Cataluña vivirá a finales de noviembre, si nada lo impide, la primera huelga de médicos de atención primaria en diez años. La convocatoria ha concitado un amplio consenso en torno a cuestiones básicas como el aumento del presupuesto destinado a los ambulatorios, la necesidad de recuperar el poder adquisitivo de los facultativos, mermada durante los recortes acometidos por CiU --ahora PDeCAT--, la ampliación de plantillas, la reducción de la carga de trabajo o el refuerzo de áreas al límite como la pediatría o la atención sexual y reproductiva (Assir).
Ante esta convocatoria, a la que están llamados a participar cerca de 6.000 sanitarios y personal de centros de atención primaria (CAP), el sindicato de médicos políticamente neutral de Cataluña, Simecat, se moja. La primera cuestión es evidente. ¿Por qué una huelga? "Nuestra agrupación ha respaldado la convocatoria porque la primaria está colapsada. Las reclamaciones que hacemos a la Consejería catalana de Salud son necesarias y urgentes. Piense que hay áreas básicas de salud (ABS) donde dos profesionales visitan a 200 pacientes al día. Las listas de espera han aumentado y los enfermos ven cómo deben esperar dos o tres meses para visitar a su médico de cabecera. La atención de proximidad no existe: cuando le duele algo, la gente se va al hospital, con lo que colapsa las urgencias hospitalarias. Por no hablar de áreas como pediatría o la Assir, que están en situación de insostenibilidad", responde Álex Ramos, secretario general de Simecat.
"Ahora los que enferman son los médicos"
El galeno recuerda que los ambulatorios catalanes se enfrentan a retos hasta ahora inabordados. "Hay un movimiento poblacional de Barcelona al área metropolitana por los altos precios de los alquileres. Ello redunda en una mayor presión asistencial en algunos centros que no se está cubriendo. Y nos enfrentamos a la cronicidad de las enfermedades. Todo ello provoca que los profesionales trabajen bajo continuo estrés. ¡Es que ya no pueden ni mirar al paciente a la cara! Dos minutos de visita y al siguiente. Todo lo citado provoca un efecto terrible: son los médicos catalanes los que están enfermando", agrega el doctor Ramos.
Imagen de un ambulatorioo centro de atención primaria (CAP) de Cataluña / ICS
Este escenario no se ha configurado de la noche a la mañana. El facultativo recuerda que en 2008, el sistema sanitario catalán tenía parámetros de excelencia. "Los recortes sanitarios hicieron mucho daño", lamenta. En este sentido, desde Simecat subrayan la pérdida de unos 1.000 sanitarios, entre un 10% y un 20% de presupuesto, bajadas salariales y un impacto en los ajustes que llegó al millón y medio de personas en Cataluña desde 2010. "Esta situación no se ha revertido, y desde el Govern no paran de repetir que necesitamos la república para mejorar la sanidad. Es recochineo", remacha.
"Se gasta dinero público en lo que no toca"
En este sentido, Ramos hilvana una crítica contundente contra las prioridades del Govern que conforman Junts per Catalunya (JxCAT) y ERC. "Dicen que no hay dinero para la atención primaria --los médicos piden un 19% del presupuesto regional para este nivel asistencial, cuando el guarismo actual ronda el 16%-- pero lo gastan en otras cosas. En embajadas, diplomacia exterior independentista y demás. Cuando la educación y la sanidad no se han recuperado de los recortes que se ejecutaron a partir de 2010. Creemos que no se está priorizando lo importante para financiar la senda independentista", recuerda el sanitario.
Alba Vergés (d), consejera catalana de Salud, en el Parlamento catalán junto a diputadas de otros partidos / EFE
En el mismo terreno político, Simecat ha detectado un cambio en la Consejería catalana de Salud desde 2016, cuando ERC cogió las riendas de la misma y no las ha soltado desde entonces. "Los consejeros Comín y Vergés son gente que tiene preparación en otras cosas, pero no conocen el sistema. Los republicanos los colocaron en el departamento que más presupuesto público autonómico consume para hacer aquello que ahora se comenta tanto: ensanchar la base secesionista", razona Ramos. ¿Cómo lo explica? "ERC pensó que eligiendo a perfiles progresistas en la Consejería conseguiría atraer a votantes del mundo de los comunes al independentismo. Este partido y el PDeCAT utilizaron la sanidad para crear nuevos independentistas", concluye siguiendo la misma línea argumental.
"Plan de choque contra la gripe"
Habida cuenta de que para Simecat el procés independentista ha sido una etapa "nefasta" para la sanidad catalana, el sindicato pone sobre la mesa una batería de soluciones para tener en cuenta durante la huelga en los ambulatorios --del 26 al 30 de noviembre--, pero también después. "Salud debe poner antes de invierno en marcha un plan de choque para evitar el colapso de los centros de atención primaria durante la epidemia de gripe como pasó en 2017. La primaria es la puerta de entrada al sistema. Si está taponada, el paciente se va al hospital, donde colapsa las urgencias", indica su secretario general. Hay más. La agrupación exige "recuperar los médicos perdidos, el poder adquisitivo y los recursos públicos" que restaron los recortes de CiU.
Imagen de un paciente siendo tratado en un ambulatorio catalán / EP
Según la representación de la parte social, existen también intangibles que hay que trabajar. "Está la empatía. Hay que poder mirar al paciente a a cara, escucharlo. Esto se está perdiendo porque cada vez tenemos que rellenar más formularios", alertan. Sobre todo y a las puertas de la movilización, el sindicato hace hincapié en que los médicos deben poder "conciliar" su vida laboral y familiar. "Hay que bajar ratios de pacientes por facultativo a los 1.000 o 2.000 como máximo. Es perentorio", recalcan. De lo contrario, avisa Ramos, la sanidad pública catalana seguirá sumida en la "precariedad".
Concluye Ramos que estas medidas son el mínimo común para recuperar un sistema sanitario, el catalán, que "está saliendo peor de la crisis que el del resto de España". Según él, "no hay base para ello, pues la sanidad española es eficiente por el dinero que se invierte en ella. Alguien debería preguntarse qué está ocurriendo en Cataluña para que se esté perdiendo esa excelencia y la comunidad se esté quedando atrás y sin médicos, pues los profesionales se marchan a otras regiones", zanja.