Intento de plante de una veintena de presos en la cárcel Brians 1/ CG

Intento de plante de una veintena de presos en la cárcel Brians 1/ CG

Vida

Conato de motín y huelga de hambre en cárceles catalanas por el coronavirus

Los funcionarios están bajo mínimos y sin recursos ni ayuda para protegerlos

21 marzo, 2020 00:00

Las cárceles catalanas empiezan a sufrir graves incidentes con motivo del coronavirus y la prohibición de recibir visitas del exterior. Una situación que preocupa a los funcionarios de prisiones, que se ven incapaces de paliar unas acciones que cada vez van a peor.

La última se dio el jueves por la noche en Quatre Camins, cuando los presos de los módulos 3 y 4 hicieron una acción coordinada de quema de sábanas que, posteriormente, lanzaron por la ventana. Además, apalearon las puertas y los barrotes hasta tal punto que hicieron saltar los pestillos. Un conato de motín que, por suerte, no llegó a más.

Se multiplican los incidentes en Cataluña

Los funcionarios de prisiones tenían claro que el clima de tensión de las prisiones "se iba a ir calentando". Las insuficientes medidas de la administración --llevadas a cabo por un comité de crisis que no ha tenido en cuenta a los funcionarios de los patios-- han alterado el estado de los presos, que han visto cortadas sus comunicaciones sin más, aunque continúan haciendo vida normal dentro del recinto. De hecho, hace cuatro días, los talleres de las cárceles seguían operativos e, incluso, se hicieron actividades conjuntas entre distintos módulos.

Desde la asociación de funcionarios Marea Blava denuncian la mala gestión del coronavirus en las prisiones, afirmando que el calentón de los presos "es normal" debido a que no se ha hecho un "proceso de pedagogía con ellos para contarles bien qué es lo que está sucediendo". Por ello, además del último incidente en Quatre Camins, en Brians 1 han detenido una huelga de hambre encubierta de una veintena de presos y en Wad Ras trasladaron a varias internas alteradas tras el positivo por Covid-19 de Rosa Peral.

Mala praxis de la administración

La alternativa que se ha elegido al cancelar los locutorios --conversaciones tras el cristal-- y los vis a vis es dar más llamadas telefónicas a los internos. Una decisión que no ha apagado el fuego, ya que algunos tienen otros intereses en las visitas físicas. Y es que, tal y como aseguran desde Marea Blava, "el 95% de la droga que entra en prisión se da en estos encuentros". Algo que está desesperando a presos que, además, "se quedan sin dinero al no poder recibir los ingresos mensuales para tabaco y café" --deben hacerse de manera presencial--.

El modelo catalán de prisiones siempre ha vendido que tratan a los reclusos como si estuvieran en la calle. Pero, ahora, no es así. En centros como Brians 1, donde un solo módulo retiene a unos 250 presos, se hace vida normal. "Todos los internos van a comer juntos y salen al patio a la vez, poniendo en peligro la vida de muchos reos con problemas de salud". Algo que no hacen con los nuevos internos, a los que meten en cuarentena en módulos externos a los centros penitenciarios.

Los funcionarios plantean soluciones y ayuda

"No hay mascarillas. A nosotros nos han dado lotes caducados, los encarcelados nos las ven y aumenta la tensión. Algo que, desde arriba, querían evitar dejándonos sin ellas. Tenemos que adaptar las medidas de la calle a la prisión, aislar a los presos, hacer turnos en los comedores y, sobretodo, concienciar a los internos de lo que está pasando", piden desde Marea Blava. Los funcionarios están bajo mínimos y sin recursos ni ayuda para protegerlos. De hecho, hay dos funcionarios que han dado positivo en las pruebas del coronavirus.

Por ello, piden "minimizar los riesgos" y reducir tiempo y volumen de los internos en los patios, limitar el movimiento dentro de los módulos, hacer turnos para desplazamientos y comidas y, lo más importante, sentarse con los mandos políticos y estudiar la situación con los funcionarios. "Hay conflicto, va a ir a más y algo tenemos que hacer", concluyen desde la asociación. A pesar de estar bajo mínimos, son muchos los funcionarios que se han ofrecido, mediante una lista, para facilitar la vida a los presos: "Tienen que entender que estamos aquí para ellos. No queremos que se ponga peor el tema, o seremos los primeros en pillar", advierten.