Dos personas se conocen por una app de para ligar / GOOGLE

Dos personas se conocen por una app de para ligar / GOOGLE

Vida

Sin pausa pero sin prisa: ligar sí, pero no como antes

Las aplicaciones de citas vivieron un auge durante la pandemia que continúa sin frenos durante la “nueva normalidad”, aunque la manera de relacionarnos ya no es la misma

18 octubre, 2020 20:00

Se ha repetido hasta la saciedad, pero no por eso es menos cierto. Qué dura estará siendo esta pandemia para los solteros. Distancia social entre cuerpos que escupen feromonas, mascarillas tapa bocas deseadas, virus malignos que amenazan ante cualquier roce malintencionado… Llevarse a alguien al huerto --como dicen en mi pueblo-- es ahora más peligroso que inyectarse desinfectante.

Puede parecer que los españoles no estemos muy por la labor de entregarnos sin miramientos a Cupido --o a Eros--, y así lo demuestran las últimas cifras de venta de anticonceptivos. Entre marzo y agosto de 2020, su compra disminuyó casi un 14% en Cataluña, mientras que en el resto de España lo ha hecho un 11,4%. No obstante, las aplicaciones de citas alertan de que ellas no han experimentado ningún batacazo durante el confinamiento y la vuelta a la “normalidad”. Todo lo contrario.

Viviendo su mejor momento

“Estar encerrados en casa y el hecho de que todos estuviéramos pasando por lo mismo al mismo tiempo hizo que en Tinder la gente estuviera de palique”, subrayan desde la app reina del ligoteo --en el primer trimestre de 2020 tenía seis millones de suscriptores y era la aplicación no-gaming con mayor recaudación mundial--. En España, el 12 de abril hubo un pico de conversaciones. Los miembros de Tinder enviaron un 76% más de mensajes de media que el mes anterior. 

Una mujer durante una videollamada / FREEPIK

Una mujer durante una videollamada / FREEPIK

En Adopta un Tío las inscripciones se dispararon un 20% en el mes de marzo. En abril y mayo, donde ya barruntábamos que esto iba para largo, las descargas descendieron, pero solo un 1% si se compara con el mismo periodo del año anterior. “Nuestra hipótesis es que los primeros días todos creíamos que iba a ser cuestión de un par de semanas y eso hizo tener ganas de inscribirse”, explican.

Encerrados, pero socializando

En Badoo, los datos van un poco al contrario. Según Pablo Delgado, Director de Marketing de la app en España, después de que Pedro Sánchez nos diera en prime time la terrible noticia, los usuarios activos bajaron bastante. “La gente estaba en otro estado mental, es menos prioritario ligar cuando estás acojonado”, explica. No obstante, a medida que el confinamiento se alargaba, el uso de la aplicación se “disparó”. “El envío de mensajes se incrementó en un 22% y éstos eran mucho más largos. Además, los usuarios nos han confesado que las conversaciones eran más honestas y profundas”, explica Delgado, quien habla regularmente con los usuarios de Baddo --incluso por videollamada-- para conocer sus opiniones. 

Los usuarios de Adopa un Tío también se volvieron más charlatanes con el confinamiento. “Estamos hablando de que las conversaciones dentro de nuestra app se alargaron el doble, una dinámica que, además, se está manteniendo”, puntualizan. El número de solicitudes para hacer match --o poner ojitos de un lado a otro de la discoteca, en castellano antiguo-- y entablar conversaciones siguió la misma dinámica que el número de inscripciones, incrementándose notablemente con respecto a 2019.

Dos personas guardan la distancia social / GOOGLE

Dos personas guardan la distancia social / GOOGLE

El auge del vídeo

Pese a las buenas cifras, como todos los sectores el de Cupido también ha tenido que reinventarse. En su caso, han apostado por el online dating, o lo que es lo mismo, las citas por videollamada. Badoo ya tenía incorporada la posibilidad de videochatear antes de la pandemia, pero su uso se incrementó un 10% durante el confinamiento, un cifra que se ha mantenido estable en los meses posteriores.

“Como no podían quedar físicamente, nuestros usuarios tenían citas en vídeo. Jugaban a juegos, veían series, tomaban copas o incluso cenaban”, explica Delgado, quien cree que este fenómeno ha llegado para quedarse. “Ya estamos anestesiados. De hecho, es mejor, porque nos mostramos más honestamente, sin filtros, sin importarnos que se nos vea la papada”, señala.

Un hombre usa una app de citas por videollamada / GOOGLE

Un hombre usa una app de citas por videollamada / GOOGLE

Tinder fue más allá y llegó a crear un evento virtual a modo "escape room”. Se trata de la experiencia “Swipe Night”, un juego multiaventura estilo “elige tu camino” en el que los usuarios participan de una historia en la que deben guiar a los protagonistas eligiendo por ellos qué decisiones toman en cada momento determinado. Sus elecciones determinan más que la trama del juego: los emparejan con otros jugadores, con quienes podrán interactuar cuando el evento finalice. Algo así como un test de compatibilidad, pero para modernos y generación Z.

La vuelta a la normalidad

Pero llegó la desescalada, y la gente salió en tromba a las calles a comprarse leggins y deportivas con los que ser los más guays de la hora del paseo. En junio, los usuarios nuevos inscritos en Adopta un Tío volvieron a subir un 15%. “Lo lógico sería pensar que en el  momento en el que las restricciones se levantaron, la gente se echó a la calle a verse con sus citas”, confiesan.

No obstante, desde Badoo alertan de que los usuarios “se lo piensa más antes de quedar físicamente”. De las entrevistas realizadas por Delgado destaca una constante: no tiene miedo, sienten responsabilidad. “La mayoría de nuestros clientes son jóvenes y piensan que, si se infectan, las consecuencias no serán graves. Pero son conscientes de que pueden pasárselo a sus padres y abuelos”, relata el Director de Marketing. Según los datos que su equipo ha podido recabar, “la gente prefiere tomárselo con calma. Chatean más, se ven en vídeo y, si ven que hay una conexión de verdad, dan el paso”.

¿Y la protección?

Entonces, si los amoríos continúan pero las medidas de protección sexual sufren una caída, ¿qué significa? ¿Nos hemos vuelto adictos a la adrenalina? ¿Queremos convertirnos en coleccionistas de virus? O, por el contrario, ¿somos más puritanos a la hora de embarcarnos en una ventura sexual? 

Sea lo que sea, si os decidís a lanzaros a los brazos de la lujuria, recordad: póntelo, pónselo. Y la mascarilla, también.