Orgía en la zona alta de Barcelona antes del referéndum del 1 de octubre. Un club de intercambio de parejas o swingers organiza un cabaré berlinés liberal en una coqueta mansión de la capital catalana. Será horas antes de la consulta ilegal de independencia en Cataluña, en un fin de semana de alto voltaje político.
La velada erótica la organiza un conocido club de la ciudad. Lo dirige un profesional de alta cualificación de la industria de la construcción, a la sazón coleccionista y celebrity. El sábado, su propuesta es la de pasar una noche en una mansión "con un espectáculo de cabaré al más puro estilo berlinés".
Ellas deben acudir "muy sexys, con corsé, medias y ligueros, ropa interior atrevida, tacones, sombrero, guantes, boas, lentejuelas, plumas y purpurina". Ellos, "elegantes, con chaleco, tirantes, de rojo y negro".
Preguntado por la cuestión, el local ha declinado dar más datos de una soirée que quiere ser tan distendida como tenso será el ambiente en el resto de la ciudad.
"Mal momento"
Quienes sí los han aportado son fuentes del sector del ocio para adultos en Barcelona. "Es un mal momento para una fiesta así. Por un lado, los turistas preguntan qué son las caceroladas, la presencia policial y las manifestaciones que ven en las calles de la ciudad. No están cómodos", explica un directivo de la industria.
"Por el otro, los ciudadanos locales tampoco están para juergas. Se palpa tensión en el ambiente. Lo vemos cada noche. Salen a tomar copas y algo más, pero acaba saliendo el famoso tema. Y no se debate. Son dos posturas enfrentadas", ha agregado la misma fuente.
¿Qué pasará pues con la bacanal programada en la zona bien de Barcelona? "Pinchará. No llenará. Los ánimos la noche anterior del referéndum no estarán para salir a tener sexo con otra gente. Sin contar que en las calles habrá, como mínimo, muchos controles de la policía", ha remachado el profesional.
"Fiestas regulares"
Una directiva al mando de otra empresa del sector ha recordado que el club para adultos "realiza fiestas regulares en la villa con el fin de amortizarla".
Aunque no es el local de intercambio de parejas más elegante de la ciudad —esa vitola la tiene el Training Pedralbes—, sí es el más espectacular.
"El club en cuestión llena los sábados, pero no el resto de días. Tiene unas dimensiones grandes y tampoco es el más influyente. A todo ello se le suma que el circuito del sexo, de pago o no, ha decaído tras los atentados yihadistas de agosto. Barcelona no está para fiestas", ha concluido.