Los menores de edad perpetran un tercio de las agresiones sexuales atendidas en Vall d’Hebron

El 32% de agresiones sexuales atendidas por la Unidad de Atención a las Violencias hacia la Infancia y la Adolescencia del hospital Vall d’Hebron (Equipo EMMA) entre noviembre de 2021 y noviembre de 2022 fueron perpetradas por menores de 18 años.

El centro hospitalario ha hecho público este martes su balance anual, en el que destaca que el perfil mayoritario de la víctima de agresiones sexuales es de una niña de 13 años y su agresor, una persona del ámbito intrafamiliar (el 58% del total). De estos, "en el 34% de los casos el agresor es el padre, seguido de los primos en un 17%", según la pediatra y coordinadiora del equipo EMMA, la doctora Anna Fàbregas.

341 víctimas en un año

Este equipo es el referente para niños y adolescentes víctimas de violencia en Barcelona ciudad. Está ubicado en el hospital de referencia y ha atendido a un total de 341 pacientes en lo que llevamos de 2022, 34 más que durante el mismo periodo del ejercicio anterior. La mayoría de ellos ha necesitado atención médica al haber sufrido violencia sexual (79%). Otro 15,5% de los pacientes eran víctimas de violencia física y un 3% por dolencias relacionadas con la negligencias en la cura por parte de los tutores legales.

Imagen de una menor víctima de acoso escolar, la 'plaga' de los centros educativos de menores / EUROPA PRESS

Los resultados del informe revelan, además, que son las niñas y las adolescentes las que más sufren violencia sexual, en un 87% de los casos. Los niños reciben el 13% restante. Por edades, el 42% de las víctimas tenían más de 13 años, mientras que en el 34% su edad estaba comprendida entre los 8 y los 12 años y en un 23,5% de ocasiones la víctima era menores de 7.

Educación afectivo-sexual 

Uno de los puntos que destaca el análisis es la importancia de la educación afectivo-sexual. Se considera básico para ayudar a los pequeños a, por ejemplo, poner nombre real a las partes íntimas del cuerpo desde edades tempranas y enseñarles que nadie les puede tocar excepto en momentos como el baño o las visitas médicas. Asimismo, les ayuda a identificar qué situaciones pueden ser de riesgo para ellos y a respetar su derecho a no querer abrazos, besos o cualquier otra muestra de afecto.

También resulta importante la educación tecnológica para tratar de prevenir el ciberacoso, otra de las lacras de la infancia. "Es crucial educar a los niños y adolescentes para que diferencien los secretos buenos de los malos y hablar mejor de sorpresas, que siempre serán positivas, más que de secretos", explica la psicóloga clínica del Equipo EMMA, Mireia Forner. Hace referencia de este modo a las excusas que suelen poner los acosadores para que los menores no expliquen qué les ocurre. 

Imagen aérea del Hospital Vall d'Hebron / Cedida

La facultativa insiste en que "hace falta que los niños entiendan que si un secreto les hace sentir mal, no les deja dormir, les avergüenza o les perturba hace falta que lo compartan con alguien, en particular con un adulto de confianza". "A menudo los agresores usan el concepto de secreto para manipular las víctimas y alargar en el tiempo las situaciones de violencia", remarca. 

Acceso a la pornografía 

Los profesionales alertan de que cada vez es mayor el número de agresiones sexuales entre iguales. Es decir, el agresor y la víctima tienen edades similares. Sobre todo, cuando el delito se produce fuera del ámbito familiar, lo que ha sucedido en un 42% de los casos que han sido atendidos en Vall d'Hebrón en los nueve primeros meses del año.

Es el acceso a la pornografía en edades cada vez más tempranas lo que los profesionales señalan como principal causa del repunte de las agresiones. Según el informe presentado por el equipo EMMA, a los ocho años se produce el primer contacto con este tipo de contenidos y a partir de los 14 se generaliza el consumo. “La comunicación verbal debe acompañar siempre al control que los padres ejerzan sobre los contenidos que sus hijos consumen a través de los dispositivos móviles”, ha recomendado la trabajadora social sanitaria de la unidad, Giuliana Ríos. Todo ello, para consguir unas relaciones más sanas también en el ámbito afectivo y sexual, la verdadera prevención.