Imagen de la entrada de uno de los supermercados de la cadena / CG

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Confidente VIP

Caprabo factura cada vez menos, pero vuelve a los beneficios

Las ventas del grupo caen desde hace 11 años

23 diciembre, 2016 00:00

La cadena de supermercados Caprabo pasó a manos del grupo vasco Eroski en el año 2007. Los vendedores fueron las familias fundadoras Carbó, Botet y Elías, más el socio minoritario La Caixa. El traspaso significó un soberbio pelotazo de 1.300 millones de euros.

Desde que está en el regazo de Eroski, Caprabo ha experimentado una formidable mengua que parece no tener fin. De hecho, prácticamente a partir del primer día en que los directivos de Eroski desembarcaron y tomaron posesión, la dimensión de Caprabo se comprime año tras año.

Las magnitudes económicas son elocuentes al respecto. Antes de la llegada de las huestes norteñas, la cadena de distribución alcanzó casi medio millar de tiendas y unas ventas récord de 2.400 millones. En aquel momento, figuraba en el pelotón de cabecera de las empresas catalanas no cotizadas en bolsa, por cifra de negocio.

El pasado ejercicio –cerrado en enero de 2016–, la red comercial se limitaba a 330 puntos de venta y el giro se contraía a 971 millones, con baja de un 2% respecto del periodo anterior.

El prolongado declive se explica por la enajenación de las tiendas situadas fuera de Cataluña, que se han ido traspasando a terceros en fases sucesivas. La última salida, realizada hace un par de años, supuso la cesión de medio centenar de supermercados en Madrid y Castilla-La Mancha.

El dato más positivo del último balance es que la empresa ha vuelto a la senda de los beneficios, con un neto de 7,2 millones, frente a los 5,2 millones negativos del ejercicio precedente. El balance embalsa déficits anteriores por importe de 109 millones, que habrán de borrarse de las cuentas con los beneficios futuros que consiga la compañía.