Una mujer comprueba sus medidas, un momento clave para la autoestima / PXHERE

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Vida

Trastornos alimenticios: más importante la autoestima que el peso

Los comentarios sobre el cuerpo o la comida alejan al enfermo, que necesita apoyo emocional y evitar sentirse juzgado

8 julio, 2019 00:00

"Hay que tenderles la mano y acercarse a la parte emocional. No juzgar y evitar centrarse en la comida y en el peso, porque eso hará que se alejen más". Es la recomendación de Sara Bujalance, psicóloga y directora de la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia (ACAB), entidad que lleva 27 años asesorando a familiares y pacientes con trastornos de la conducta alimentaria (TCA) en Cataluña. 

A estas patologías, también se suma el trastorno por atracón --como la bulimia, pero sin mecanismos compensatorios-- y la alimentación selectiva en niños, que puede derivar en problemas nutricionales, explica José Soriano, psiquiatra del Hospital Sant Pau, especializado en estos trastornos. ¿Cómo se pueden detectar? "Por el inicio de alteraciones del comportamiento, tanto con la alimentación, como con el ejercicio", sostiene el doctor, aunque advierte que, en ocasiones es difícil darse cuenta porque parte de la población se pone a dieta de manera periódica. "En algunas personas, cuando se sobrepasa un límite, empiezan a ser evidentes señales de excesivo adelgazamiento, con una actividad física excesiva. Una combinación muy peligrosa, que puede tener graves consecuencias para la salud", alerta.

"Atención deficiente"

Bujalance recuerda que estas enfermedades, que necesitan un tratamiento médico de larga duración, "son el trastorno mental con la tasa de mortalidad más elevada", y denuncia que la sociedad no es consciente de su gravedad, así como la "atención deficiente" a los trastornos de conducta alimentaria en la Sanidad pública. "Tenemos un problema. En Barcelona hay unidades específicas con equipos especializados, y hospitales de día, pero los que no llegan al extremo de necesitar un ingreso, no reciben ningún tipo de tratamiento. Con suerte, una vez al mes les atiende el psicólogo o el psiquiatra, les pesan, y dan por finalizada la sesión a los 20 minutos", lamenta.

Una cinta métrica de costura sobre una báscula / PXHERE

Una cinta métrica de costura sobre una báscula / PXHERE

La presidenta de ACAB reclama una mayor implicación del sistema sanitario en el tratamiento de los TCA. "Los profesionales necesitan tiempo y las herramientas necesarias para tratar a estos pacientes. Entre ellas, conocer que es un trastorno de base emocional, y que el tratamiento farmacológico puede ser complementario, pero no va a ser la solución. Detrás de este problema hay mucho sufrimiento, ansiedad, depresión y un proyecto vital muy dañado que hay que trabajar", explica.

Adolescencia

El doctor Soriano señala que estos problemas suelen aparecer en la adolescencia. "Hay una línea muy delgada, en el momento en que se pasa de cuidar la salud y estar en forma, a perder el control sobre la alimentación. Por fortuna, no le ocurre a todo el mundo. Suele haber algún factor predisponente, como la etapa en que aún se está formando la personalidad, y algún factor precipitante, que suelen ser afectivos, como la pérdida de un ser querido o una ruptura sentimental", señala. Procesos de duelo que pueden facilitar que se traspase esa línea y que la persona deje de tener control sobre lo que ingiere.

Una de las mayores dificultades, señala este psiquiatra, es la resistencia que suele mostrar el enfermo para acudir al especialista. "Si es menor de edad, los padres pueden hacer valer su autoridad, pero en el caso de los adultos que no quieren colaborar con el tratamiento, la situación es más compleja. Los familiares o la pareja tienen que presionar mucho a la persona, y a veces puede pasar mucho tiempo hasta que acude a la consulta", explica. Durante este proceso, relatan desde ACAB, lo más habitual es que los allegados hagan muchos comentarios sobre lo que comen o dejan de comer, así como sobre el peso que han perdido, y señalan que "es muy mala idea. Hay que evitarlos: lo que hacen es alejar cada vez más a la persona, que se siente muy atacada y construye un muro para aislarse".

Trastorno emocional

"Hay que entender que la comida, el peso y la actividad física es una conducta del trastorno, y la familia tiene que conectar con la parte emocional. Preguntarle cómo se encuentra, qué le preocupa, y cómo le puede ayudar. Siempre desde el afecto y la comprensión", subraya Bujalance. ¿Qué se debe evitar? "Hacer comentarios sobre el cuerpo y sobre lo que come o no. Ya sé que es muy difícil para un familiar, porque mi madre todavía lo hace, pero no ayuda, porque el problema no es la alimentación, los problemas son otros", cuenta Marilena, que sufrió anorexia y bulimia desde los 15 años, aunque ahora lleva casi una década recuperada.

Una balanza entre la razón y la emoción / PXHERE

Una balanza entre la razón y la emoción / PXHERE

En su caso, fue ver el sufrimiento que provocaba a su familia lo que la ayudó a salir adelante. "Mis padres estaban muy preocupados, se dieron cuenta de que estaba triste, no dormía, no comía, y yo pensaba que tenía depresión", cuenta. Fue entonces cuando se puso en manos de un psiquiatra. "En algún momento, recuerdo que lo hacía más por ellos que por mi", admite, pero aún así luchó por superar la enfermedad. "A alguien que esté pasando por lo mismo, le diría que todo se supera. Durante muchos años yo no veía ninguna luz, pero solo necesitaba que alguien me dijera eso, que se puede salir", señala.

Pedir ayuda

Los profesionales subrayan que el inicio precoz del tratamiento es un factor clave a la hora de conseguir una recuperación completa. "Si la anorexia o la bulimia se han instaurado, se necesitan tratamientos largos, tanto a nivel nutricional, dietético y físico, como a nivel psicológico y emocional. También hay que trabajar la parte social, porque personas con estos problemas se suele aislar, por lo que es necesario un abordaje integral a todos los niveles, que requiere mucho tiempo y esfuerzo", señala el especialista de Sant Pau.

Desde ACAB asesoran a familiares que no saben qué hacer y les explican, no sólo en que consisten estos trastornos, sino cómo abordarlos, y a mejorar la predisposición del afectado para que pueda recibir ayuda médica.  "Su papel es fundamental porque tienen que apoyar a la persona", cuenta Bujalance. Para ello cuentan con un programa de apoyo y acompañamiento que conduce una psicóloga especialista en TCA. 

Salud

El doctor Soriano alerta que, con la popularización de las conductas de purga como métodos para mantener el peso, se ha producido un incremento de los pacientes con bulimia en las últimas décadas. Como medida de prevención sostiene que lo mejor es intentar huir de las dietas y mantener una vida activa con alimentación variada, "cultivando las relaciones sociales, cuidando a los que nos rodean, e intentando cuidarnos a nosotros también".