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Habitación de un hotel durante la pandemia, que ha obligado al sector a la reinvención / EP

Los viajes (y los hoteles) ya no son lo que eran: la reinvención de un sector

Vivir en un alojamiento turístico o vuelos a ninguna parte, las tendencias que marcarán la era Covid-19

11 min

Viajar ya no es lo que era. Una escapada de fin de semana al pueblo de al lado parece una odisea, sobre todo teniendo en cuenta que en muchas comunidades autónomas se ha optado por decretar cierres perimetrales de los municipios, lo que elimina esta opción. Ante esta situación, aerolíneas, hoteles y turoperadores buscan la panacea que los salve, o al menos los alivie, los meses de pandemia. 

La Asociación Corporativa de Agencias de Viajes Especializadas (Acave) lo ve muy negro: “Los turoperadores no tienen margen de maniobra para innovar”, aseguran. Su presidente, Martí Sarrate, señala que las agencias cerrarán el año “con un decrecimiento de casi el 90%”. “El 33% de las agencias no ha podido retomar la actividad y un 20% de las empresas se plantea el cierre definitivo”, puntualiza . No obstante, hoteles y compañías aéreas llevan meses investigando cómo adaptarse a esta nueva situación, que ha cambiado por completo los hábitos de consumo de ocio de la sociedad.

 

 

Diseñan protocolos de prevención COVID-19 para hoteles / T13

De la planificación, al último momento

Una de las tendencias claras que, en opinión de Acave, se instaurarán tras el Covid-19 serán los viajes de última hora. “Los últimos años habíamos educado al cliente en la planificación muy anticipada de sus vacaciones, pero esta situación lo ha cambiado todo. Vamos a empezar a reservar en periodos muy próximos al de nuestras vacaciones por la inseguridad que sentimos”, explica Sarrate, que pone como ejemplo la campaña de cruceros. Tradicionalmente, su venta anticipada se iniciaba en octubre y duraba hasta marzo, meses en los que se vendían el 70% de las plazas. “Este año no hemos podido ponerla en marcha porque todavía hay muchas restricciones. La mayoría de los países están cerrados y sabemos que la gente no se va a arriesgar”, lamenta el presidente de Acave.

Ahora mismo, la atención está fijada sobre la temporada de esquí. En un principio, este es un tipo de turismo que podría adaptarse fácilmente a las restricciones Covid: proximidad, aire libre, familiar, hoteles pequeños… Pero hay un problema: de nuevo los confinamientos perimetrales. “Es una pena, porque las condiciones climatológicas nos hubieran permitido iniciar la campaña a principios de diciembre, pero si las restricciones siguen como están la gente no podrá desplazarse hasta las estaciones”, concreta Sarrate. Si se acerca la fecha y las restricciones lo permiten, habrá un boom de reservas. Pero por el momento nadie quiere hacerse ilusiones con que este año podrá calzarse los esquís. 

Turistas en una estación de esquí / PXHERE
Turistas en una estación de esquí / PXHERE

Viajar sin fecha

No se sabe cuándo la normalidad volverá a nuestras vacaciones… ¿pero y si eso no fuera necesario para reservarlas? A la ya extendida práctica de ofrecer cancelaciones gratuitas tanto en hoteles como en vuelos, algunos establecimientos han decidido ir más allá para intentar contar con unos ingresos mínimos hasta la apertura generalizada de fronteras. En esta línea, la cadena hotelera Meliá apuesta por los conocidos como “viajes incentivos” --una herramienta motivadora que algunas empresas utilizan para premiar a sus mejores clientes, empleados o colaboradores--. Esta es una importante base de negocio para la compañía, ya que en 2019 representó el 10% de su volumen de facturación total.   

Así pues, Meliá pretende hacer viables los viajes en la era Covid-19 “desviándose de su concepto más tradicional”. La idea es pasar de un viaje en grupo organizado a una fórmula más individualizada y flexible. Con la mirada puesta en este objetivo, la cadena hotelera ofrece a las empresas la oportunidad de regalar una estancia “sin fecha” a sus clientes y empleados. Ellos tendrán la oportunidad de escoger el momento, el destino, el tipo de hotel y la duración del viaje más adelante. “Observamos una clara tendencia a que las compañías incluyan estancias en hoteles en la cesta de Navidad, siendo un incentivo muy flexible para la época actual”, confirma José Miguel Moreno, director de márketing de Meliá Hotels International.

Vivir en un hotel

“Hotel dulce hotel”. Eso es por lo que han apostado desde Gallery Hoteles, que desde hace poco más de un mes abren las puertas de sus habitaciones para inquilinos de larga estancia en sus establecimientos de Barcelona, Málaga y Baleares. Por unos 700 euros al mes --un precio más que competitivo en la Ciudad Condal, donde se pueden encontrar pocos estudios por esa cantidad en Idealista--, los huéspedes pueden disfrutar de todas las comodidades de un hotel: gimnasio, piscina, coworking, desayuno, limpieza de habitaciones, etcétera. La aceptación de esta propuesta es “más que buena”, señalan desde la cadena hotelera. Una pareja cuya casa está en obras y un estudiante de máster son dos de los perfiles que han conseguido una de estas codiciadas habitaciones. 

Turistas usando mascarillas de protección / PXHERE
Turistas usando mascarillas de protección / PXHERE

“Obviamente no nos proporciona una gran facturación, pero nos sirve para seguir abiertos y no tener que prescindir de toda la plantilla”, explican desde la cadena hotelera. También han lazado otros dos productos: salas coworking --a las que se puede acceder por 30 euros diarios-- y oficinas privadas --habitaciones a las que se les ha retirado la cama y que están disponibles por 55 euros al día--. “Tenemos que adaptarnos al público objetivo que tenemos en esta situación, y eso son los locales y las personas que viajan por negocios”, puntualizan desde el hotel.

Cocinas con caché

En un hotel no todo son las habitaciones, sino que se lo digan al chef triestrellado Dabiz Muñoz. Esta misma semana, Muñoz ha anunciado que instalará en la cocina de uno de los hoteles NH de Barcelona su último hijo gastronómico: GoXO. Se trata de la propuesta delivery del marido de Cristina Pedroche, con la que intenta mantener su facturación ahora que el buque insignia de su grupo, el DiverXO, ha tenido que cerrar por un incendio y varios positivos en su plantilla. 

David Muñoz quiere crear un un 'delivery gourmet' con GoXO / EP
David Muñoz quiere crear un un 'delivery gourmet' con GoXO / EP

Pero esta idea no solo beneficia a Muñoz, sino que además servirá para que el grupo NH --que también da cobijo al DiverXO en Madrid-- saque rentabilidad a sus espacios durante el parón turístico provocado por la pandemia. Parece que lo que toca el chef madrileño se convierte en oro , tanto que, tras un solo día abierto, en la ciudad ya es imposible pedir GoXO hasta la semana que viene. Muñoz también ha avanzado que espera que esta aventura “se acabe convirtiendo en el primer restaurante físico de XO en Barcelona”. Otro filón al que NH podrá agarrarse si el cerrojazo del turismo se alarga más que el de los bares. 

Vuelos a ninguna parte

Las aerolíneas lo tienen más complicado, sobre todo teniendo en cuenta el cierre de fronteras externas que afecta a la mayoría de países. Pero no por eso han dejado de intentarlo, llegando a lanzar, incluso, los llamados “vuelos a ninguna parte”. El aeropuerto de origen y destino es el mismo, por lo que sirven para poco más que para quitarse el mono de volver a despegar. La australiana Qantas Group fue una de las últimas en subirse a la ola. “Muchos de nuestros viajeros estaban habituados a subirse en un avión cada dos semanas y nos han dicho que echaban de menos la experiencia de volar”, relataban desde la aerolínea en su cuenta de Instagram. El pasado 10 de octubre lanzaron una oferta para despegar --y retornar-- a Sídney. En 10 minutos agotaron los billetes. El reclamo: una visita desde los aires de los grandes monumentos del país, como la Gran Barrera de Coral, Byron Bay y el monte Uluru.

Publicación en Instagram dónde Qantas anunciaba la oferta de "vuelos a ninguna parte" / INSTAGRAM

 

Publicación en Instagram dónde Qantas anunciaba la oferta de "vuelos a ninguna parte" / INSTAGRAM

Parece que esta idea también ha gustado a los cruceros y, aunque todavía incipientemente, empieza a moverse entre gigantes del sector como Royal Caribbean. La propuesta no es atracar en ningún destino paradisíaco, si no pasar dos o tres días encima del navío, que se aleja hasta aguas internacionales para abrir allí sus tiendas sin impuestos y los casinos. Parece ser que el primer puerto en acoger este tipo de “vacaciones” será el de Singapur, que hace unas semanas anunció la creación de una prueba piloto para testear la acogida.