Un trabajador con una discapacidad física en uno de los Centros Especiales de Trabajo de la Generalitat / CG

Un trabajador con una discapacidad física en uno de los Centros Especiales de Trabajo de la Generalitat / CG

Vida

La inclusión laboral, la tarea pendiente del colectivo de discapacitados

El número de contratos firmados casi duplica a los de 2012, pero la lucha por eliminar más barreras se mantiene en el Día Internacional de las personas con discapacidad

3 diciembre, 2018 00:34

Integrar, integrar e integrar en el mundo laboral. Promover los derechos y el bienestar de las personas, su desarrollo, y concienciar sobre su situación en todos los ámbitos de la vida, ya sea social, política, económica o cultural. Con esos objetivos se conmemora este lunes, al igual que cada 3 de diciembre, el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Una fecha con un significado especial en el calendario desde que fue reconocida por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en 1992.

Hay 3,8 millones de personas que padecen algún tipo de discapacidad en España, según el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI). Las cifras revelan que en los últimos años se han producido avances importantes en el empleo para este colectivo. En 2017 se firmaron un total 110.068 contratos, el mejor registro de la historia. Una cifra superior a los 98.802 de 2016, y que prácticamente duplica los 61.008 de 2012. Pero todavía queda mucho por hacer, como insisten las asociaciones y entidades relacionadas.

Tasas de actividad

Y es que, a pesar de estos avances, la inclusión laboral continúa siendo una de las grandes reivindicaciones de este colectivo. Los últimos datos disponibles muestran que la población con edades comprendidas entre los 16 y 64 años con discapacidad reconocida asciende a 1.840.700 personas, según cifras del Instituto Nacional de Empleo (INE) de 2016. Ello representa un 6,12% sobre el total de la población española entre esas edades. El 57,49% son hombres, y el 42,51%, mujeres.

Una característica significativa de este colectivo sobre su situación laboral es que la mayoría son inactivos (64,84%). Un porcentaje que crece a medida que aumenta la edad y el grado de discapacidad reconocido, como apunta el Informe del Mercado de Trabajo de las Personas con Discapacidad de 2018, que cada año elabora el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).

Ello significa que la tasa de actividad de las personas con discapacidad es de apenas el 35,16%. Un registro que contrasta con el de los no discapacitados, que lo duplica con creces: el 77,98%. La mayor parte de las personas con discapacidad en edad laboral pertenecen al tramo de edad de entre 45 y 64 años, mientras que los menores de 25 años no llegan al 5%.

El 3 de diciembre se celebra el Día Mundial de la Discapacidad / PIXABAY

El 3 de diciembre se celebra el Día Mundial de la Discapacidad / PIXABAY

Niveles de contratación

Según el estudio del SEPE, las dificultades de inserción laboral de las personas con discapacidad se ponen de manifiesto en el porcentaje de representación que tienen estos trabajadores sobre el total. Así, mientras en su caso representa un 6,12% sobre el conjunto de la población española, la contratación apenas alcanza el 1,43% de toda la realizada. El número de contratos registrados en los servicios públicos de empleo durante 2017 ascendió a 21.501.303. De ellos, 308.376 correspondían a personas con discapacidad.

Aunque, eso sí, por quinto año consecutivo los niveles de contratación experimentaron un comportamiento muy positivo, con un aumento del 15%. Según sus registros, en 2017 se comunicaron 40.216 contratos más que en 2016. Una tendencia que también se da entre las personas sin discapacidad. Como ya ocurrió en años anteriores, los hombres firmaron más contratos que las mujeres (61,60% y 38,40%). Una desigualdad mayor que la que se produce entre las personas sin discapacidad: 56,05% y 43,95%, respectivamente.

Qué significa ser discapacitado

El término discapacidad se usa para definir una deficiencia física o mental, como la sensorial, cognitiva o intelectual, la enfermedad mental, o varios tipos de enfermedades crónicas.

Las personas con discapacidad, la "minoría más amplia del mundo", según la ONU, suelen tener menos oportunidades económicas, peor acceso a la educación y tasas de pobreza más altas. Eso se debe principalmente a la falta de servicios que les faciliten la vida, y porque disponen de menos recursos para defender sus derechos. A estos obstáculos cotidianos se suman la discriminación social y la falta de legislación adecuada para su protección. Entre otros problemas, sufren el de la violencia: los niños discapacitados, por ejemplo, tienen cuatro veces más posibilidades de ser víctimas de actos violentos. La misma proporción que los adultos con problemas mentales.

Discapacitados y logo de la ONU / PIXABAY

Discapacitados y logo de la ONU / PIXABAY

Eliminar barreras

La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad reconoce que la existencia de obstáculos a la integración es una causa esencial de la marginación de las personas con discapacidad. Eliminar estas barreras es fundamental. La accesibilidad y la inclusión son derechos básicos, e imprescindibles para poder disfrutar de otros.

El texto reivindica también que las personas con discapacidad puedan llevar una vida independiente, y participar de forma activa en el desarrollo de la sociedad.  Empoderarlas, y garantizar su integración e igualdad resulta imprescindible para asegurar un desarrollo sostenible, inclusivo e igualitario. Y, de esta manera, poder cumplir con la Agenda 2030.

Inclusión

Diferentes asociaciones, fundaciones y ONG trabajan para fomentar la creación de empleo y oportunidades para las personas en riesgos de exclusión social. El Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada publicó en junio un informe sobre la situación de la integración laboral en España, en el que se destacan algunas. El documento constata que en las últimas tres décadas se ha visibilizado la discapacidad en la sociedad y en el mercado laboral, aunque los expertos reconocen que todavía queda mucho camino por recorrer.

Entre las empresas y fundaciones en cuestión destacan algunas como las fundaciones ONCE, Adecco, Randstad, Mapfre, Vodafone, GMP, A la par, Juan XXIII Roncalli; o los grupos Sifu, Siro, BBVA, Repsol y Sanitas.