Interior del restaurante El Mordisco / EL MORDISCO

Interior del restaurante El Mordisco / EL MORDISCO

Vida

Un restaurante barcelonés desafía públicamente el ‘cerrojazo’ de la Generalitat

La propietaria de El Mordisco asegura que, gracias a una máquina que recicla el aire, el local es tan seguro como un quirófano

17 octubre, 2020 15:39

El restaurante El Mordisco, situado en el barrio barcelonés del Eixample, ha decidido mantener una postura insumisa ante el cierre de locales de hostelería decretado por la Generalitat durante 15 días para tratar de frenar el avance del Covid-19. Lejos de esconderse, la empresaria Rosa Esteve, propietaria del negocio, ha hecho pública esta situación.

El caso de esta particular ‘aldea gala’ tiene su principal elemento en una máquina instalada en el establecimiento que recicla de forma continua el aire, de manera que la seguridad de los clientes está asegurada.

La máquina del milagro

Según informa Metrópoli Abierta, Esteve ha llegado a asegurar que es más sencillo que los comensales se infecten en sus propios domicilios que en el restaurante. El artefacto que hace posible tal alarde de seguridad ha supuesto para El Mordisco una inversión de 34.000 euros.

Y no es el único gasto que Esteve está asumiendo en relación con la pandemia. Cada 15 días, todos los trabajadores del restaurante se someten a una prueba para comprobar si están contagiados, lo que supone un coste de unos 150 euros por empleado.

Riesgo de cierre

La propietaria del restaurante asegura que en el fondo de su actitud desobediente está su decisión de que los trabajadores puedan cobrar la totalidad del sueldo y no sólo la parte de que les correspondería en el caso de que, como consecuencia del cierre parcial, se vieran obligados a ser incluidos en un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE).

La idea de adquirir la máquina surgió en una de las visitas que Esteve hizo al Clínic para llevar comida a los sanitarios, en la que se le ocurrió que podría instalar en el restaurante un sistema como el que existe en los quirófanos. El hecho de que se cante a los cuatro vientos que El Molino permanecerá abierto hace que sea mucho más probable que la policía se presente en el local para cerrarlo. Esteve asegura que no se resistirá pero también advierte de que, en ese caso, cerrará para siempre.