"La destrucción tuvo lugar en el aire y los fragmentos resultaron desperdigados por una superficie de cerca de 20 kilómetros cuadrados", ha afirmado Víctor Sorochenko, director ejecutivo del CAI, a la prensa rusa tras visitar el lugar de la tragedia.
Sorochenko, no obstante, se ha mostrado prudente y ha dicho que "es todavía pronto para sacar conclusiones" sobre las causas del siniestro de la aernoave. Una tragedia aérea que la mayor en la historia de Rusia.
Según testigos oculares, el avión de la aerolínea rusa Kogalimavia (Metrojet), un Airbus A-321, ardía en llamas antes de colisionar contra la tierra.