Cables Internet en Nueva York / EUROPA PRESS

Cables Internet en Nueva York / EUROPA PRESS

Vida

¿Puede el mar amenazar internet?

Miles de kilómetros de cables de fibra óptica podrían quedar bajo el agua por la subida del nivel de los océanos

26 julio, 2018 17:05

Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison y la Universidad de Oregón en Estados Unidos ha dado la voz de alarma sobre una infraestructura de comunicaciones en una situación crítica a causa del incremento del nivel del mar en las regiones costeras.

Según la investigación, de seguir a este ritmo, para el año 2033 más de 6.000 kilómetros de cable y conductos de fibra óptica podrían ser engullidos por el agua, y más de 1.100 puntos de tráfico podrían ser igualmente rodeados por agua. Las ciudades más sensibles a estas devastadoras noticias son, según los científicos, Nueva York, Miami y Seattle, aunque los efectos en los destrozos de internet no se limitarían únicamente a estas áreas sino que podrían tener repercusiones en todo el mundo. 

El gran riesgo

El autor principal del estudio, Paul Barford, profesor de Ciencias de la Computación en Wisconsin-Madison, asegura que este grave problema llegará antes de lo que pensamos: "La mayoría del daño que se va a hacer en los próximos 100 años se hará más temprano que tarde", a lo que el profesor añade que los cables de fibra óptica enterrados, los centros de datos, los intercambios de tráfico y los puntos de terminación, “que son los centros nerviosos, las arterias y los centros de la vasta red de información global”, corren grave peligro.

La investigación, llevada a cabo por Barford y todo su equipo, estudia en profundidad por primera vez los efectos producidos por el cambio climático sobre la enorme infraestructura cableada enterrada en la orilla de las costas americanas. Tal y como enuncian los investigadores, simplemente un ligero aumento del nivel del mar ya haría que los cables de fibra quedaran expuestos. De suceder esto, explican, dichos cables estarían preparados para ser resistentes al agua, el problema es que a diferencia de los cables marinos, preparados para enviar datos entre continentes, estos no son impermeables, pudiendo causar un riesgo inminente en la comunicación global de internet.