Vida

Salen a la luz los menús de Moncloa: percebes y garbanzos fritos

Los periódicos se enzarzan en el debate sobre las redes sociales y ya hay un detenido por tuitear barbaridades sobre el crimen de León. Esperanza Aguirre entona el "Diguem No" de Raimon.

16 mayo, 2014 09:51

Yusuf Yerkel es el nombre del consejero del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, que se lió a patadas con un manifestante que protestaba por la gestión del gobierno de la catástrofe de la mina de Soma, cuyo balance se aproxima a los trescientos muertos. Es una fotografía de Associated Press que está en las páginas de Internacional de todos los diarios. Yerkel, con traje y corbata, patea a un tipo al que sujetan dos militantes armados hasta los dientes. El texto del corresponsal del Abc en Estambul, Daniel Iriarte, es muy gráfico:

"Durante su visita a Soma, el miércoles por la tarde, al primer ministro Recep Tayyip Erdogan le recibieron con pitidos y abucheos, y con preguntas mucho más críticas de las que suele hacer la prensa turca, domesticada a golpe de despidos, encarcelamientos y presiones empresariales. Los parientes de los mineros fallecidos se encararon con el equipo de seguridad de Erdogan, y más de un miembro de la comitiva gubernamental perdió los nervios. Ayer, por ejemplo, se difundió la imagen de un asesor de Erdogan, Yusuf Yerkel, pateando a uno de los vecinos de la localidad mientras dos oficiales de la Gendarmería lo sujetaban contra el suelo. No fue el único: en un vídeo difundido por la web del diario «Hürriyet» puede verse, aparentemente, al propio Erdogan forcejeando con otro hombre que le cerraba el paso al supermercado donde había decidido refugiarse el séquito del mandatario".

La fotografía de Yerkel ha dado la vuelta al mundo y se ha "traducido" a todos los idiomas con un resultado muy parecido: la expresión más cruda del poder, un "trajeado" pisoteando a un manifestante. A Yerkel nadie le ha dicho que dimita. En realidad y en Turquía, se ha tendido a justificar su actitud ante un "alborotador".

Del mundo exterior procede también una crónica del corresponsal en Nueva York de La Vanguardia, Francesc Peirón, que explica las tensiones internas que habrían motivado el fulminante cese de Jill Abramson, directora del The New York Times. El editor, Arthur O. Sulzberger Jr, la puso a caldo al anunciar el nombramiento de su sustituto, Dean Baquet, el primer negro al frente del diario estadounidense. Según Peirón, "no hubo mención a su contribución a la existosa aplicación del modelo de suscripción digital -prácticamente 800.000-, al lanzamiento de nuevos productos on line o al importante frenazo en la caída de ventas de la edición impresa y la recuperación del mercado publicitario". O sea, el típico bonus en los diarios para premiar a quienes consiguen enderezarlos, una patada metafórica que en este caso no habría sido ni en horizontal ni hacia arriba. El gran detalle es que Abramson se había tatuado la característica T gótica de su periódico en el hombro, que vendría a ser lo mismo que tatuarse el escudo de la legión en el antebrazo. Una mujer fuerte, Abramson, aunque tal vez un tanto excesiva. ¿Tendrán 'tatoos' con sus cabeceras Marhuenda y Carol?

Al asesor macarra de Erdogan y la ex directora del Times de New York se debe sumar al cocinero de la Moncloa para completar la sección dispersa del museo de cera del día. En el Abc, Angie Calero, nos presenta al personaje que dio de comer a cinco presidentes, el "chef" Julio González de Bui, 32 años en los fogones presidenciales. Ha publicado un libro y en la conversación con la periodista revela algunos detalles muy sugerentes y definitorios que vendrían a confirmar que somos lo que comemos:

"La llegada de Felipe González a La Moncloa supuso «un antes y un después» en la cocina. Ninguno de sus antecesores había bajado a esa dependencia pero él «era un gran aficionado a los fogones». Con José María Aznar las neveras se llenaron de helado de café de Häagen-Dazs, que consumía para comer y cenar. Sus dos mandatos «marcaron la época de mayor esplendor» de la casa. A toda la familia le apasionaban los «percebes y las centollas». Muy diferentes fueron los «caprichos» de José Luis Rodríguez Zapatero. La familia llevaba una dieta supervisada por Sonsoles Espinosa. «Para el almuerzo, verduras, y para la cena, ensaladas». Zapatero se saltaba las normas cuando su mujer no estaba. «Le encantaban las almendras fritas» y se esforzó en intentar diferenciar distintos vinos. Cuando abandonaron el Palacio, Espinosa le pidió al chef un cuaderno con las recetas preferidas de la familia".

A Suárez, comenta también el cocinero, le encantaban los garbanzos fritos que sobraban del cocido. El Rey también queda retratado. Solía pedir huevos fritos y vino peleón cuando visitaba La Moncloa, en tiempos de González.

De unos días a esta parte, la situación en Cataluña parece haber experimentado un reconfortante enfriamiento. El proceso está en todos los debates, pero la dureza de la realidad exterior matiza los avatares internos. Esperanza Aguirre, la presidenta del PP de Madrid, recaló ayer en Barcelona para animar la campaña europea. Blusa leopardo y leotardos, en este caso pantalones, ajustados. Iñaki Ellakuría titula su pieza "Esperanza no es 'd'eixe món'", pero no lo dice por su aliño indumentario, que no puede estar más à la page. Lo de la canción viene a cuento por lo siguiente: "En uno de los actos más multitudinarios y cálidos de la campaña del PP en Cataluña, Aguirre demostró que, si Aznar solía hablar en catalán en la intimidad, ella lo hace en público y además parafraseando al cantante Raimon: 'El 25-M diguem no als soberanistes, que nosaltres no som d'eixe món'. Un llamamiento para frenar en las urnas 'al pensamiento único' de los nacionalistas...".

No queda más remedio que referirse a los dos debates electorales de ayer. En La Vanguardia abren portada con el europeo europeo y titulan: "Cataluña entra en el debate de los candidatos europeos". Se afirma que Juncker y Schulz defendieron el respeto a las constituciones de los Estados, mientras que Verhostadt, el "referente de CiU", pidió que españoles y catalanes "decidan". También estaban Tsipras, de la izquierda, y Ska Keller, de los verdes, la única que defiende sin ambages el derecho a decidir en los términos planteados por el bloque soberanista.

En el debate europeo español, el dirimido entre Cañete y Valenciano, Abc y La Razón dan ganador al primero, como no podía ser menos. En El Mundo, Lucía Méndez resume la cuestión a los puntos:

"El único cara a cara de los candidatos de los dos partidos mayoritarios resultó mucho más interesante que la mustia y desangelada campaña electoral europea. Es verdad que tanto Arias Cañete como Elena Valenciano se salieron del estricto guión europeo para hablar de política nacional, de las herencias de cada uno y de las responsabilidades mutuas en el paro y en la crisis, así como de las alternativas que proponen. Pero eso le dio viveza a la discusión y además, ya es hora de acabar con la hipocresía oficial y mediáticamente correcta de que estas son unas elecciones sólo al Parlamento Europeo. Hay que hablar claro. Estas son unas elecciones de ámbito nacional en las que ambos partidos se juegan mucho. El PP, la reválida o el castigo a su controvertida gestión de Gobierno. El PSOE, su salida de las catacumbas".

Ni rastro de Cataluña en el análisis de Méndez. No así en la noticia que firma Toni Bolaño en La Razón. Se trata de un repaso a la ficha profesional de Ernest Maragall, número dos de la candidatura de ERC. Se sorprende Bolaño de que Maragall, en sus tiempos de diputado, asesorara a una multinacional farmacéutica dedicada a la síntesis de moléculas, actividad muy alejada de las síntesis políticas que acostumbra a realizar Maragall. Cuenta además que no es el único, puesto que Marina Geli, ex consejera de Sanidad y diputada díscola también asesora a otra farmacéutica, lo que tiene algo más de lógica, pero muy mala venta.

La portada de El Mundo se sale de los carriles generales y destaca una investigación de la Audiencia Nacional: "Un grupo extremista 'abertzale' intenta reactivar el terrorismo". Es una noticia de Ángeles Escriva, que cuenta la vigilancia a la que el juez Fernando Andreu somete a una organización llamada Ibil, que agruparía a unos cincuenta radicales dirigidos por un preso y un fugado.

El asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, continúa deparando novedades, ahora sobre la cuantía de la supuesta deuda de la hija de la asesina. Sin embargo, la cuestión principal es el apasionante y escolástico asunto de las redes sociales. Se ha detenido a un prenda de 19 años que se dedicaba a tuitear barbaridades contra los políticos y a favor del cannabis. El chaval se ofrecía voluntario para asesinar a un amplio listado de políticos populares. Sólo necesitaba que alguien le prestara un AK-47, según decía en la red social. Sobre el twitter y hasta hace un par de días, la opinión oficial de la izquierda, la derecha y los no alineados era más o menos pareja: cuidado, cuidado, que lo carga el diablo. La traducción digital del asesinato de León ha causado una nueva sima. En el Ara y El Punt Avui braman contra el anticatalanismo que supuran algunas connotadas cuentas en las redes y exigen actuaciones. En Abc y La Razón se apoya sin fisuras la intervención de las redes mientras que en El País, en general, se tiende a pensar que el ministro de Interior, Jorge Fernández, aspira a ponerle puertas al campo, un intento abocado a la frustración y la melancolía. Jiménez Losantos, en El Mundo, tiene una hipótesis al respecto:

"Ayer, o sea, bastante tarde, supimos por un informe oficial encargado por la Diputación de León que una de las presuntas asesinas, la que tenía en su casa dos pistolas y bastante marihuana, medio kilo, un kilo o kilo y medio según las distintas fuentes, lo cual es bastante confuso, nunca fue despedida de la Diputación, que es lo primero que se nos dijo y lo que propició buena parte de la batahola en las redes sociales. Pero, vamos, ni el señor Twitter ni el señor Facebook ni la señora Instagram mataron a nadie. Eso está bastante claro. O bastante turbio, dado el empeño de Interior en desviar hacia el vandalismo de las redes sociales la gravedad del caso".

La despedida del futbolista Puyol ensombrece la previa del partido decisivo de mañana, el Barça-Atlético de Madrid cuyo resultado decidirá el campeón de Liga. El empate le vale a los visitantes. A los locales, sólo la victoria. Un partido no apto para las redes sociales.

16 de mayo, San Simón Stock, presbítero, ermitaño y carmelita.