Vida

Mas: un discurso con repaso estético y tratamiento antiedad

Un president rejuvenecido asoma en todas las portadas catalanas; en la prensa de Madrid constatan que cambia el tono, pero no el fondo. El Rey también recupera la forma y el fondo de armario.

31 diciembre, 2013 09:14

Los periódicos reparan en el aspecto del Rey, que aparece en la portada del ¡Hola! con aires rejuvenecidos, sin muletas y con una chaqueta a cuadros del ropero de 1976. Puede que ni haya fotochop. El Rey es, o al menos era, un prescriptor de tratamientos antiedad, lo último que estuvo de moda hasta que llegó El Desastre de 2007. Empieza a tener otra pinta tras un annus horribilis marcado por las leyes de Murphy. Así que el Conde de Barcelona saca pecho, pero menos que el presidente de la Generalidad, Artur Mas, cuya intervención ante las cámaras de TV3 en el mensaje de fin de año parecía la de un político con diez años menos y dos kilos más.

En general, son más interesantes las intervenciones plásticas de las mujeres, pero el fenómeno, con otras características, también es propio de los varones. Si a Jorge Javier Vázquez le diera por repasar el nuevo look de Mas encontraría al menos siete diferencias con respecto al hombre que balbuceaba en el Parlamento autonómico sobre los espías propios. Tupé algo más chafado, canas cero (desaparecidas en combate), mayor elasticidad en las expresiones faciales, menos arrugas, párpados deshinchados, cejas perfiladas, etc, etc. Niquelao, un punto redondito de cara. En el caso de los varones, tampoco hace falta rajarse la piel tras las orejas para darse un repaso.

A lo mejor influye también el aparente buen rollo que intenta transmitir de cuatro días acá, después de ponerse wagneriano ante la tumba de Macià y en el Palau de la Música. Los cuatro diarios editados en Barcelona lo asoman a la portada con los dos argumentos de fuerza: Déjennos votar y seremos aliados. La Vanguardia opta por un titular entre conciliador e informativo: "Mas pide la consulta, pero admite que provoca división". En El Periódico encabezan con un entrecomillado: "Mas: 'Que el Estado no nos vea como un enemigo'". En El Punt Avui: "Que se nos deje votar". En Ara "Mas: 'Pido al Estado que no levante muros'". En la coctelería Cataluña, nada es previsible, pero el último discurso de Mas antes del año de la independencia (o no) tiene pocos flecos sobre los que sostener una noticia. Es más de valoración, de humor político, de lectura estética, de corbata gris y gafas montadas al aire, antireflejos, por supuesto.

En la prensa editada en Madrid se han dado un respiro relativo en relación a lo catalán. El Mundo, por ejemplo, se congratula de la escasa asistencia al partido de la selección catalana, veinte mil personas. No contemplan el frío que hace en Barcelona, cuyas temperaturas oficiales se inflan (es un convencimiento personal, no un dato) para no asustar a los turistas, que así van por la calle en camiseta a cinco o seis sobre cero, como mucho.

Lo del Cataluña contra Cabo Verde (vamos, lo que un Alemania-Inglaterra en interés balompédico) es sólo la foto de El Mundo, con un pequeño titular: "Pinchazo del independentismo deportivo". Ea, y quien no se conforma es porque no quiere. De la parte mollar se ocupa Arcadi Espada. Titula su artículo "El expolio de la razón" y se refiere a la recomendación del Consejo de la Transición Nacional de no utilizar más el "España nos roba". Apunta Espada:

"Una vez descartado el argumento económico los consejeros se enfrentan al obligatorio correlato que se espera de un órgano consultivo y constructivo, es decir, la descripción del argumento alternativo que debería emplear el gobierno. El Consejo no defrauda. Su argumento es la libertad. Cualquier mente lógica quedaría, no obstante, a la espera. Pero el documento no trae más datos. Y es en este gap pavoroso donde el Consejo alcanza la sublimidad de definir como nadie lo ha hecho el mito catalán: el caso de una pobre gente que pedía libertad sin haber identificado ni previa ni correctamente su opresión".

En el Abc es Juan Carlos Girauta quien alude a la razón. "Ni luces ni razón" titula una pieza que concluye así:

"Rajoy comunica a Mas que no se celebrará su consulta y Mas responde que sí se celebrará, pero que si no se celebra llamará a los catalanes a las urnas, o sea que en realidad sí que se celebrará aun cuando no se celebre. Todo este juego cansino de confusión deliberada trae locas a las pobres gentes. Nadie mínimamente preparado se deja llevar por una catarata de promesas que consisten en anunciarte con trompetas lo que ya tienes: el Barça jugando en la Liga y la ciudadanía europea. La independencia gratis, que permite afirmarse contra otros sin consecuencias, no funciona a la luz de la razón. Pero no hay razón ni luz en todo esto; lo que el nacionalismo busca, justamente, es apagar la razón ilustrada".

Destaca también en el diario monárquico el artículo de Joan López, que se adentra en el complejo género de los buenos deseos para 2014 sin ceder (demasiado) a las tentaciones de la ingenuidad y el pensamiento mágico que acostumbran a lastrar ese tipo de textos. Titula "La felicidad de las pequeñas cosas" y dice López, también para acabar su pieza (hay que leer hasta el final o solo el final, por lo común): "2014 ha de ser el año en el que no demos nuestro brazo a torcer, en el que sigamos contra viento y marea teniendo ilusiones y sueños y que conservemos, aún, fuerzas para seguir persiguiendo esos sueños. Esa será la fórmula de felicidad. Porque todo aquello que no dependa de nosotros temo que nos dirán que está a la vuelta de la esquina, una esquina que no acaba de llegar". Inapelable.

Relevante reportaje también de Janot Guil sobre el año de Convergència, con una decena de imputados, casos abiertos en canal y perspectivas judiciales más barradas que cuatribarradas, aunque ya se sabe que es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que un político en la cárcel, o algo así. También presumen en Abc de las críticas de Maduro, el presidente de Venezuela, contra la cabecera. Emili J. Blasco, que fue delegado del Abc en Cataluña, trabaja ahora en Washington, desde donde accede y difunde la información que el régimen bolivariano censura por sistema.

En La Razón se despiden del año con una portada eufórica. Han sondeado a personajes relevantes de la economía, han llevado a cabo una encuesta y presentan un despliegue sobre el esplendoroso futuro que nos espera que deja en pelotas las previsiones más optimistas del horóscopo para los nacidos bajo el signo de Piscis y el influjo de Acuario. La foto es un seto recortado en forma de flecha, teñido con la bandera española y que apunta al norte. Singular, por decir algo rápido. El título: "Los españoles ven con esperanza 2014". La encuesta es tajante, el 56,7% de los entrevistados dicen que el próximo año será mejor que el pasado. (Más que ayer, pero menos que mañana).

Una cierta amabilidad es la norma del día, por lo de acabar bien lo que empezó y fue mal, francamente mal. El País es otro caso de optimismo. Abre con otro desmarque popular sobre la reforma de la ley del aborto: "Monago reclama al Gobierno una ley del aborto sin ideología". Es una pieza de Fernando Garea, que considera que las críticas del presidente autonómico de Extremadura han sido las más duras hasta ahora dentro del PP. La parte naïf es el titular, en una esquina de la primera página, que le dedican al discurso del president. "Mas se ofrece como 'aliado' a Rajoy". El subtítulo de la crónica de Miquel Noguer aclara la sorprendente oferta: "El presidente de la Generalidad promete colaboración a cambio de la consulta". Editorializa El País bajo el título "Monólogos" y afirma: "Pero bajo el guante de seda, el discurso mantenía, con la intransigencia de siempre, la exigencia unilateral de celebrar una consulta en 2014 (...) El conflicto sigue pues donde estaba, mientras los ciudadanos asisten preocupados a un intercambio de monólogos para cargarse de razones a la espera de que el otro desista. Todo ello sin perder de vista un elemento fundamental: a Rajoy le avala la Constitución frente a la amenaza de una consulta ilegal". Navidad para Rajoy en El País.

En el mismo periódico, Enrique Gil Calvo escribe sobre "El misterioso caso catalán" y se pregunta:

"¿Cómo es posible que el pueblo más culto, moderno e ilustrado de la península ibérica haya caído en semejante regresión irracional? (...) Y la explicación que me parece más plausible del enigma catalán es la misma que la del misterioso caso alemán: el factor responsable del hecho diferencial catalán y alemán es el modelo de familia troncal (también genuino de la comunidad foral vasconavarra), basada en la autoridad paterna y en el reparto de la herencia en beneficio del primogénito con exclusión del autoritarismo paterno".

Ahí es nada. Al final, atiza contra el PP y le acusa de un "maltrato diferencial". "Y este maltrato diferencial es el que más ha perjudicado al patriotismo constitucional hasta deslegitimarlo a juicio de buena parte de los catalanes, que ya no dudan en tratar de ejercer de facto sus propios derechos contenciosa y unilateralmente".

En La Vanguardia, Pilar Rahola ha vuelto por sus fueros, pero no exactamente. Relata en su artículo una conversación con un "conocido periodista de la Villa y Corte" que le habría venido a reconocer que España carece de proyecto y no ilusiona a nadie. Así pues, Rahola nos demuestra que es capaz de hablar con todo el mundo y que está dispuesta a entrevistar a quien sea, incluso a Albert Rivera.

En otro orden de cosas y en otro ámbito del articulismo, Lluis Foix habla sobre el centenario de la Gran Guerra ("Una guerra frívola y estúpida" es el título) y sostiene: "Cualquier paralelismo con aquel año de ahora hace un siglo es inapropiado. Europa está hoy sin ejércitos ni armas para enfrentarse nuevamente. Pero hay una peligrosa semejanza. Entonces y ahora, los populismos, las masas orteguianas, crean movimientos y tendencias que amenazan la libertad de muchos y la dignidad personal de minorías. Hablo sólo de Europa".

Noticias: terror islamista en Volgogrado, dos atentados en 24 horas. Y un titular, en El País, sobre lo que fuimos y lo que somos: "Los emigrantes envían a España más dinero que nunca". Lo escribe Cristina Delgado: "Las remesas entre junio y septiembre suman un récord de 1.643 millones".

Cuídense, cuídate tu también, y que 2014 nos sea leve.