La ‘tasa Coca-Cola’ dispara las compras de bebidas a distribuidores de fuera de Cataluña
La patronal del sector lamenta la confusión que aún existe en torno al nuevo impuesto catalán y reconoce que las pymes estudian fórmulas para limitar el azúcar de sus productos
27 junio, 2017 00:00Cataluña estrenará este sábado, 1 de julio, el primer periodo de autoliquidación del impuesto sobre bebidas azucaradas envasadas, la llamada tasa Coca-Cola. Lo hará un mes después de lo previsto y con las quejas del sector de telón de fondo. Fuentes de la Asociación de Bebidas Refrescantes (Anfabra) aseguran que sus miembros ya han notado los primeros efectos del gravamen, especialmente los que operan en el mercado mayorista. Se han disparado las ventas desde fuera del territorio por parte de empresas que no están afectadas por el recargo.
Para algunos, este efecto previo ha implicado “perder el 15% de las ventas”, asegura en declaraciones a Crónica Global la directora general de Sanmy y miembro del comité de dirección de la asociación, Pilar Puértolas. Productos que entran por mercados paralelos y que es complejo detectar y gravar desde Cataluña.
¿Impuesto estatal?
Estos productos son más económicos y los clientes empiezan a optar por ahorrarse el impuesto, añaden. La única posibilidad de acabar con las diferencias entre territorios es extender la tasa a toda España, un escenario futuro que las empresas del sector no descartan.
Por el momento, el ministro de Hacienda y Función Pública, Cristóbal Montoro, descartó la semana pasada recurrir la tasa Coca-Cola al Tribunal Constitucional como le pedía la industria. Un gesto con una interpretación pesimista para los intereses del sector.
Reglamento publicado la semana pasada
Los afectados también lamentan la confusión que persiste en torno a las características técnicas de la norma catalana de nuevo cuño. El Govern aprobó la semana pasada el reglamento para definir las condiciones del gravamen.
Afectará a todas las bebidas envasadas que contengan edulcorantes calóricos añadidos como el azúcar, la miel, la fructosa o la sacarosa. Grava con 0,08 euros por litro las que contengan entre cinco y ocho gramos de azúcar por 100 mililitros y con 0,12 euros por litro las bebidas que superen los ocho gramos.
Problema de las pymes
El impuesto entró en vigor el 30 de mayo, aunque se pagará entre el próximo sábado y el 20 de julio. El modelo 520 de autoliquidación se publicó este lunes, 26 de junio, en el DOGC. La vicepresidencia de Economía y Hacienda, encabezada por Oriol Junqueras, ve bien el tiempo de adaptación de los sistemas de facturación y contabilidad de los privados. Todos los implicados reconocen que el diálogo con la conselleria ha sido constante.
La patronal afirma que las multinacionales han dado el paso sin grandes complicaciones. Será el consumidor final el que note de forma más directa la existencia de la tasa porque la han repercutido de forma directa en el precio.
El problema se encuentra en el ecosistema de pymes. Denuncian que cada compañía ha tenido que pagar hasta 9.000 euros por agregar a su sistema de liquidación habitual el tributo sin ninguna ayuda pública específica.
Reformulación de los productos
Puértolas relata que los pequeños productores se han visto obligados a reformular sus productos. Se han puesto manos a la obra para dejar al mínimo los azúcares añadidos en las fórmulas que usan y sortear el gravamen.
¿Es un avance hacia las bebidas envasadas más saludables? Los portavoces del Departamento de la Vicepresidencia y de Economía y Hacienda recuerdan que ese es el objetivo principal de la tasa Coca-Cola. “El impuesto no nace con un afán recaudatorio, se basa en recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para ayudar a cambiar los hábitos de los ciudadanos”, manifiestan.
Estimación de la recaudación en el aire
La estimación es alcanzar los 40 millones de recaudación este mismo año, según los cálculos de la directora general de Tributos de la Generalitat, Marta Espasa. Si las empresas replantean la cantidad de azúcar en sus productos no se llegará a esta cifra.
Para los portavoces de Economía, no sería un problema. Lo importante según sus declaraciones es limitar el consumo de azúcar entre los catalanes. En cuanto al impacto real en las arcas de la Generalitat, piden tiempo. “Ya veremos cómo acaba el año”.