
La ampliación del pasaporte Covid, por Ignasi Jorro
La posible ampliación del uso del pasaporte Covid a más sectores además del ocio nocturno se antoja como una de las vías para lidiar con la sexta ola del coronavirus en Cataluña. Si la situación epidemiológica empeora, la introducción del pase de vacunación en más lugares --sobre todo los cerrados-- es el mejor de los peores escenarios. Muchos sectores económicos no aguantarían un nuevo cierre gubernativo o restricciones sociales y de movilidad como las de otoño e invierno de 2020. El código QR de vacunación pisa un terreno delicado, como son los derechos y las libertades personales, aunque lo hace para proteger un bien aún mayor: la salud pública comunitaria. Extender su uso limitado a determinadas actividades y sectores es, en plena pandemia mundial, un mal menor.

La ampliación del pasaporte Covid, por Gerard Mateo
La posible ampliación del pasaporte Covid para acceder a restaurantes y eventos de gran afluencia en Cataluña se presenta como otra medida oportunista para justificar que se hace lo que se puede para frenar la pandemia, para incentivar la vacunación y para ver si, con suerte, este año salvamos la Navidad. Y si algo hemos aprendido con esta crisis es que lo que se pretende acostumbra a estar alejado de lo que sucede; dicho de otro modo, el coronavirus es de difícil control, las restricciones solo funcionan un rato y la petición del documento de vacunación para acceder a ciertos lugares tampoco es garantía de que los no inoculados estén dispuestos a pincharse --el pasaporte ya funciona en el ocio nocturno desde hace semanas, y ello no ha supuesto un crecimiento significativo de vacunación entre los jóvenes--. En todo caso, ya se vio lo que ocurrió con el cierre de las discotecas: los ciudadanos se reunían por libre, en casas o en macrobotellones, y el virus corría entonces más a sus anchas que nunca. Justamente lo que puede ocurrir si se ponen estos controles en bares y restaurantes. Además, tener el pasaporte Covid al día no es sinónimo de estar libre de carga vírica ni de inmunidad. Solo la responsabilidad individual y el sentido común --y si es en todo el mundo a la vez, mejor--, algo de lo que no vamos sobrados, puede acabar con esto.