Esta festividad de Sant Jordi ha sido la más insólita de la historia. La reclusión obligada por el estado de alarma decretado para combatir la letal pandemia del coronavirus ha hecho imposible celebrar con normalidad el día del libro y de la rosa.
Sin embargo, las imágenes de las calles vacías en todos los pueblos y ciudades de Cataluña se han combinado con otras, fruto de la creatividad de los ciudadanos, que abren la puerta a un futuro esperanzador. A continuación, se ofrecen las más destacadas.

Rosas en las baldosas de Barcelona
Tampoco en esta excepcional ocasión la capital catalana ha perdido la tradición de llenar sus calles con rosas. Eso sí, esta vez nada es como antes. Por eso, alguien ha decidido pintar las características baldosas barcelonesas como la tradicional flor de Sant Jordi.
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Las palomas invaden la Rambla de Barcelona
Las palomas llenan las baldosas de la Rambla de Barcelona, la que normalmente se llena de escritores y amantes lectores en busca de su ansiado libro, una firma o una pequeña charla en el día mundial del libro. En las circunstancias actuales, la festividad no tiene cabida en una ciudad completamente vacía.

Paseo de Gracia completamente vacío
Paseo de Gracia. Una de las calles con más movimiento de Barcelona --sobretodo el día de Sant Jordi-- amanece vacía y sin vida. Al fondo, apenas tres vehículos de transporte público demuestran que aún queda gente en la ciudad.

Floristerías cerradas
Lo nunca visto en un Sant Jordi: una floristería cerrada y con plantas secas en el mostrador. Una paradoja muy visual del día que se está viviendo hoy...

Mercados de flores vacíos
Los pocos ramos de rosas que quedaron en el Mercat de la Flor y Planta ornamental de Vilassar de Mar, completamente vacío, la noche antes de Sant Jordi. Este año, la actividad ha sido más complicada de lo normal.

Homenaje a los más mayores
TMB ha colaborado en una campaña para homenajear a los ancianos, los más vulnerables al coronavirus, depositando rosas en los asientos reservados a los más mayores tanto en el metro como en autobuses y demás transportes públicos.

Fiesta en las residencias
Los mayores ingresados en las residencias catalanas tampoco se han perdido la fiesta del libro y la rosa.

Sant Jordi intergeneracional
El Ayuntamiento de la Vall d'en Bas ha comunicado que el geriátrico del Mirador del Puigsacalm ha celebrado un Sant Jordi intergeneracional entre los ancianos --muy contentos-- y los alumnos de la escuela Verntallat. Los niños les han mandado dibujos y escritos para este día tan especial.

Flores caseras y alternativas
La saturación de los pedidos online, las floristerías que no prestan servicio o el miedo a salir de la calle han animado a la gente a crear sus propias rosas. Otros, en cambio, han escogido comprar alternativas como tallados de madera, postres u otras opciones.

Rosas de madera
Algunas empresas, como la carpintería ROS BCN, ha aprovechado la escasez floral para fabricar rosas de madera que perdurarán como la celebración de este 2020.

Manteniendo la distancia
Una persona ha fabricado una rosa de papel y se la ha dejado en el felpudo a su vecino para que éste la pudiera coger sin romper la distancia de seguridad recomendada y así evitar un posible contagio.

Lectura desde un balcón de España
Los balcones se han convertido en el punto de reunión de familiares y vecinos. Como no podía ser de otra manera, la ciudadanía ha salido hoy a disfrutar de sus libros en ellos y vivir la libertad del aire libre junto a la lectura.

Añoranza por los libros
Las calles vacías lloran por la falta de paradas y puestos de libros. En alguna ocasión, con un poco de suerte, la gente se asoma por la ventana y ve un resquicio de normalidad como la de este hombre con un libro en su carrito y una rosa en la mano. Lo más normal de este extraño Sant Jordi.

Flores a domicilio
Los repartidores de Glovo han modificado sus encargos habituales para transportar rosas a los seres queridos de muchos catalanes que se encuentran encerrados en sus domicilios.

Hay cosas que no cambian
Que no falten las rosas para nuestras personas amadas. Este trabajador de Igualada ha aprovechado su salida para recoger unas pocas para su familia. Cualquier momento es bueno para no romper con la tradición y regalar resquicios de amor y felicidad a los nuestros.

El personal sanitario, unido
Médicos, enfermeros, auxiliares... toda persona que combate al coronavirus estos días. Los guerreros del Covid-19 han recibido miles de muestras de cariño por parte de la ciudadanía, que les ha mandado libros y rosas para agradecerles su trabajo y sus esfuerzos.

Enfermeras reciben rosas y libros
Los agradecimientos a sanitarios se han convertido en una costumbre. En este Sant Jordi, no podía faltar el regalar libros y rosas al personal sanitario que tanto se esfuerza en combatir al coronavirus.

Pacientes con lecturas
Tampoco se han olvidado de los grandes luchadores: los pacientes. Los que realmente se encuentran aislados entre cuatro paredes esperando a que una prueba confirme que han ganado la batalla a la enfermedad. Ahora, los que puedan y estén en condiciones, lo harán con la posibilidad de leer más libros. Quién, si no, va a aprovecharlos tanto en momentos tan duros como estos.

Música por Sant Jordi
Trabajadores del Hospital Clínic, desplazados actualmente al Hotel Catalonia Plaza --que hace las funciones de hospital--, escuchan a su compañero Eduard López mientras toca el piano para amenizar el reparto de flores y libros que la cadena hotelera ha puesto a su disposición.

Bibliotecas médicas
El personal sanitario del Clínic desplazado al Hotel Catalonia Plaza, ojea los libros que la cadena hotelera ha puesto a su disposición como en las tradicionales paradas de Sant Jordi.

Los libreros felicitan Sant Jordi
Los libreros han felicitado la diada pidiendo, por favor, a los amantes de los libros que no dejen de comprarlos. Ya sea online, reservándolo para después del estado alarma... pero que "no nos olviden".

Libros electrónicos
Al no poder salir de casa, este Sant Jordi ha sido el más virtual de la historia. Los libros digitales han ganado terreno con el encierro obligatorio, solucionando el impedimento de bajar a la calle o no recibirlos a tiempo por el colapso en los envíos a domicilio.

Y de postre...
No podían faltar los postres inspirados en un día tan señalado. Muchos han aprovechado la oferta de pastelerías como Escribà para pedir a domicilio estos postres diseñados para endulzar nuestro Sant Jordi.