Investigadores del Hospital del Mar han descubierto que la estimulación de una estructura del cerebro llamada ínsula hace variar diversos factores de la actividad del corazón.
En un comunicado este viernes, el centro ha explicado que la evidencia de la influencia de la ínsula como reguladora cardíaca, tanto de la frecuencia como de la capacidad de contracción del músculo cardíaco, abre la puerta a nuevos estudios en el campo del fallo cardíaco, las arritmias y la muerte súbita en epilepsia.
Cerebro dentro del cerebro
La ínsula está situada en la profundidad de la masa cerebral y está considerada como "un cerebro dentro del cerebro", a pesar de que se conocen poco sus funciones, según el hospital. Los resultados se han obtenido analizando las reacciones del corazón a la estimulación artificial de la ínsula, a través de electrodos, en diez pacientes con epilepsia refractaria al tratamiento.
Así, los investigadores transmitieron impulsos eléctricos mientras los pacientes estaban despiertos y se registraron las variaciones en el ritmo cardíaco, el volumen sistólico --cantidad de sangre que el corazón expulsa a la aorta durante su contracción--, y el volumen de sangre expulsada en cada contracción. En concreto, la cantidad de sangre que salió se redujo en 0,33 litros por minuto en función del nivel de estimulación. El volumen sistólico, por contra, se incrementó entre un 2% y un 3%, en función del lado de esta parte del cerebro que fue estimulada. El ritmo cardíaco cayó, en todos los casos, entre cuatro y cinco latidos por minuto.