Un abuelo pasea por la playa con su nieto. Niños / EFE

Un abuelo pasea por la playa con su nieto. Niños / EFE

Vida

Los principales defensores de celebrar la Navidad pese al Covid: los abuelos

El coste emocional de no poder abrazar a sus seres queridos por segundas navidades consecutivas es muy alto, según la psicóloga Maribel de Maya

23 diciembre, 2021 00:00

Aunque el Covid-19 ha afectado a todos los ciudadanos, hay un grupo de la sociedad que ha salido más perjudicado: la gente mayor. Abuelos que “viven de la alegría de ver a los suyos”, especialmente en unas fechas señaladas como las de la Navidad. La restricción del Govern de limitar los encuentros familiares a 10 personas impedirá que muchos puedan reunirse estas fiestas. El no poder ver, abrazar o besar a sus seres queridos les genera “tristeza, rabia, estrés, soledad y angustia”, explica la psicóloga Maribel De Maya. 

Estas navidades, de nuevo, se van a ver forzados a “aceptar la soledad”. En la mayoría de casos, muy poco preparados para afrontarla. Según la experta, la mayoría de personas mayores creen que “tienen las ocasiones contadas para disfrutar de las relaciones con la familia cuando ésta no forma parte del núcleo de convivencia”, por lo que han perdido el miedo al virus --en comparación con el inicio de la pandemia-- y prefieren disfrutar el tiempo con los suyos. Ante esta situación, “algunos se pueden ver obligados por segundo año consecutivo a cancelar las celebraciones. Eso, sin duda, tiene un coste emocional muy alto que hay que ayudar a gestionar”, dice De Maya.

“Llevaría muy mal pasar las fiestas sola”

Montse, de 60 años, es abuela de dos niñas. Reconoce tener miedo al Covid y, por eso, intenta “no acercarse mucho” y seguir las medidas de prevención, a pesar de estar vacunada. Sin embargo, explica que, a veces, es “inevitableabrazar a sus nietas. “Echo de menos un abrazo”, lamenta. Es de las afortunadas que podrá celebrar las fiestas en familia porque no superarán los diez miembros. Sin embargo, explica a Crónica Global que, cuando supo que habría nuevas restricciones por la situación sanitaria, se esperaba "lo peor". "Volver a pasar estas fiestas señaladas sola me pondría muy triste”, asegura, tras explicar que "lo que llevaría peor" es perderse un año más "la ilusión" con la que sus nietas viven estos días.

También Juani, de 62 años es abuela de cuatro niños y, aunque le tiene “algo de temor al virus”,  reconoce que le puede mucho más el hecho de “ver a sus nietos”. Vive con su madre, de 96, quien dice que, “para lo que está haciendo ya en la vida, prefiere no perderse a sus bisnietos”. En Nochebuena se juntarán, aunque esta vez "no quieren mucha fiesta, sólo pasar un rato juntos". Es el mismo caso de María, de 65 años, quien pasará estos días con sus hijos y sus nietos, de cuatro y un años. Tiene "muchas ganas de celebrar la Navidad" con los suyos. "El año pasado fue muy complicado y éste prefiero pasarlo bien. No tengo miedo al Covid", defiende.  

“Mientras no se vacunen, no entran en casa”

Por el contrario, Antonia es más reacia a las visitas en su casa. Sobre todo cuando dice que hay familiares que no están vacunados. Esta mujer vive con su marido, también mayor, y ambos toman todas las precauciones para evitar el Covid. Su miedo, dice, es que le ocurra algo a su marido y ella quedarse "sola". Por eso, ha avisado a sus nietos: "Mientras no se vacunen, no entrarán en casa, por mucho que queramos verlos". 

En su caso, estas navidades no se reunirá con el resto de la familia y las pasarán "los dos solos, por prevención”. 

“Las videollamadas no son suficientes”

Desde algunas residencias de Barcelona explican a este medio cómo viven la pandemia con los abuelos. José Luís Soriano, director de un centro, dice que algunas personas “suplen la falta de contacto con videollamadas”, pero para otras no es suficiente y “valoran más tener al familiar cerca”. “Se excusan en que han vivido todo lo que tenían que vivir y, si se tienen que morir de algo, que al menos no les quiten lo que más quieren”.

Por su parte, Itziar Santiago, directora de otra residencia, declara sentirse “dolida” porque “nadie les haya preguntado a los abuelos si querían dejar de ver a los suyos”. “Hemos insistido tanto en protegerles que hemos olvidado lo importante que es para ellos estar con su familia”, lamenta. Y asegura que, “a muchos, no les importa arriesgarse a coger el Covid con tal de estar con sus seres queridos”. Santiago también destaca el sentimiento de “sacrificio” que han tenido muchas personas mayores a la hora de acatar las restricciones, y cree que “lo han hecho más por proteger a sus hijos o nietos que por protegerse a ellas mismas”.