Vida

Jorge Javier Vázquez y Albert Om, el choque de trenes de las dos Cataluñas

La prensa recuerda que Francino y Barceló se negaron a darle el Ondas al "noi de Sant Roc". Mientras, Homs, el 'grossen' portavoz, pide no caer en provocaciones de los católicos españoles

9 octubre, 2013 09:07

Ahora resulta que ser católico es más radical, antisistema y gamberro que pertenecer al comando Mateo Morral, el que reivindica la bomba del Pilar. En realidad, no vale sólo con ser católico. El interfecto en cuestión debe sentirse además español, con lo que estamos ya ante un homínido realmente aterrador, una subespecie de tercera generación de la kale borroka, un sujeto verdaderamente alarmante, el sospechoso por antonomasia. Un incendiario, vamos. Francesc Homs es un político sin escrúpulos, sin aurículas ni ventrículos, o sea, un gran portavoz del Gobierno de la Generalidad, y del relato que expuso ayer, El Mundo, en crónica de Daniel G. Sastre, deduce que la beatificación de 522 religiosos que fueron asesinados durante la Guerra del 36 es un acto de alto riesgo. ¡Ojo!, una misa en Tarragona después de la Fiesta de la Hispanidad y la Consejería de Interior está como dos minutos antes que un Barça-Madrid. Parece ser que han detectado que entre los asistentes podrían infiltrarse toda clase de exaltados, católicos provenientes del resto de España más en concreto. Ya digo, ir a misa hoy es como asistir a un concierto de La Polla Records hace 25 años, una cosa que puede acabar a hostias, sólo que sin crestas. Según se mire, es todo un incentivo lo de ser católico e ir a la iglesia. Te ahorras el gimnasio y practicas deportes de aventura.

Ferran Monegal en El Periódico y Sergi Pàmies en La Vanguardia recuerdan en sendos artículos que Carles Francino y Àngels Barceló se negaron a entregarle a Jorge Javier Vázquez un Premio Ondas. Lo explican a cuenta de la entrevista al presentador de Sálvame de Albert Om en su programa de TV3 El convidat. El texto de Pàmies dice así: "De hecho, el momento argumentalmente más rico de esta extraña edición de El convidat (parecía que no lograban romper la barrera de la confianza y que todo se limitaba a una cordialidad de compromiso) fue la conversación que Om y Vázquez mantuvieron en un banco del barrio de San Roque de Badalona. La explicación de las sensaciones que experimentó Vázquez el día del Ondas resumía perfectamente las dificultades e impermeabilidades sociológicas y culturales que han marcado el reparto de oportunidades en Cataluña. Y aquí, Om sí supo encontrar el tono y las palabras justas para compartir el distanciamiento general de dos Cataluñas, la de Taradell y la de San Roque".

Monegal, en cambio, afirma que Jorge Javier Vázquez tiene "El síndrome del pijoaparte", que es como titula su crítica del programa de Om. En el artículo recuerda unas palabras de J. J. Vázquez: "Dijo: 'Cuando Francino y Barceló deciden no entregarme el Ondas, el sentimiento que me inundó fue el de que volvía a San Roque. Aquello fue como decirme, ¿pero tú qué te pensabas, que te íbamos a dejar salir del barrio?'. Y aunque Om le advertía -continúa el texto de Monegal- que '¡Eso no tuvo nada que ver con San Roque!', no consiguió apear del victimismo a Jorge Javier, que remató: 'Mi familia en el metro hacia el Liceo, para entrar en un mundo mejor, ¡y esa gente se empeña en que no entremos!'". Por si no queda claro, el crítico de TV de El Periódico insiste en que el éxito de Vázquez es "no pensar nunca en lo que hace en la tele" y "abrazar el síndrome del pijoaparte como fórmula de autoconsuelo". Una visión ciertamente opuesta a la de Pàmies.

Sobre Cataluña escribe también Florencio Domínguez en La Vanguardia un artículo que titula "El ejemplo catalán". Tambien literal y entre comillas. Domínguez escribe: "Tres son los factores que resultan particularmente atractivos para ETA y los partidos de la izquierda abertzale. En primer lugar, la actitud de desafío del nacionalismo catalán frente al Estado, la amenaza de actuar por las bravas, sin ajustarse al marco constitucional. El segundo factor que les interesa es la actuación conjunta del nacionalismo, tanto del que representa al centro derecha, como el que aglutina a la izquierda. En tercer lugar, el conflicto catalán supone para ETA, Sortu y demás siglas la existencia de un problema que debilita al Estado, lo que ofrece posibilidades de abrir otro conflicto en el País Vasco aprovechando la debilidad de las instituciones constitucionales". Aquí termina la cita textual. El artículo continúa y no tiene desperdicio.

En El País, el profesor de Ciencias Políticas de la Pompeu Fabra, Ignacio Lago, explica que en la actual situación, ERC lleva todas las de ganar, tanto si hay consulta como si no. Lago predice además que la situación se desencallará con un pacto inevitable entre CiU y el PP. Es una forma, bastante académica, de verlo. Y Alicia Sánchez-Camacho sigue acaparando artículos, noticias, entrevistas y comentarios. En El Mundo, Federico Jiménez Losantos, titula su columna "Alicia Rajoy". En el texto sostiene: "El resultado de la salida de Alicia como portavoz de la ocurrencia del Gobierno se salda con un fracaso estrepitoso por dos razones. En primer lugar, porque no es un plan, sino una salida de tapadillo, una forma de esquivar o tratar de soslayo un problemón que sólo puede abordarse de frente. Ir de listillo a estas alturas con el separatismo catalán es engañarse y engañar en vano, es querer vender la mula ciega a un perito en mulas y a un experto de la ONCE, con el resultado previsible: la mula de vuelta a casa".

En Abc rebajan el tono del lunes respecto a Alicia e incluso le dedican una entrevista a cargo de Paloma Cervilla en la que titulan con una frase de la protagonista: "Algunos han reaccionado sin conocer el contenido de la propuesta de financiación". Un par de páginas antes destacan una frase de Rajoy sobre Cataluña de ayer mismo: "La gente debería escuchar una verdad que no es la oficial". ¡Glups! ¿Es que aquí en Cataluña nos mienten? Pero si contamos con periodistas tan acreditados como Om, Francino y Barceló. ¡No me lo puedo creer!

Sin embargo, la estrella del día en la prensa de Madrid es la jueza Alaya, que investiga el fraude de los ERE en Andalucía. Sale en la portada de Abc como la mujer de rojo, pero el estilo está, en realidad, en cómo lleva el procedimiento. En La Razón prefieren ilustrar el caso de corrupción con una foto de Cándido Méndez, el dirigente de UGT, sindicato de gran notoriedad en este escándalo. En El Mundo se centran gráficamente en Magdalena Álvarez, la ex ministra de Fomento y última imputada por la juez.

Los periódicos también hablan de otras cosas. Es un tema compartido el caso de la adolescente Alba, asesinada por un ex novio. Alba se llamaba también la niña que fue brutalmente golpeada por su padrastro, hace unos años. A diferencia de la primera, la niña sobrevivió. También consta el caso de un hombre al que le diagnosticaron ser portador del VIH por error. Tres años de vida como mucho le presumieron los doctores. Cuatro después se descubrió, en otro hospital, el Clínico, que se trataba de un error, que no tenía sida, que no era portador, que no estaba marcado. En el ínterin, el tipo perdió a la familia, el trabajo y la casa. Le van a dar 40.000 euros de indemnización y le deberán pagar otros 40.000 de intereses, pero no está claro que los vaya a cobrar.

Un relato verídico de Ferdinand Von Schirach (el libro se titula Culpa y es de Salamandra) cuenta el caso de un hombre acusado de pederastia, en Alemania. Su mujer lo abandonó, lo perdió todo y cumplió íntegramente la condena, tres años y medio. Habían sido "sólo" unos "tocamientos superficiales", de ahí la escasa pena. Los "terapeutas" de la cárcel decían que era un caso perdido. En todo el tiempo que pasó en prisión se negó a admitir su culpabilidad. Al salir de la cárcel, relata Von Schirach, "todas sus pertenencias cabían en la maleta gris que tenía al lado. Algo de ropa interior, unos libros, alrededor de 250 cartas a su mujer que no había llegado a enviar". No era culpable, lo que es evidente desde el primer momento. La gracia del relato está en cómo se descubrió, pasado mucho tiempo, que era inocente.

Otro capítulo: Lluís Foix también escribe en El Punt Avui, con otras firmas estimables. Su artículo de hoy se titula "El periodista soldat" y es una lección de periodismo. También textual: "Recuerdo un consejo que hace unos años me hizo Manu Leguineche, bajo una lluvia de obuses, balas y bombas en la guerra entre Irak e Irán que costó un millón de muertos en los años ochenta del siglo pasado. Era tal el peligro en el que nos movíamos que le dije a Manu que no sabía ni dónde estaba ni lo que estaba pasando. Su respuesta fue categórica: 'Tu explica lo que veas, que la historia ya dirá lo que ha pasado'".