El fin del estado de alarma, este domingo 9 de mayo, ha dejado imágenes multitudinarias de personas en la calle celebrando la flexibilización de las restricciones como la eliminación del toque de queda. La Guardia Urbana de Barcelona desalojó a 1.639 personas de la vía pública y en muchos casos los Mossos d’Esquadra y las diferentes policías locales levantaron 600 actas de sanciones por incumplir las medidas sanitarias para frenar los contagios por Covid-19.
Durante las primeras horas sin estado de alarma, entre las doce de la noche del domingo, cuando finalizó el estado de alarma, y la medianoche del lunes, se han levantado unas 600 actas administrativas por no respetar las medidas de seguridad. Además de estas sanciones, Mossos y Guardia Urbana desalojaron en Barcelona a 6.500 personas que participaban en fiestas multitudinarias en la vía pública en la primera noche sin estado de alarma, en puntos como Arc de Triomf, el Born, la Barceloneta o el barrio de Gràcia.
“Eclosión ciudadana”
El conseller de Interior, Miquel Sàmper, en declaraciones a RAC1, ha afirmado que era “evidente que iba a haber una eclosión ciudadana” en las calles tras el fin del estado de alarma, aunque confía en que estas multitudes sean menores en los próximos fines de semana. Las sanciones impuestas, un porcentaje muy bajo respecto al incumplimiento de medidas de los asistentes a estas fiestas multitudinarias en las calles, se han dado por no utilizar la mascarilla ni el distanciamiento social mínimo.
Sàmper ha recalcado que el próximo fin de semana habrá un nuevo despliegue policial en las calles, cuyo operativo y sus dimensiones se diseñarán en función de las previsiones de Interior. El conseller ha admitido que estas fiestas multitudinarias y las que se celebran en domicilios particulares, que son muy difíciles de controlar, son las que más preocupan, puesto que se trata de dos de los principales focos de infección.
Sanciones “pedagógicas”
Las primeras sanciones tras el estado de alarma han llegado de forma reducida. Esto, según el conseller de Interior, se debe a que la “voluntad” de los agentes era hacer “pedagogía” y huir de una actitud “inquisidora o sancionadora”.
Esta flexibilidad en las sanciones impuestas por los cuerpos policiales, contrastan con las imágenes vistas en las diferentes localidades de Cataluña, especialmente en Barcelona, con los macrobotellones nocturnos en las principales calles y plazas. No obstante, Sàmper ha asegura que no ve “necesario” un toque de queda nocturno con los datos epidemiológicos actuales y ha criticado la “dejadez de funciones” del Gobierno por no dotar a las autonomías de “instrumentos” para adoptar medidas más restrictivas si la situación lo requiere.