Vida

La fundación "Urdanga style" de Pablo Iglesias para cobrar en bolívares

18 junio, 2014 08:59

La aparición del fenómeno "Podemos", la plataforma encabezada por Pablo Iglesias, no es la conclusión de un trabajo de fin de curso en Ciencias Políticas. Se tiende a subrayar la relevancia de la televisión como trampolín del profesor vallecano, doble del mítico Rosendo de Leño, hábil tertuliano en La Sexta y en Cuatro y aspirante a la próxima edición de "Mira quien salta" o en su defecto "Supervivientes". Pero que Jordi Évole pueda ganar de calle unas elecciones generales en España no explica del todo que las andanzas de Pablo Iglesias por las intereconomías de izquierdas hayan articulado semejante estafa política piramidal. De hecho, no ha sido así. Las tertulias han sido muy importantes para proyectar al líder de la nueva izquierda, pero no se debe despreciar el efecto de la inyección de pasta gansa a cargo del régimen chavista, cosa más palpable, concreta y eficaz a corto plazo que la contrastada telegenia del eurodiputado Iglesias.

Demasiado bonito para responder sólo a la ebullición soterrada de los indignados del 15-M y a la generosa cesión de cuota de pantalla por parte de las televisiones privadas. "Una fundación próxima a Podemos recibió 3,7 millones de euros", titula en una esquina de portada El País. Francisco Mercado es el autor de la información, en la que se revela que la fundación "Centro de Estudios Políticos y Sociales" (CEPS), en cuya junta directiva han figurado Pablo Iglesias, Iñigo Errejón y Luis Alegre, los tres principales dirigentes de "Podemos", recibió la nada despreciable cantidad de 3,7 millones entre los años 2002 y 2012 por parte del régimen entonces presidido por Hugo Chávez. Se trataba de "asesoramiento político y sociológico", lo que es una Fundación, exactamente igual que la que tenía Urdangarín, en plan consultora, auditora o simplemente recaudadora. CEPS. Se defiende Iglesias y alega que ni un duro bolivariano ha servido para pagar los gastos del partido circular y asambleario. Los profesores, según El País, creen en las "revoluciones democráticas", que es como llamaba Chávez a sus golpes de Estado y purgas de los opositores, y le daban una suerte de legitimidad académica internacional. Ya se sabe, el prestigio de la universidad española y la madre patria.

El profesor y tertuliano podría añadir lo de revolucionario democrático bolivariano en su tarjeta de visita. Gran perfil. Pablo Iglesias, el chavo de Chávez, y del Rayo. Cobrar de Venezuela tiene su mérito, mucho mérito, aunque sea a costa de que te llamen "frijolito", te traten como un "gachupino" y te consideren un "huevón". ¿O no?

Lo de Artur Mas es otra cosa. Con corbata y sin coleta, el fugaz periplo americano ha enmarcado las últimas muestras de simpatía del presidente de la Generalidad, que en su cordial tono habitual ha advertido a la población que "será mejor para todos que haya consulta", idea en la que lleva tiempo insistiendo el líder nacionalista. En La Vanguardia, el titular de la información es diáfano: "Mas vaticina conflicto si se impide la consulta, pero espera que sea 'civilizado'". Firma la crónica Francesc Peirón, el corresponsal del diario en Nueva York y enviado a la sazón a Carolina del Norte, donde constata también que Grífols matiza que él no pidió la independencia sino una "consulta digna".

"Conflicto civilizado". Es una construcción de la categoría de "revolución democrática", que consiste en intentar encajar una pieza del "lego" con otra del "tente". No funciona, es como mezclar madelmanes con geypermanes, un churro. Ya puestos, la consulta es un cubo de Rubik y Eduardo Madina, aspirante a secretario general del PSOE se ha visto obligado a matizar, como Grífols, que es partidario de una consulta pero en la que voten todos los españoles. El españolismo de Pedro Sánchez, el otro candidato, está fuera de duda y le ha permitido ganarse la confianza y los elogios de la prensa conservadora. A Madina, en cambio, le dan hasta en el velo del paladar.

Por contra, Iceta no hace más que recoger adhesiones y aplacar a díscolos, críticos y apresurados, hasta el punto de que Pere Ríos, en El País, aventura que el sector soberanista aplaza la asamblea que había previsto para el próximo 4 de julio y en la que pretendía proceder a la escisión. El talante contemporizador de Iceta ha desarbolado a Joan Ignasi Elena, que según el texto del diario de Prisa, no cuenta ya ni con el favor de los suyos.

Todos los periódicos dedican amplio espacio a la previa de la proclamación. Es tiempo de balances y se agotan los adjetivos. Don Juan Carlos se despide entre incienso y reverencias. "Adiós al Rey de la democracia", titula a toda plana El Mundo. La crónica preceptiva es de Victoria Prego, que califica el reinado de 39 años como "el mejor periodo de la historia de España". "Bajo el reinado de Don Juan Carlos, España ha dado el gigantesco salto que muy pocos consideraban posible cuando asumió, por decisión de Franco, la Jefatura del Estado. Él ha liderado a los españoles en su esfuerzo para hacer de nuestro país una democracia homologable a las de nuestro entorno, y les ha acompañado en el camino, a veces difícil y muchas veces doloroso, que han recorrido juntos en estos casi 40 años. Don Juan Carlos se retira con el respeto, el afecto y el agradecimiento de sus compatriotas", glosa Prego.

Don Juan Carlos, además de Rey vitalicio será capitán general en la reserva. Aún se debate sobre su aforamiento y se espera que el viernes el Gobierno alumbre y difunda el blindaje legal del Rey emérito. Y a Felipe VI le trasciende una agitada agenda estival. El Vaticano y Rabat serán los dos primeros destinos de los nuevos Reyes de España. Para mañana, todos los periódicos anuncian números especiales, así como programas monográficos las cadenas de radio y televisión. En 1975, la proclamación del Rey Juan Carlos I se emitió en directo por TVE y se registró y comercializó en súper 8. Aún no había nacido el vídeo, los casetes gozaban del favor de los melómanos y el juego del verano siguiente fue el "hula-hop". Mañana es el día. Una proclamación digital y en alta definición. ¿A ver si hay tantas diferencias o el cine es simplemente cine?

La otra gran previa del día es la del fútbol. Juega España, a las nueve de la noche. Frente a Chile, selección propiamente conocida como "la Roja". Ante Holanda y en un arrebato de optimismo pronosticamos un empate a uno. En esta ocasión, el empate será a cero, de tal manera que sólo pasaremos a la siguiente ronda si en la última jornada Chile gana a Holanda y la selección le mete ocho a Australia. Cosas más raras se han visto. Si perdemos, adiós.

Los jugadores de Del Bosque están sin batería mientras que los chilenos están en tensión, a tope, con la mirada del tigre como si dijéramos. En cambio, la plantilla española anda floja, blanda, abollada, como si las charlas motivacionales de Del Bosque fueran como sus anuncios de bebedizos anticolesterol. Desde luego que no es Aragonés, el auténtico inventor del estilo y quien ante casos así agarraba a los chicos por el cuello y les soltaba a medio palmo de la cara eso de que en el fútbol sólo hay tres opciones: ganar, ganar y ganar. La prensa madrileña es aún más patriótica con "la roja" que con el Rey. La alineación, a estas horas, es Casillas y diez más. Delante, un grupo de mohicanos con tatuajes de la mara salvatrucha afila los tacos. ¿Podremos?

18 de junio, San Marcelino y San Marcos de Roma y San Calógero anacoreta.