que tú vives lo son todo.