Fachada de la entrada a urgencias del Hospital Trueta de Girona / EP

Fachada de la entrada a urgencias del Hospital Trueta de Girona / EP

Vida

Un segundo paciente con coronavirus se fuga del Hospital Trueta de Girona

Es la segunda persona que huye del centro sanitario esta semana al conocer su positivo por Covid-19

17 abril, 2020 19:57

El Hospital Trueta de Girona no gana para sustos. Por segunda vez esta semana, uno de sus pacientes diagnosticado con coronavirus se ha fugado de sus instalaciones. En esta ocasión, un hombre de 57 años que ingresó con síntomas del Covid-19 y escapó al confirmarse su positivo.

El fugado, una vez confirmadas las sospechas de su contagio, fue derivado al Hospital Santa Caterina de Salt, también en Girona. Para ello, se pidió una ambulancia con la que trasladarlo y, en ese momento, huyó con la mascarilla y la vía de acceso intravenosa puestas.

Se presentó en el Santa Caterina

El hombre acudió por la mañana al servicio de urgencias del Trueta y, al conocer el diagnóstico, se negó a esperar el transporte sanitario y expresó su voluntad de abandonar el centro. Los profesionales que lo atendían le informaron de la imposibilidad de abandonar las instalaciones por su pie, por su bien y por el comunitario. Pero huyó a la carrera en busca de su vehículo

Los guardias de seguridad intentaron retenerle y, desde el hospital, se contactó con su madre para informarle de la situación. También avisaron a los Mossos d'Esquadra, al tratarse de un presunto delito, quienes alertaron a varias policías locales e iniciaron una búsqueda exhaustiva. Horas más tarde, el fugado se personó voluntariamente en el Santa Caterina, donde quedó ingresado.

Dos fugas en una semana

Ésta es la segunda fuga que sufre el hospital relacionada con el coronavirus y en la misma semana. El pasado martes, otro vecino de Girona, de 47 años y originario de Gambia, se escapó para cenar en su casa al expresar que "tenía hambre" y no le daban de comer.

Desde el Trueta lamentan que se produzcan "fugas de pacientes en tanto que éstos se ponen en peligro ellos mismos, a su entorno más cercano y la salud pública, siendo un acto de irresponsabilidad" e indican que, "aunque el centro no puede retener a nadie contra su voluntad, los profesionales siempre advierten de sus consecuencias"