Las mascarillas apalabradas desde China para Cataluña y su presupuesto / CG

Las mascarillas apalabradas desde China para Cataluña y su presupuesto / CG

Vida

Así se compra un millón de mascarillas en cinco días: ¿por qué no las tiene Cataluña?

Cuatro proveedores chinos de material hospitalario legal contra el Covid-19 lo envían a Barcelona a buen precio en menos de una semana

26 marzo, 2020 00:00

Así se compra un millón de mascarillas en China en cinco días. Este medio ha accedido al menos cuatro proveedores distintos que enviaban el material hospitalario para luchar contra el Covid-19 que tanto anhelan los centros sanitarios catalanes. Todos se comprometían a remitir las pedidos en menos de 10 días, algunos en apenas cinco por vía aérea y mensajería. ¿Los precios? Ajustados a mercado, ni rastro de los especuladores. ¿Peligro de incautación en frontera o competencia de otros países? Sorteado por envío mediante EMS, Express Mail Service o Servicio Postal Exprés, desde el gigante asiático. ¿Por qué no lo puede hacer Cataluña?

El punto de partida es este: en los hospitales catalanes no hay mascarillas para impedir contagios masivos de sanitarios. O si las hay, como ayer ocurría en el Vall d'Hebron Campus Hospital, hay muy pocas. Insuficientes. Tampoco las tienen las residencias de mayores. El Gobierno cerró ayer un acuerdo con China para comprar 550 millones de mascarillas. Cataluña, que consume un millón a la semana, anunció el martes que había conseguido 800.000 y que "tendría más en los próximos días". Lo cierto es que el Gobierno catalán no ha dado con la vía adecuada o rápida para dar con ellas. Este medio ha conseguido compromisos de venta, incluso de producción propia en Shanghái (China), en tres horas.

Facebook, Wechat y una fábrica en Xiamen

La ruta para conseguir mascarillas de forma rápida empieza en Facebook. Es allí donde se concentran los proveedores chinos que, pasada la fase dura de la pandemia en su país, pueden conseguir mascarillas para Europa, que sufre ahora la peor fase del SARS-CoV-2. Es en esta red social donde encontramos a Kiky L., una ciudadana que puede conseguir mascarillas al por mayor, además de gafas protectoras y trajes, los llamados equipos de protección individual (EPI). ¿Va Kiky de farol? La comerciante tarda poco en responder y es efectiva. Trabaja con WeChat, el Whatsapp chino. "El presupuesto de las quirúrgicas ahora mismo. El de las N95 --mucho más robustas y que fabrica, por ejemplo, el gigante 3M-- tengo que consultarlo con mi jefe", aclara.

Chat con el proveedor

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¿Cuánto cuestan las básicas, las mascarillas de un solo uso? El presupuesto de Kiky arranca en 2.000 dólares (1.830 euros al cambio) por 2.000 unidades. Comprar 100.000 tapabocas cuesta 30.000 dólares (27.583 euros) y hacerse con 200.000 sale por 50.000 dólares (45.970 euros). ¿Estamos comprando imitaciones? Kiky asegura que no. Para dar pruebas de ello, nos envía un vídeo desde su fábrica, Xiamen Willken Arts & Crafts Ltd, situada en la ciudad portuaria homónima, al sureste de China. "Estos días estamos enviando a todo el mundo. Ayer, 250.000 a Emiratos Árabes Unidos. La semana pasada, a Italia", explica. ¿Y los costes de envío y aduana? "Te busco al expedidor más barato. Si quieres, haces tú el despacho de aduana o, si quieres, te lo hacemos nosotros. Lo compras y te llega puerta a puerta", promete. Según ella, los envíos son "poco a poco", en cajas separadas "para evitar incautaciones". ¿De la Guardia Civil? ¿Estamos haciendo algo ilegal? "No. Incautaciones de otros países afectados por la pandemia. Es un material muy buscado. Se pierde por el camino, en frontera", avisa. ¿Estamos siendo estafados como denunció --y luego rectificó-- la Generalitat? "El pago es por Alipay [el PayPal de Alibaba]. La plataforma bloquea el dinero hasta que no te llega el material a tu casa. Si no te llega, te reembolsa", precisa Kiky.

Las mejores, desde Shanghái

Los esfuerzos de Kiky parecen no tener fin. Ésta, al no tener mascarillas N95, las llamadas FFP y FFP3, imbatibles para impedir ser un vector de contagio del SARS-CoV-2 si estás contagiado, nos desvía a su jefe. Su jefe es Ken, quien nos atiende desde Shanghái. ¿Puede conseguir material para proteger a los sanitarios españoles? "Precisamente estoy ahora en Shanghái verificando la calidad", explica el comerciante. Ken se provee de Dasheng Health Products Manufacturing, situado en la segunda mayor urbe del planeta. ¿Qué nos ofrece? Su presupuesto para mascarillas de carpintería es de 110.000 dólares (101.022 euros) por 50.000 unidades. Poco más de dos euros por unidad. ¿Caro? En Amazon cuestan ocho euros cada una [ver aquí]. Tapabocas de alta calidad y asequibles con garantía para poder ser usadas en la Unión Europea. También por los médicos, enfermeras y técnicos de enfermería (TCAE) que están en la trinchera contra la pandemia en los hospitales nacionales.

Ken promete enviar el pedido a Barcelona en las 24 horas posteriores a la transferencia bancaria vía la plataforma de Jack Ma. De nuevo, las enviará en cajas separadas y poco a poco para evitar que los aprovechados las roben. También usa Alipay como método de pago seguro. ¿Y la logística? "No trabajamos con UPS; DHL o Fedex. Con pedidos a Italia o Francia ya nos pasó que alguien las robó por el camino", se queja. ¿Previsión de llegada? "En tiempos normales, de 3 a 5 días. Ahora con la pandemia, entre cinco y diez días. Pero si te quedas con mis 50.000 te hago un compromiso de producción", ofrece. En otras palabras: Ken pone una línea entera de Dasheng en Shanghái a hacer mascarillas FFP2 y FFP3 contra el coronavirus si le cerramos la primera entrega.

"¿Quieres respiradores?"

Ken ofrece a los hospitales catalanes una línea de una fábrica de Shanghái. Molly C., menos ambiciosa, promete conseguir el otro medio millón de mascarillas que nos faltan hasta el millón. También se anuncia en Facebook, trabaja por Wechat y es intermediaria. "Espero que en España estéis todos bien pronto. Te consulto el precio de las mascarillas N95 en un rato", avisa en conversación privada. No tarda mucho: 500.000 mascarillas FFP2 a 1,5 dólares cada una (1,30 euros), anuncia. Son cubrebocas N95, que filtran el 95% de las partículas. ¿Pueden ser utilizadas en Europa? "Las recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Food and Drug Administratacion (FDA) de Estados Unidos para su personal sanitario [ver recomendación aquí]", recuerda Molly. La intermediaria admite un problema. "La falta de materias primas provoca que su precio oscile mucho", lamenta. No obstante, asegura que las tendremos en siete días en cualquier hospital de Barcelona, a 1,30 euros cada una "y con certificación CE".

Folleto de material hospitalario para importar a España de David

Más realista es David C. No es intermediario, sino comercial para una firma de aparataje hospitalario con sede en Silver Spring (EEUU). Hongkonés de origen, admite --y no reniega de-- su ligazón con China. Trabaja solo por correo electrónico y con documentación oficial. "En estos momentos muchas líneas de producción de mascarillas las controlan inversores. O están incautadas por el Gobierno chino para uso doméstico", alerta. No obstante, él tiene una vía de exportación. "Yo no me dedico a ello, pero Li X., un colega de Tejas, sí. Y tiene mucho contacto con el Gobierno chino. Relléname la PO (orden de compra por sus siglas en inglés) y te consulto precio", explica. Así, David te consigue mascarillas FFP, pero también quirúrgicas, además de EPI y... respiradores. Los equipos se compran a partir de 1.000 unidades y te los envía desde Guangzhou (China). Los tapabocas llegan en cinco días a Barcelona. Los respiradores, tan necesarios en las unidades de cuidados intensivos (UCI) contra el Covid-19, en 25 días. David tiene una cláusula: no especula. Opera con el principio First come, first serve: el primero que llega se lo queda. Este comercial de equipos para diagnóstico de cardiopatías es el cuarto proveedor de material hospitalario que asegura repartos más o menos urgentes para los castigados médicos catalanes. Solo pide rapidez y urgencia. Algo que, por ahora, la Generalitat de Cataluña parece haber tenido dificultades en lograr.