Huye del aula: así es el 'escape room' educativo

"Debéis seguir todos los enlaces a las pruebas y completarlas en 45 minutos. El tiempo comienza... ¡ya!". Así empieza uno de los escape rooms desarrollados por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) en el marco del proyecto europeo School Break, inserto dentro del programa Erasmus+. La idea es sencilla y estimulante: combinar los mecanismos recreativos de los cuartos de escape con objetivos curriculares.

Lo explica Daniel Aranda, investigador del grupo GAME (Grupo de Investigación en Aprendizajes, Medios y Entretenimiento) de la UOC, unidad que ha desarrollado cuatro alternativas enfocadas al alumnado adolescente. "El escape room es la excusa para hablar de algo más. Siempre que se realizan actividades lúdicas en espacios educativos, tras el juego se realiza un debate. No solo se trata del aspecto lúdico, sino también del formativo", argumenta.

Abajo los muros

Una de las iniciativas del centro académico se titula No more walls (No más muros, en inglés) y trata sobre la problemática de los refugiados. A través de un itinerario que imita una zona fronteriza, los participantes deben superar un conjunto de actividades hasta obtener la victoria. El objetivo es común, aunque el grupo esté formado por entre una y seis personas.

Además, para que todos los grupos estén equilibrados, cuando uno acabe de resolver sus enigmas y haya obtenido la combinación de su cerrojo --el botín está dentro de un cofre--, puede ayudar al resto de equipos más atrasados. Las pesquisas, pues, se llevan a cabo en comandita entre los estudiantes de secundaria.

Un aula con alumnos de secundaria / EUROPA PRESS

Debate público

¿Cómo se eligen los enfoques de los escape rooms? “Desde la UOC hemos elegido temas que circulan socialmente, como el género, la inmigración o la creatividad. Los profesores de instituto no están formados en muchas ocasiones en estas temáticas, pero se hace necesario incluir estos aspectos en la formación de los alumnos. Trasladarlos a clase con estos juegos es más fácil", cuenta Aranda.

En concreto, la modalidad desarrollada por estos académicos encaja dentro de los breakout. En este caso, los jóvenes deben abrir una caja cerrada con diferentes tipos de candados activables mediante códigos que obtienen cuando vencen las etapas sucesivas del juego. En otros casos, la propia aula se convierte en un escape room convencional de donde deben huir los adolescentes.

Aplicaciones infinitas

Este grupo universitario ha alumbrado otras dos creaciones: una sobre los aspectos relacionados con el pensamiento lateral e innovador, otra para reflexionar sobre la diversidad sexual. Pero en el proyecto hay donde escoger. Una universidad alemana ha diseñado una carrera de obstáculos para aprender sobre economía, mientras que un laboratorio tecnológico de Italia ha lanzado un escape room para formarse en ciberseguridad.

Las aplicaciones son variadas, la metodología encaja en todo tipo de propuestas. De hecho, ya son varios los institutos catalanes interesados en estas opciones de enseñanza, como revela Aranda. Cada una de las alternativas cuenta con una guía detallada para uso de los docentes. Basta planificar la sesión, empezar a jugar... y escapar para aprender.