Jaume Miquel, consejero delegado de Cortefiel, y una de las tiendas del grupo / FOTOMONTAJE DE CG

Jaume Miquel, consejero delegado de Cortefiel, y una de las tiendas del grupo / FOTOMONTAJE DE CG

Business

Cortefiel intenta refinanciar 1.200 millones por sexta vez

El grupo textil propiedad de los fondos CVC, PAI y Permira pide de nuevo oxígeno económico con unos resultados en rojo y una facturación que ni siquiera cubre el capital del pasivo

2 noviembre, 2016 00:00

El grupo textil Cortefiel ha iniciado una refinanciación que es capital para asegurar la viabilidad de la compañía. MEP Retail, propiedad a partes iguales entre los fondos CVC, PAI y Permira, ha planteado por sexta vez dilatar los plazos de devolución de un préstamo vivo de 1.200 millones de euros que pesa sobre la compañía. Se renegoció en 2007, 2009, 2012, 2014 y el pasado febrero.

La negociación es compleja y se prolongará durante meses, indican fuentes del mercado. Disponen de tiempo, ya que los vencimientos están fijados para el primer trimestre de 2018. Los tres propietarios de Cortefiel usaron este vehículo financiero para obtener los 1.385 millones que pagaron a las familias Hinojosa y García Quirós por la compañía en 2005.

Fórmula británica para evitar bloqueos

Devolvieron 150 millones de dos tramos en su vencimiento, los menos importantes de la estructura del crédito sindicado, y se fueron a la Corte de Inglaterra para usar la figura jurídica del Scheem of Arrangement (SoA) en 2012, una fórmula en la que si una mayoría de los acreedores dan el visto bueno al plan de refinanciación se imponen las condiciones al resto de los participantes. La legislación británica la introdujo para evitar los bloqueos de los minoritarios en operaciones financieras delicadas.

Société Generale actúa como banco agente del sindicado. El 60% está controlado por fondos de inversión y el 40% por bancos; el 24% de ellos son firmas internacionales.

Vencimiento de golpe

Tras cinco refinanciaciones, actualmente los 1.200 millones de capital se dividen en cuatro tramos distintos. Todos ellos se firmaron bajo una fórmula muy famosa en el momento en el que se obtuvo, es deuda paymend in kind (PIK), por lo que Cortefiel no está obligada a pagar ni el principal ni los intereses hasta su vencimiento y a efectos contables no computa como deuda.

De hecho, en los últimos resultados presentados en el Registro de lo Mercantil solo se apuntan 236 millones de pasivo con entidades de crédito. Los 1.200 millones que intenta refinanciar superan en más del 80% esta cantidad.

Facturación que no cubre el principal

La estructura del sindicado contempla la posibilidad de aplazar el vencimiento si el 75% de los acreedores están de acuerdo. El pasado febrero se consiguieron 12 meses más para obtener el capital, pero los dueños de la compañía son conscientes de que es extremadamente complicado cumplir con la obligación en 2018.

El principal problema de Cortefiel es que no consigue levantar cabeza. El grupo textil cerró su ejercicio fiscal poco después de cerrar la quinta refinanciación. Fue allí cuando asumió que no podría hacer frente a un vehículo financiero, indican fuentes cercanas a la dirección del grupo. Incluso provocó un relevo en la cúpula. Miguel Ibarrola tomó el testigo de Javier Campo en la presidencia en junio y dos meses después, Jaume Miquel fue nombrado consejero delegado en sustitución de Berta Escudero.

Los 1.200 millones no se cubren ni siquiera con la totalidad de la facturación de la casa, que superó los 1.050 millones en 2015, el 4,7% más que el año anterior.

Cortefiel, en números rojos

A todo ello, cerró el ejercicio 2015 con 13,9 millones de euros de pérdidas. Unos diez millones más que en 2014. La marca Cortefiel fue el principal agujero del grupo textil con unas pérdidas que se dispararon el 90% hasta los 12 millones y una facturación casi plana de 325 millones.

Las otras dos enseñas de la compañía obtuvieron mejores resultados. La firma de moda íntima Women’s Secret facturó el 8,9% más hasta los 208 millones y obtuvo 4,2 millones de beneficios; mientras que Springfield, una marca más casual, ingresó 428 millones, el 4,7% más, y reportó 21,7 millones de ganancias.

Los problemas económicos que arrastra Cortefiel propiciaron que MEP Retail encargara a Goldman Sachs la venta de la compañía a principios de año. El proceso sigue abierto.