José Luis Conejero (i) y miembros de la plataforma anti incineración en el Parlamento Europeo / CG

José Luis Conejero (i) y miembros de la plataforma anti incineración en el Parlamento Europeo / CG

Vida

José Luis y sus trece años de lucha contra la incineradora de Montcada

El portavoz de la Plataforma Anti Incineración, creada en 2006, asegura que Lafage "quema productos sin control"

10 abril, 2019 00:00

José Luis Conejero (Zaragoza, 1954) es el portavoz de la asociación de vecinos del barrio de Can Sant Joan de Montcada i Reixac (Barcelona). En 2006, crea la Plataforma Anti Incineración después de que la cementera Lafarge comience a quemar residuos, y 13 años después, sigue con su lucha para conseguir el cierre de este planta, que se encuentra a escasos metros de una escuela de primaria. 

El portavoz de la asociación de vecinos de Can Sant Joan, José Luis Conejero / CG

El portavoz de la asociación de vecinos de Can Sant Joan, José Luis Conejero / CG

El portavoz de la asociación de vecinos de Can Sant Joan, José Luis Conejero / CG

La semana pasada, este activista acudió a la sede del Parlamento Europeo en Bruselas para denunciar, junto a otras entidades, los riesgos que entraña para la salud este tipo de fábricas que “queman productos sin control” y para exigir “tolerancia cero” ante este tipo de actividad, explica a Crónica Global.

Efectos nocivos de las emisiones

Al igual que otros afectados por las cementeras, este vecino de Montcada se reunió con eurodiputados para exigir medidas contra los efectos nocivos de las emisiones. En el caso de la planta del Vallés Occidental, explica que incinera “residuos de todas clases, desde lodos a restos hospitalarios”, y que los gases que se emiten tras este proceso son “peligrosos” para la población.

A pesar de que no se puede establecer una relación causa efecto entre la exposición a estos gases y la prevalencia de ciertas enfermedades, el portavoz de la asociación pone de manifiesto que el humo y las partículas que emanan de estas plantas causan problemas respiratorios. “Aquí es raro encontrar a una familia en la que nadie tenga un problema de este tipo, pero no tenemos ningún estudio que lo avale”, lamenta.

La fábrica cementera-incineradora de Lafarge en Montcada i Reixac

La fábrica cementera-incineradora de Lafarge en Montcada i Reixac

La fábrica cementera-incineradora de Lafarge en Montcada i Reixac

Frenar la actividad de la cementera

“En la cementera se quema de todo, desde basura urbana --plásticos y otros restos-- a lodos que provienen de las depuradoras, pasando por neumáticos --que contienen metales traza, como arsénico y mercurio--", denuncia. Además de la las emisiones, Conejero critica que “muchos de los productos que allí se incineran, deberían ser reciclados”.

Durante más de una década de compromiso en su lucha para acabar con las emisiones nocivas de las cementeras, José Luis ha participado en la creación de la coordinadora Plataforma Anti Incineración a nivel de Cataluña, pero también a nivel estatal y ahora también una entidad a nivel internacional. “Parece que no, pero ha sido un periodo muy largo. Han pasado ya 13 años desde que empezamos”, explica.

Más de una década de activismo

La lucha de Conejero no se ha limitado a la protesta. Junto a otros vecinos y activistas, se embarcó en la vía judicial para conseguir frenar la actividad de Lafarge en Montcada, aunque por el momento no haya dado sus frutos. Pese a que en enero de 2018 presentaron ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ( TSJC) un contencioso administrativo contra la Generalitat y la empresa, al entender que se habían incumplido las resoluciones judiciales que anulan la autorización ambiental concedida --en 2010--, éste no salió adelante. Ahora tienen una nueva causa abierta en el juzgado número 13 de Barcelona.

“A nivel legal no se puede hacer más que llegar a juicio, pero por ahora no hemos conseguido parar la actividad de la planta”, lamenta. “En un principio, nos reunimos con la dirección de Lafage para pedirles que dejasen de incinerar en la planta, y que usasen métodos de producción de cemento que no supusiesen un riesgo para la salud. Su respuesta fue que no podían dejar la incineración. Es por eso que pedimos el cierre de la planta, porque no queremos tenerla cerca de nuestra casas", subraya Conejero.

Miembros de la plataforma anti incineración en el Parlamento Europeo

Miembros de la plataforma anti incineración en el Parlamento Europeo

José Luis y miembros de la plataforma anti incineración en el Parlamento Europeo la semana pasada/ CG

Efectos de la incineración

“Si queman un producto peligroso, lo que sale por la chimenea, continúa siendo una sustancia peligrosa”, argumenta el vecino de Montcada. “Hablamos de basura urbana: desde materia orgánica hasta plástico; pasando por lodos de las depuradoras, neumáticos de coches, restos de las empresas cárnicas, de todo”. Además, este zaragozano sostiene que a la planta van a parar desechos que "tendrían que ser reciclados".

¿Todos los vecinos están a favor de cerrar la incineradora? No. La actividad de Lafarge Holcim riega Montcada con unos 22 millones de euros, y Conejero explica que parte de la población no es consciente de los riesgos que implica que la planta continúe su actividad. Motivo que no impedirá que él, junto a muchos otros, continue su cruzada. 

La fábrica cementera-incineradora de Lafarge en Montcada i Reixac

La fábrica cementera-incineradora de Lafarge en Montcada i Reixac

Vista de la fábrica cementera-incineradora de Lafarge en Montcada i Reixac / CG

Tolerancia cero

¿Cuál es la alternativa? "El objetivo es avanzar hacia la tasa de residuos cero", explica. "No podemos seguir quemando productos, hay que reutilizar, y se tienen que prohibir todos aquellos que no tengan una segunda vida". Conejero piensa en el bienestar de las próximas generaciones: “también es necesario un reparto más equitativo de los recursos”, aunque es consciente de que es una meta muy a largo plazo.

Este miércoles participará, junto a la Plataforma Ciudadana Residu Zero, en la presentación de una campaña a nivel europeo para poner fin a la incineración y vertido de residuos y abogar por la prevención y la recuperación. Una iniciativa que persigue la construcción de una “respuesta global común” al tratamiento de los desechos. A sus 65 años, José Luis demuestra que querer cambiar el mundo no es una cuestión de edad, sino una convicción.