Vida

Historia de una niña acosada por una pegatina de España, en 'Abc'

El "Luisma" de Podemos debuta en el Ritz de Madrid y encuentra una "base política" en los asesinatos terroristas. El gran Fernando Arrabal escribe de fútbol y de España, también en el Abc.

24 junio, 2014 11:05

El líder de "Podemos", Pablo Iglesias, estuvo ayer en el Ritz y sale hoy en todos los periódicos. Con este eurodiputado también se ha cumplido la regla de la alcachofa y el político, una combinación explosiva cuando el micrófono está abierto y el orador, crecido. Pablo Iglesias es nuestro Demóstenes de última hora, profesor universitario y asesor bolivariano. El causante de un terremoto en la izquierda cuyo balance de daños sólo ayer es que el PSOE ha decidido abstenerse en el proceso de blindaje penal del Rey abdicatario. El PSOE, que ha hecho del aforamiento toda una categoría en materia delictiva. Y Pablo Iglesias, que dice que el terrorismo de ETA "tiene una base política". Un crack este Iglesias, el "Luisma" de la cuarta, la quinta y la sexta televisión. Debutaba nuestro hombre en Caracas en el circuito de desayunos informativos y tras soltar semejante boludez se despidió del público asistente (que hay que tener ganas y tiempo libre para comenzar la semana con una pedrada de Iglesias) con un "libertad, igualdad y fraternidad", que es como el "ite, missa est" de los "podemosboys".

Leída la intervención del demiurgo de los años de plomo vascos no cabe más que compadecer a sus alumnos y rogar que no se tomen al pie de la letra sus enseñanzas. La demagogia de Iglesias y de Monedero (un tipo que reivindica al "viejo profesor" Galván y se presenta como un "joven profesor") es aterradora. Recuerda aquellos tiempos en los que se encajaban los asesinatos de guardias y policías con un "algo habría hecho", a la "lógica" sanguinaria, a la justificación de la violencia. Lo de Iglesias en el Ritz no fue apología de ETA. Fue peor, fue una ofensa a las víctimas, fue bailar sobre las tumbas de casi mil muertos cuyos asesinatos tuvieron, según este individuo, a la sazón eurodiputado y ¡profesor! universitario, una "base política".

A Alfonso Ussia, en La Razón, le parece que Iglesias ha profanado el Ritz de Madrid (que a estas alturas de la vida ya es como un "nh" de Logroño). El columnista pasa, y seguramente hace bien, de lo que dijo el personaje y se centra en la nutrida concurrencia. Escribe Ussia: "Pero allí estaban todos. Las grandes empresas representadas, los personajes buganvilleros de la sociedad madrileña, absurdos trepadores. Y mucha prensa, que eso lo domina el singular Coletas. Habló a la casta a la que ya pertenece con suave llama, que tampoco era su intención inflamar el salón". Tampoco comenta lo del ciudadano que quiso reventar la charleta, el camarero que frenó a los antidisturbios en una manifa de huelga general, que resulta que tiene una hija en Venezuela y le fue a cantar las cuarenta a Iglesias por consejero revolucionata del chavismo.

Vodevil en Madrid y eso que sólo era lunes y hoy es laborable allí. Además de lo del camarada comisario, los periódicos abordan dos grandes expedientes: el ya citado aforamiento de Juan Carlos y la letra pequeña de la rebaja de impuestos del Gobierno, que esconde particularidades como que las indemnizaciones por despido tributarán a partir de dos mil euros por año trabajado, lo que permite a la prensa editada en Barcelona atizar a Montoro. Comparado con los leñazos al titular de Cultura José Ignacio Wert, el tratamiento al de Hacienda es caza menor, un entretenimiento a la espera de que vuelva a hablar sobre Cataluña García-Margallo.

En ese panorama destacan tres piezas. Toni Bolaño, en La Razón, desmenuza el fichaje del ex socialista Albert Batlle para director general de los Mossos. Batlle forma parte de la plataforma "Progresistas por Mas", una especie de bote salvavidas patroneado por el consejero de Cultura también ex socialista Ferran Mascarell.

María Jesús Cañizares, en Abc, entrevista a los padres de una niña agredida por llevar una pegatina con la bandera de España. Es una historia impresionante, uno de esos apuntes al natural del panorama catalán que dejan impronta. La noticia del día, sin duda, en el capítulo del "proceso". Escribe Cañizares: "'Son cosas de niños', le dijeron a Mónica Zarco y a Antonio Hernández en el colegio de su hija cuando esta apareció en casa con el ojo morado. Tenía siete años y el motivo de la agresión fue llevar una pegatina con la bandera española en la carpeta de lengua castellana. En la de catalán llevaba la 'senyera'".

Y continúa:

"'Los insultos empezaron poco después de la manifestación de la Diada de 2012. Ha sufrido un calvario', explica a Abc Hernández, matemático de profesión y residente en Sabadell (Barcelona), quien la semana pasada acudió con su esposa a la Comisión de Asuntos Institucionales del Parlamento [autonómico] catalán, con la esperanza de recibir el apoyo de los partidos políticos. Pero ocurrió todo lo contrario: CiU, ERC, ICV y PSC rechazaron una propuesta de resolución presentada por el PP para garantizar la pluralidad, la tolerancia y la convivencia 'democrática y pacífica' en las escuelas. Solo Ciudadanos votó a favor de la iniciativa de la diputada María José García Cuevas, quien abogó 'por una enseñanza no politizada en la que esté garantizada la libertad de pensamiento'. (...) 'He estado a punto de levantarme y hablar, pero en el Parlamento [autonómico] no se puede ¿verdad?', comenta Mónica. No esconde su decepción, pues al dolor sufrido por el acoso a la pequeña, que estudiaba en la Escola Pia de Sabadell, se une ahora la indiferencia de determinados políticos. 'Los niños se fueron envalentonando. Un día le dijeron a mi hija que si era española, que no podía ser catalana. Otro día, que sus padres eran una mierda y cosas por el estilo. Hasta que la amenazaron con tirarla por la ventana si hablaba en castellano. Pensamos que hasta ahí habíamos llegado'. Acudieron al Defensor del Pueblo, quien les remitió al Síndic de Greuges, competente en Cataluña y que analiza el caso".

Una pegatina de la bandera de España, una Escola Pia y un ojo morado. Y ahora se suma una concentración de Som Escola y el perfil cívico, pacífico y festivo de la cosa, todo ello animado por algún becario de Tortell Poltrona. Miedito o lo siguiente.

El artículo imprescindible también está en Abc. Lo firma Fernando Arrabal en la Tercera del diario madrileño y se titula "¡Viva el equipo de España!". Arrabal, una gloria viva, el genio. Escribe:

"El fútbol me encanta. Casi tanto como el ajedrez. Con el fútbol vuelve el pasado. Durante 90 minutos. Con versos surrealistas. Y aún mejor: con poesía patafísica. Pero siempre celebrando la ceremonia de la confusión. Con el embrujo de la inexactitud. La levitación es mucho más barata que la telepatía de alta definición. El fútbol es un deporte... ininterrumpido. Sin fracturas. Se ve de corrido. (...) Nuestro arcaísmo exhibe su viejo fútbol. Verraqueante. ¡Con tanta emoción! El deporte de las catacumbas. El deporte sobre el cual cualquiera (incluso yo mismo) puede decir cualquier cosa. Un juego de azar como el mus. O el burro. Mejor aún un juego de confusión. Pánico. Digno de Kurt Gödel y de Jardiel Poncela. A pesar de todo, el resultado del encuentro es siempre inopinado. Y apasionante. El gol es la excepción. Un churro. O un portento de leyenda. Se comprende que los jugadores de Argelia invocaran, en letanía, con la faz en el suelo del 'corner', el formidable acaso. Y que los cristianos, con dos dedos, señalen el cielo, artífice de tan increíble casualidad. El universo solo es una componenda entre partículas elementales".

No hay digresión en el texto de Arrabal, todo es pureza, concentración y orfebrería sintáctica: "Por ejemplo, intrínsecamente podríamos afirmar 'Spain, the end' (NYT) si encontráramos un modelo que resolviera la noción de verdadero. El modelo clásico es el de Euclides: 'Una sola paralela pasa por un punto'. Pero si adoptáramos el modelo riemanniano (que parece más coherente) tendríamos que modificar el enunciado. 'La mayoría de los jugadores hispanos estaban cansados' (Clarín, Argentina) es un contra-ejemplo con un sistema de 'axiomas' que parece perfecto. En realidad, es únicamente 'recurrente'. Pues después de haber brillado en medio mundo y en la final de Lisboa... etc, etc...".

Y remata: "Aunque siempre soñaremos, en los estadios, con los 'Luis-Candelas' de la insumisión. Con un equipo de Bakunines del fútbol. Con un corro de conquistadores calzando botas de siete leguas. Con los 'siete niños de Écija' de la subversión. Con legionarios asaltando el Monte Parnaso. Y pies de bailarina".

24 de junio, San Juan.