Templo de la Sagrada Familia / EP

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Vida

La Sagrada Familia, cerrada y sin iluminación en Navidad por la caída de ingresos

Hace unas semanas se desató la polémica por las imágenes de la beatificación de Joan Roig en la nave central del templo, donde se congregaron casi 600 personas

17 noviembre, 2020 17:11

La basílica de la Sagrada Familia estará cerrada al público y no tendrá iluminación estas Navidades, debido a la caída de ingresos generada por la pandemia de Covid-19. Tampoco se celebrarán las misas internacionales de fin de semana habituales, aunque sí se mantendrá su actividad parroquial.

"No entra dinero" y "con las restricciones no cubrimos los gastos" que comporta abrir el templo, han explicado fuentes de la basílica, cuya decisión también recae en la voluntad de prevenir posibles aglomeraciones frente al templo.

Solos dos misas programadas

En la agenda de actos se repite el mensaje de que no hay eventos y sólo aparecen dos citas: una misa para ordenar cinco diáconos permanentes el 13 de diciembre y la misa de ordenación como obispo auxiliar de Barcelona de monseñor Javier Vilanova Pellisa. La celebración de esta última estaba prevista para el próximo fin de semana, pero finalmente tendrá lugar el día 20 de diciembre.

Fuentes del Arzobispado de Barcelona han indicado que tanto en ambas misas como en las actividades parroquiales, se respetarán escrupulosamente los aforos, restricciones y medidas higiénicas vigentes. Internet jugará un papel fundamental en esta nueva era del templo, pues las misas se retransmitirán telemáticamente y por 8TV --en el caso de la del 20 de diciembre--, con el objetivo para disuadir de la presencialidad. Además, se está preparando "alguna cosa digital" para celebrar la Navidad en la basílica a través de las redes sociales.

La polémica

La Sagrada Familia cerró tras la polémica generada por las imágenes difundidas de la beatificación de Joan Roig. Aquel fin de semana, en la nave central de la basílica se congregaron casi 600 personas, pese a que la Iglesia asegura que se mantuvo el aforo permitido.

Este incidente llevó a la Generalitat a limitar el máximo de asistentes a una Iglesia, que ahora se sitúa en 100 personas, independientemente de la capacidad del templo.

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