UImagen del Imperial College de Londres / IC

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Vida

¿Frenan las reacciones alérgicas el cáncer de piel?

Nuevos estudios del Imperial College de Londres apuntan a que los componentes del sistema inmune que las desencadenan también la protegen

22 julio, 2018 09:53

La revista científica Nature Immunology ha publicado una investigación del Imperial College de Londres que abre la puerta a nuevos tratamientos contra el cáncer de piel. Los científicos del centro apuntan a que los componentes del sistema nervioso que desencadenan reacciones alérgicas también son una defensa de la piel contra las células malignas.

Se advierte de que el estudio está en una etapa inicial, aunque ya ha presentado respuestas optimistas para el equipo que lo impulsa. Además, también aporta más datos sobre la expansión de las alergias, que ya afectan al 44% de la población británica en una incremento de las patologías desconocida hasta la fecha.

La proteína IgE

Los investigadores indican que sus hallazgos respaldan la llamada Hipótesis de la toxina. La teoría que afirma que la exposición a toxinas ambientales y productos químicos ajenos al cuerpo humano desencadena estas reacciones alérgicas. La causante es la inmunoglobina E o IgE, una proteína que trabaja como anticuerpo y desencadena las reacciones alérgicas al reconocer de forma errónea una sustancia inofensiva.

Entiende, por ejemplo, que un cacahuete o la piel de un melocotón resulta un peligro para el cuerpo humano y actúa. Es decir, enciende una alarma en forma erupciones e hinchazón de la cara y la boca. Incluso en los casos más graves en las vías respiratorias, un efecto grave contra el que se debe actuar de forma con antihistamínicos de forma rápida para evitar un ahogamiento.

Protección

Los científicos han identificado el mal funcionamiento del IgE, pero no saben cuál es su papel original en el sistema inmunológico. Y aquí es donde entra el equipo del Imperial College londinense. Las investigaciones que han iniciado indican que ejerce un papel crucial contra el daño causado por los químicos ambientales. Es decir, protegen contra el cáncer.

La proteína que se desencadena ante los agentes tóxicos los acumula en un sitio concreto de la piel y evita que las células dañadas por estos químicos muten en tumores malignos. Cabe tener en cuenta que el cáncer de piel es un enfermedad también en incremento.

Investigación

Por ahora, los investigadores han descubierto que al colocar una sustancia química tóxica en la piel del ratón la IgE reaccionaba. Evitaba su desplazamiento a la zona dañada y reducía el desarrollo el cáncer. También han estudiado tumores en 12 pacientes con carcinoma de células escamosas, el segundo tipo más común de este tipo de cáncer. Los resultados han mostrado que todos ellos contenían la proteína que es el centro de su estudio.

Además, señaló que los tumores menos peligrosos tenían más células portadoras de IgE. Los más graves contenían un rango menor de esta defensa. La conclusión inicial del equipo investigador es que ofrecen una protección contra la progresión del cáncer.

Tras este hallazgo, el equipo del Imperial College deberá trabajar para confirmar esta hipótesis y estudiar si el IgE puede detener las células de la piel. Se apunta a que las pesquisas iniciales son un punto de partida muy interesante para desarrollar nuevos tratamientos contra el cáncer de piel.