Jaume Doncos, propietario de Casa Beethoven, recuerda los atentados del 17A / LUIS MIGUEL AÑÓN (CG)

Jaume Doncos, propietario de Casa Beethoven, recuerda los atentados del 17A / LUIS MIGUEL AÑÓN (CG)

Vida

"Intenté englobar el mundo en la música, pero ni Chopin sirvió de consuelo"

La histórica tienda Casa Beethoven, propiedad de Jaume Domcos, sirvió como refugio a una veintena de personas durante los atentados del 17A

16 agosto, 2022 22:25

La emblemática tienda de música Casa Beethoven, propiedad de Jaume Doncos, se convirtió en un refugio improvisado durante la tarde del 17 de agosto de 2017. Una veintena de personas se resguardaron durante varias horas entre los históricos estantes repletos de partituras y vinilos. Entre ellos, recuerda Doncos, un padre de familia y sus dos hijos lloraban la muerte de su esposa y madre arrollada por la furgoneta mientras paseaban por Las Ramblas.

Aquella tarde, en Casa Beethoven, el propietario puso música clásica para ayudar al grupo a sobrellevar el dolor. “No funcionó”, recuerda. Ni siquiera la música consiguió aliviar el desconsuelo de las víctimas. Cada uno, en silencio, atravesó aquella tarde su propio duelo.

La música no sirvió de nada

Además de la música que sonaba esa tarde, el propietario recuerda el sonido que precedió a la barbarie. “Escuché un ruido diferente al clásico”, expresa Doncos, que lleva 42 años tras el mostrador de la histórica tienda de música. “Tengo cogido el sonido de las Ramblas, pero aquello era diferente”. Cuando se asomó a la calle vio a una persona tendida en el suelo. El primer pensamiento que se le pasó por la cabeza fue que el autor de un atropello se había dado a la fuga, pero muy pronto se dio cuenta de que se trataba de algo mucho mayor.

Casa Beethoven, donde se refugiaron una veintena de personas durante los atentados de Las Ramblas/ LUIS MIGUEL AÑÓN (CG)

Casa Beethoven, donde se refugiaron una veintena de personas durante los atentados de Las Ramblas/ LUIS MIGUEL AÑÓN (CG)

Su tienda enseguida se llenó de gente procedente de varios países. “No había comunicación entre nosotros, así que intenté englobar el mundo en la música pero la tuve que quitar. Hay momentos en los que ni Chopin sirve para nada, en la intimidad cada uno pasó su duelo”.