La estética es lo más importante. Luchar por conseguirla es una muestra de respeto hacia los demás y contribuye al confort. No siempre el lujo es un confort, pero sí al contrario. Así describe, a gran escala, su filosofía de vida Miguel Milá, diseñador industrial e interiorista español en la presentación del libro Lo esencial. El diseño y otras cosas de la vida.
En una época en la que en España escaseaban las materias primas, los medios y los objetos que eran habituales en otras sociales, Milá empezó a diseñar muebles porque no le gustaban los que había. Muchos de ellos han acabado convirtiéndose en verdaderos clásicos. Es conocido, sobre todo, por la creación de sus lámparas TCM y TMM y los bancos neorrománticos de la ciudad de Barcelona. “Sus diseños pretenden pasar inadvertidos y, mientras se mimetizan con el entorno, lo mejoran”, señala María Masce, directora literaria de Lumen, la editorial que publica su libro.
Gran admirador de Ikea
No vivimos en un mundo mal diseñado. “El nivel ha subido mucho, sobre todo gracias a Ikea”, que ofrece unos productos de gran calidad a muy buen precio. “Ikea ha conseguido meter a la sociedad en la cultura del diseño. Con precios bajos, ha introducido objetos y muebles sensatos en muchas casas”, afirma Milá.
“Antes, la gente con poco dinero no tenía dónde comprar muebles y lo hacía entre los fabricantes que copiaban la forma de los muebles clásicos y rebajaban su calidad”, remarca. Gracias a la irrupción de la empresa sueca, la gente ha aprendido lo que es un buen diseño. Además, destaca el trabajo desarrollado en la ciudad de Barcelona, la mejor de España en diseño industrial.

Una lámpara está más tiempo apagada que encendida
"Una lámpara está mucho más tiempo apagada que encendida. Y cuando está apagada, lo mínimo que puede hacer es no molestar", expone. Con esta frase, sacada de su libro y citada por él mismo en la presentación, uno se da cuenta de la sencillez y funcionalidad de su obra. Una de sus aportaciones más conocidas es la lámpara TMM. Destaca por ser muy ligera y tiene una larga historia. “Fue un producto de un concurso en el que participé” y que organizó Hogarhotel en 1962. Era de amueblamiento económico: se trataba de crear elementos que no podían pasar de 50.000 pesetas. Lo ganó con su TMM que en la actualidad tiene un precio cercano a los 500 euros.
Su creación más reciente es un cántaro, que además es sostenible. “El cántaro me ha enseñado más a mí de lo que yo le pueda aportar. Hoy, más que nunca, es necesario que los objetos sean sostenibles. Es mejor ver un botijo roto que una botella de plástico abandonada”, reconoce. Lo hizo estrecho, preocupándose por la estética y las críticas han sido positivas. Para Milá, la clave del éxito está en “crear cosas muy sencillas pero que resuelvan los problemas de la gente”.
En un restaurante lo primero no es la comida
Uno de los apartados del libro de Milá que más llama la atención es el que habla sobre los restaurantes. El diseñador destaca que en este tipo de establecimientos lo más imporante es estar a gusto, y no la comida. Volviendo al confort, lo principal en un restaurante es “poder hablar con la persona con la que vas”, destaca. Si no lo consigues, “no vuelve más”, y lo mismo sucede si no puedes verla.
De este modo, el famoso interiorista subraya que es fundamental que un restaurante “no quiera epatar”. Tener generosidad con el espacio y la luz necesaria es un punto a favor para el local.

Críticas a hoteles
Milá critica los diseños modernos de los interiores de los hoteles. El espacio reservado para colocar las maletas de los huéspedes es insuficiente, la decoración de los baños, el espacio de las duchas pueden ser espectaculares pero poco funcionales. La utilidad ha quedado supeditada a la estética.
El libro se ha estado cocinando durante dos años. “A principios de 2017 leí una maravillosa entrevista a Miguel Milá. Hablaba de diseño y de sus diseños, pero también de su familia, de política, de su vida… Empecé a subrayar sus frases y dije ‘aquí hay un libro’”, explica María Masce, principal instigadora del libro.
Había libros sobre su figura, pero ninguno de él. “Un Milá por Milá, en primera persona”, afirma. Entonces, la directora de Lumen contactó con su hijo, Juan Milá, para escribir su obra. El primogénito del diseñador dio con la clave: Anatxu Zabalbeascoa, amiga de Milá y periodista. “Tanto Miguel como Anatxu aceptaron el reto, y así comenzó la escritura de este libro”, señala Masce.
Su tío encargó construir La Pedrera
Miguel Milá nació en Barcelona el 1931 en el seno de una familia aristocrática muy relacionada con el mundo artístico contemporáneo de la época. Aunque no estudió arquitectura, empezó a trabajar como interiorista en el despacho de su hermano, Alfonso Milá, que compartía con Federico Correa.
Precisamente, su tío Perico Milá, encargó a Antoni Gaudí la construcción de La Pedrera --Casa Milá--, una de las obras favoritas de Miguel.