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Un puesto de frutas en el mercado de la Boquería en Barcelona, uno de los termómetros de la subida del IPC en la Ciudad Condal / EUROPA PRESS

La pandemia cambia los hábitos alimentarios de los catalanes: más producto fresco y de proximidad

El pequeño comercio avanza ante las grandes superficies en un momento en el que la población se descanta por el género local

Jaume Cladera
6 min

Los catalanes comen más fresco y sano. Así lo constata un estudio del Centre de Recerca en Economia i Desenvolupament Agroalimentari (Creda), que además pone de manifiesto que el comercio de proximidad ha recuperado terreno frente a las grandes superficies. Todo en un momento en que el 5,5% de pequeños comercios de Barcelona han cerrado sus puertas de forma definitiva a raíz de la pandemia. Un porcentaje que podría incrementarse hasta un 20% más en el caso de que las ayudas públicas no sean suficientes, según Barcelona Comerç.

Los ciudadanos prefieren exponerse lo menos posible a las aglomeraciones, y por esta razón, siete de cada diez aseguran hacer la compra una vez a la semana, y solo si es estrictamente necesario. Esta situación desemboca en que ha crecido el acopio de comida que hacen los compradores en sus casas, y dos de cada diez aseguran almacenar alimentos. “Yo estoy jubilada, y antes venía a comprar cada día, era un entrenamiento”, dice Loli, vecina del Putxet, "pero ahora me da miedo, solo voy los lunes, y al mediodía, que es cuando hay menos gente”, añade.

Cambio en el modelo de compra

El estudio realizado destaca que el 23% de la población ha incrementado su gasto en comida desde el inicio de la pandemia. Esta cifra debe enmarcarse en un contexto en el que los bares y restaurantes estuvieron cerrados hasta la fase 1 de la desescalada, y ahora en Cataluña vuelven a estarlo. La situación anormal se deriva en que, como norma general, la gente no tiene otra opción que comer en casa.

Establecimiento comercial de proximidad en la ciudad de Barcelona / EUROPA PRESS
Establecimiento comercial de proximidad en la ciudad de Barcelona / EUROPA PRESS

Un 19% de los encuestados asegura que ahora consume más fruta que antes y un 13,2% se ha decantado por la compra de producto fresco, todo ligado a la necesidad de cuidarse en un momento en el que mantener el cuerpo y el sistema inmunitario en el mejor estado posible, es esencial. “Durante el estado de alarma de marzo empezamos a comer más sano, sobre todo por los niños”, apunta Carolina, vecina de Sant Gervasi, mientras sujeta a su hijo pequeño en brazos. “El hermano mayor comía en el colegio, y cuando llegó el confinamiento decidimos seguir una dieta similar a la del comedor escolar”, explica, “y ya se sabe que en los comedores escolares, cada día se come fruta y verdura. En casa ya hacíamos una dieta muy sana, pero no a este nivel, que ahora hemos decidido mantener”, confirma.

Más saludable y de proximidad

El comercio de proximidad ha salido beneficiado de la situación sanitaria, tras años de perder clientes, y en los que muchos han tenido que optar por cerrar. 5 de cada 10 catalanes se han inclinado mayoritariamente por ellos frente a las grandes superficies de comida, un hecho que no todos las tiendas han notado. Desde el Consell de Gremis de Barcelona apuntan que, “a pesar de que se percibe un aumento de las ventas en comercios de proximidad, aún no contamos con estadísticas que nos permitan confirmar esta tendencia”, afirma Joan Guillén, presidente de la entidad. En cualquier caso, “aunque estemos viendo clientes nuevos, esto solo hará que perdamos menos dinero, ya que no recuperaremos los valores de antes de la pandemia”, sentencia.

Dos comercios de Sant Pere Més Baix / EB
Dos comercios de Sant Pere Més Baix / EB

“De momento no hemos notado más ventas, estamos trabajando igual que antes”, afirman desde Peix de Platja Olivé, situado en la Bonanova. Hay que tener en cuenta que el distrito de Sarrià-Sant Gervasi presenta una gran oferta de pequeñas tiendas de alimentación especializadas, y que cuentan con un cliente de alto poder adquisitivo muy fiel, y que ya antes de la pandemia acudía a ellos.

Diferencias por barrios

De la misma forma, en pleno Eixample de Barcelona algunos han experimentado un gran crecimiento, pero no sostenido en el tiempo. “Nuestro cliente tiene un status de alto poder adquisitivo, y es muy fiel, un perfil que directamente no compra en hipermercados”, afirman desde Queviures Murrià, y añaden que, “lo que sí que hemos notado es el impacto de todos los ciudadanos que ahora en fin de semana no pueden ir a sus segundas residencias, y por eso, al quedarse en Barcelona, acuden a nosotros. Y vendemos más, claro”, sentencia.

En Nou Barris las diferentes tiendas consultadas han notado un boom. “Mucha gente ahora no sale del barrio, y se aprovisiona mucho, y esto hace que vendamos más”, confirman desde Alimentación Carmen, situado en el barrio de Roquetes. “Y eso que en un radio de tres calles tenemos cuatro grandes hipermercados que compiten en precio, pero nosotros ganamos en calidad”, explica.