Vuelve el drama de la emigración española

Vuelve el drama de la emigración española

Vida

Vuelve el drama de la emigración española

Más de 1,5 millones de jóvenes, notablemente cualificados, se han marchado desde el inicio de la crisis en busca de trabajo y una vida mejor

1 abril, 2017 00:00

Las diferencias con el Vente a Alemania, Pepe son abismales, pero algunos comparan el éxodo, 50 años después, con el de los abuelos. El Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba de cifrar en 769.845 los españoles menores de 30 años que, desde 2008, se han ido a buscar fuera un empleo y mejores oportunidades. Son los protagonistas de un drama que a veces enfrenta a líderes políticos, y que se vive día a día en otras tantas familias.

Los expertos en emigraciones duplican la cifra real hasta más de 1,5 millones. Advierten de que este número oficial y el global del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE), 2,4 millones, solo recoge los datos que facilitan los consulados.

Son muchos los jóvenes, explican, que no se registran en ellos porque no tiene ningún incentivo. Es más, les suponen costes en burocracia y desplazamientos, y, para más inri, al ser dados de baja en España pierden derechos como la atención sanitaria no de urgencias o puestos en la lista de espera para viviendas VPO.

Más preparados

Estos españoles ya superan con creces los 1.320.762 antepasados, que oficialmente hicieron la maleta de cartón y cruzaron la frontera entre 1959 y 1973.

Entonces, el 61% eran campesinos, y otro 35%, obreros industriales, mayoritariamente hombres, sin idiomas y semianalfabetos, según un gigantesco estudio del demógrafo J. A. Garmendia. Otra reciente investigación del Consejo de la Juventud de España, dirigida por Lorenzo Navarrete, destaca que los actuales inmigrantes son hombres y mujeres por igual, y que el 80% tiene estudios superiores.

“Más que por estar en desempleo per se, han emigrado por la falta de perspectivas de estabilidad, ante la imposibilidad de encontrar un trabajo de lo suyo o para mejorar su formación”, asegura la socióloga Amelia Pérez.

Éxodo de la incertidumbre

estudiantes espana extranjero

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Estudiantes en fila en una clase

Apenas un 20% de quienes marcharon a Francia durante los sesenta regresaron, según datos del país vecino. Hoy, al contrario, según las encuestas, un 80% de los desplazados desea volver. Lo atestiguan los abrumadores testimonios en Volvemos.org, un foro que proporciona a los retornados asesoramiento y un buscador de ofertas de empleo.

Pero los deseos distan de la realidad. La mejora de la economía que esgrime Rajoy no ha servido ni para frenar este éxodo ni para que regresen los que marcharon en los peores años de la crisis.

A modo de ejemplo, en el primer semestre de 2015 solo volvieron 23.078 españoles de los 50.844 ciudadanos que habían marchado un año antes. Y en todo 2015, establecieron su residencia fuera 92.157 habitantes, más del doble que en 2010. El principal receptor fue Reino Unido, donde se va agrandando el nubarrón del Brexit.

Generación perdida

“No estamos fuera porque nos guste estar lejos, ni para fortalecernos como ha dicho el ministro Alfonso Dastis, sino porque nos han echado. Muchos sabemos que no vamos a volver”, asegura Cristina Sánchez desde Oxford en la Marea Granate, apelativo adoptado por el color del pasaporte.

“Somos la generación perdida, a pesar de nuestro esfuerzo y el, todavía mayor, de nuestros padres”, reiteran los miembros de este colectivo transnacional que se define apartidista y persigue “luchar contra las causas y quienes han provocado la crisis económica” que les “obliga a emigrar”.

“España no es un país para jóvenes”, ha sentenciado José Luis Leal, exministro de Economía y expresidente de la patronal bancaria, tras analizar la reciente encuesta del Banco de España sobre las familias españolas.

Trabajo en mil cosas

El perfil de titulados superiores no es el único que se repite en el extranjero. También se van jóvenes con otras cualificaciones medias y profesionales. En general, los trabajos que realizan allí también se encuentran caracterizados por la precariedad, jornadas laborales muy largas y sueldos muy bajos que no aseguran una vida digna, y menos futuro.

“Durante cuatro años en Londres he trabajado en mil cosas: bares, discotecas, tiendas, canguro, modelo de bellas artes, actriz, coreógrafa y bailarina. Solo me ha faltado la prostitución”, asegura Alicia, valenciana de 28 años, que busca algún curro preferentemente en Madrid.

Destino República Checa y Asia

Hay jóvenes que han optado por destinos como Latinoamérica y Asia. Y por países del Este, como República Checa, según revela sorprendido el periódico Lidové Noviny. #Juventudsinfuturo ofrece testimonios de duras experiencias “para quien no los haya oído en su propia familia”, indica Esther Moreno, promotora en Madrid de campañas como #NoNosVamosNosEchan.

Una encuesta del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud vislumbra un negro horizonte: más de la mitad cree que seguirá este camino del éxodo por trabajo en los próximos dos años.