Edificio ocupado en la calle Mestres Jané con Baldomer Lostau de Vilafranca del Penedès / GOOGLE MAPS

Edificio ocupado en la calle Mestres Jané con Baldomer Lostau de Vilafranca del Penedès / GOOGLE MAPS

Vida

Pesadilla en Vilafranca: 14 años acosados por okupas

Los vecinos de la calle Mestres Jané denuncian amenazas e intimidaciones de los "delincuentes" instalados en 15 viviendas del barrio ante la pasividad de las autoridades

18 enero, 2020 14:36

Vecinos de Vilafranca del Penedès (Barcelona) denuncian que desde hace años viven una "pesadilla" por el acoso de un grupo de okupas que se han instalado en una quincena de viviendas de su barrio.

"Hace 14 años nos vendimos el piso de Barcelona para venir a Vilafranca a ayudar a nuestra hija y desde entonces vivimos en desgracia, una pesadilla", denuncia un matrimonio de jubilados, Maria Àngels y Enric, de la calle Mestres Jané de la citada localidad.

Situación insostenible

La indignación y la denuncia la comparten con el resto de propietarios de tres bloques de viviendas de esta calle, donde de un total de 56 viviendas, 15 están ocupadas y una decena más han tenido que ser tapiadas.

Maria Àngels explica que viven una situación insostenible, pero no pueden irse porque gastaron todos sus ahorros para comprar el piso. Ahora sólo pueden resignarse y vivir situaciones peligrosas, como cuando encontraron a una mujer drogándose en la puerta de su piso que la amenazó con una arma cuando ella --acompañada de sus nietos-- intentó que se apartara. Otro vecino, Pep, asegura que ya no pueden pagar más los sobrecostes que les genera tener un bloque lleno de okupas y ha calculado que, en los últimos doce años, cada propietario ha pagado más de 10.000 euros en derramas para afrontar los daños que sufre el edificio.

Basura, colchones, excrementos

El panorama en estos bloques de viviendas es desolador: El suelo está lleno de basura, hay colchones tirados en los tejados y agujeros en las paredes, los cables de la luz y el agua están pinchados, las luces arrancadas, las puertas forzadas, hay manchas de excrementos y de orín, cristales rotos y jeringuillas.

Los vecinos aseguran que en uno de los pisos hay un prostíbulo ilegal y una de las puertas todavía está calcinada por un incendio.

Hipotecados y "atrapados"

Los residentes compraron éstos pisos por más de 200.000 euros y a la gran mayoría les queda aún buena parte de hipoteca por pagar, así que se sienten “atrapados” porque no pueden irse ni tampoco alquilar o vender sus casas porque nadie quiere vivir allí.

Han puesto rejas en sus ventanas y un vecino incluso ha tenido que anclar las bicicletas en la pared de su piso porque tienen los trasteros es mejor tenerlos vacíos a causa de los robos. Si alguno de los propietarios se enfrenta a los okupas, le amenazan con frases como: “Sabemos dónde vives".

"Abandonados" por las instituciones

Los vecinos aclaran que no están en contra de la ocupación por parte de familias desfavorecidas y aseguran que "ojalá" el perfil de ocupas del bloque fuera éste porque hasta podrían ayudarles, pero aseguran que en su bloque la mayoría “son delincuentes”.

Se sienten “abandonados” por las instituciones y tienen pánico a que los pequeños incendios que se han declarado por enganches ilegales a la luz algún día vayan a más.

Críticas al ayuntamiento

El alcalde de Vilafranca, Pere Regull (JxCat), ha pedido más medidas judiciales para luchar contra la ocupación y asegura que hacen "todo lo que se puede legalmente” para solucionar el que consideran “el problema de ocupación más importante de Vilafranca”.

El abogado de los vecinos, David Gironès, sin embargo, considera que el consistorio “es pasivo ante las ocupaciones”, aunque reconoce que legalmente no tiene recursos jurídicos para echar a los okupas. Reclama que el consistorio lleve “al límite de la ley” medidas coercitivas, como “montar controles de actividades delictivas, cortar el agua, practicar detenciones continuas y, si hay menores, llevar el caso a la Dirección General de la Infancia y la Adolescencia para que les retiren la custodia: Así se irán rápido porque ésta gente no quiere entrar en el sistema".