Juan Pablo II y el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, en el Vaticano en 2004

Juan Pablo II y el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, en el Vaticano en 2004

Vida

El Vaticano ocultó durante 60 años los abusos sexuales del fundador de los Legionarios de Cristo

Benedicto XVI envió a Marcial Maciel a México en 2006 para dedicarse “a la penitencia y la oración”

2 enero, 2019 14:42

El prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, el cardenal João Braz de Aviz, ha reconocido que el Vaticano tenía en su poder desde 1943 documentos sobre los abusos sexuales cometidos por el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel.

En una entrevista a la revista católica Vida Nueva, el religioso ha explicado que “quien lo tapó era una mafia, ellos no eran la Iglesia”, en referencia a los archivos que permanecieron ocultos y recogían los abusos de Maciel.

Las denuncias de abusos “crecerán”

“Tengo la impresión de que las denuncias de abusos crecerán, porque solo estamos en el inicio. Llevamos 70 años encubriendo, y esto ha sido un tremendo error”, ha expresado Braz de Aviz al semanario.

Una de las víctimas de Maciel fue Félix Alarcón, un exidirigente legionario que denunció al religioso en 1988. "Se pasaban esta terrible patata caliente unos a otros, sin tomar ninguna medida", explicó Alarcón a El País.

Legionarios de Cristo

El fundador de los Legionarios de Cristo fue presentado al pontífice Juan Pablo II como apóstol de la juventud. Fue durante la etapa de Benedicto XVI como Papa cuando éste le invitó a retirarse a México para dedicarse “a la penitencia y la oración”.

Maciel murió dos años más tarde, cuando una comisión de investigación ya había desvelado sus actividades delictivas toleradas por el Vaticano. Tal y como reconoce ahora Braz, Maciel estuvo protegido por Juan Pablo II. "Es un guía eficaz de la juventud", sostuvo el Papa cuando las denuncias ya eran públicas.

“No criminalizar”

El obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, ha pedido este miércoles "no criminalizar" a todos los sacerdotes por los casos de pederastia. Según este religioso "la mayoría de los casos de abusos se da en los ámbitos familiares” por lo que pide que no se “focalice” sobre la Iglesia esta cuestión.

Gil Tamayo ha subrayado que la Iglesia está "empeñada en un trabajo serio” sobre la cuestión de los abusos sexuales en su seno, en el que "se prime a las víctimas”.