Continúa el editorialismo inflamado y de tonos ardientes, de la épica a lo grotesco hasta la victoria final. Hace ya un lustro que mañana es el día, que la hora es próxima, grave, solemne e histórica. Las apresuradas rectificaciones de rumbo no afectan sin embargo a un comunista de piedra picada y morro fuerte como es el magnate mediático Roures, que percibe una "situación revolucionaria objetiva" de manual y sostiene el jaque al Rey.

El sustrato ideológico de Puigdemont y Junqueras se sustenta una extravagante combinación de carlismo muy interiorizado y marxismo muy mal asimilado. Forman parte, como escribió Arthur Koestler en sus memorias, del tipo de individuos enajenados por la manipulación propagandística que se definen a sí mismos como "antifascistas", lo que los soviéticos definieron como "compañeros de viaje" o "tontos útiles". El amigo David Fernàndez o el propio Antonio Baños se lo pueden explicar a los damnificados en un taller de media hora en el Centro Social Autogestionado Can Vies.

La situación no siempre coincide con la realidad, contradicción que se pone luminosamente de manifiesto cuando ERC insta a utilizar los cajeros, no a quemarlos, para protestar contra la banca. Es un disparate menos peligroso, pero igual de disparatado que cortar carreteras con neumáticos ardiendo y cerrar comercios por la fuerza que confiere a "la gente" el concepto "piquete de país". En sus manos, Cataluña no es el fin sino el medio para derribar toda civilización política que exceda del primitivo estadio de una asamblea de okupas.

Parece absurdo que un sector de la población no precisamente desfavorecido en términos políticos, sociales, económicos e identitarios esté dispuesto a sacrificar el bienestar de las generaciones futuras en aras de una república proclamada por un periodista y que sólo la van reconocer Maduro y Kim Jong-un. Es muy absurdo, pero en el vertedero de la actualidad hay latas de atún sin abrir, aportaciones al torrente de noticias falsas que refutan el vaticinio de que Cataluña se vaya a convertir en un Vietnam. Si acaso, los edificios y alrededores de las estructuras de Estado de la Generalitat.

Pérfidos ultraderechistas han arrojado a las redes sociales una hoja volante para confundir a las bases independentistas cuyo contenido puede resultar muy ofensivo para las personas que están concernidas en las vidas concretas de Sànchez y Cuixart o en el futuro laboral del mayor Trapero.

Ahí va:

*[IMPORTANT: CONVOQUEM NOVES ACCIONS PACÍFIQUES]*

Davant aquesta situació excepcional, a ningú se li escapa que aquests dies la gent els està vivint amb un especial neguit (digueu-ne neguit, digueu-ne tensió, digueu-ne mala llet...) que repercuteix a la vida personal de cadascú de nosaltres, ja sigui amb insomni, desvetllaments, baix rendiment a la feina...

És per això que, des de les diferents organitzacions (Òmnium, Assemblea, Crida per la Democràcia) s'ha decidit convocar una nova mobilització:

A partir d' *aquesta nit*, i fins a proper avís, convoquem a tots els ciutadans d'aquest país a *tenir sexe diàriament* i, com a mínim, en parella, indistintament de la quantitat de persones, el gènere de les mateixes o la modalitat sexual escollida.

*Important*: amb això intentarem *rebaixar la tensió* acumulada, fer notar a *l'exterior* (mitjançant satèl·lits que efectuaran *mapejats tèrmics* de Catalunya regularment cada nit) que som un poble unit disposat a tot i, de pas, treure-la a passejar, que mai va malament.

Si us plau, feu circular aquesta convocatòria, si finalment li arriba a la meva dona us estaré eternament agraït (no tinc collons de proposar-li directament, us necessitem, *ENS NECESSITEM!!!*). I recordeu: "els somiers seran sempre nostres".

PASSA-HO!!!

- Crida anti-onanista -

Esto no es humor porque no se ríe todo el mundo, como con Gila o los Monty Python. Es otra cosa que refleja los disparates que se pueden llegar a pedir (y a hacer) cuando un texto o una declaración comienza en plan "davant aquesta situació excepcional". Por otra parte, parece plausible que si Òmnium puede controlar los bolsillos no tenga el más mínimo inconveniente en regular el sexo en función de las necesidades demográficas o morales de la Gran Catalonia. Es lo que tienen las sectas, cuyo fin último es la inmolación colectiva previa exhibición de una credulidad descomunal que da pie a pintorescas escenas.
Un gran radiofonista que es Justo reconocerlo propuso fabricar condones con la estelada cuya punta, la estrella, se encendiera al contacto con el líquido seminal. Se lo comentaba a Junqueras una tarde tonta y sale en un libro que escribió Saül Gordillo, el director de Catalunya Ràdio y exsocio de Puigdemont en lo que Arcadi Espada denomina la "prensa agrícola". Hará un par de años de semejante episodio, antes del 27-S de 2015. Junqueras no era vicepresidente. ¿Hacemos flashback? o "Amanece que no es poco".