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Normas tecnológicas: “Los menores pasan dos meses consecutivos al año delante de una pantalla”

Los acuerdos digitales descargables para lograr establecer unas normas equilibradas sobre el uso de los dispositivos móviles en casa se imponen como solución

26 septiembre, 2022 00:00

La relación actual con la tecnología que tienen nuestros hijos en nada se parece, desde luego, a la de sus padres. Los más jóvenes, nativos digitales, no entienden la vida sin un dispositivo móvil cerca. Está completamente integrado en su día a día, aunque el uso intenso de las pantallas es fuente ya no solo de discusiones familiares, también tiene efectos nocivos en la salud. Por eso establecer unas normas sobre su uso y mantenerse firme ante ellas puede ser una solución para lograr un equilibrio digital que contente a ambas generaciones.

“A poco que las familias se descuiden, los hijos se empantallan desde bien pequeños”, lamenta Eduardo Cruz, CEO de Qustodio, plataforma de seguridad y bienestar digital para familias. Por ello, cree que, en cuanto tienen uso de razón, comienza a ser buen momento para establecer unas normas tecnológicas en casa. “Vale más poner las normas desde el principio que enfrentarse tarde al problema”, opina.

Dependencia de las pantallas

Y es que el problema del que habla no es pequeño. Según el último informe de Qustodio --Del cambio a la adaptación: viviendo y aprendiendo en un mundo digital-- los menores pasan de media cuatro horas al día conectados a una pantalla fuera de las aulas, un total de 1.460 horas al año o, lo que es lo mismo, la mitad del tiempo que dedicamos a dormir. “Si sumamos todas estas horas, estamos hablando de dos meses continuos al año, es una barbaridad, les genera una dependencia y una adicción de las que luego no es sencillo huir”, confirma Cruz.

Por consiguiente, ve fundamental que el acuerdo regule, entre otras cosas, el tiempo máximo de uso y su funcionalidad, que dependerá de si utilizan pantallas en el colegio, si hacen extraescolares online, si ven vídeos… “Una buena vara de medir es examinar si su vida online limita su vida offline”. Si eso ocurre, sentencia, es el momento de reducir el tiempo de pantallas. “Cuanto más atractiva sea su vida offline, menos tiempo dedicarán a su vida online”, explican desde Qustodio.

Uso de videojuegos

Otro de los temas que debe regular el acuerdo es el manejo de videojuegos, cuya edad mínima de uso variará mucho en función de la educación y la madurez de cada niño. Pero un punto sobre el que partir pueden ser las actividades y relaciones sociales que haga el niño.

Un bebé mira un contenido diseñado para captar su atención en la pantalla de un móvil / Karolina Grabowska - Pexels

Un bebé mira un contenido diseñado para captar su atención en la pantalla de un móvil / Karolina Grabowska - Pexels

“Si el menor todavía no queda con sus amigos a practicar algún deporte, a ver una película, o a invitarlos a casa, ¿por qué sí que puede hacerlo a través de videojuegos en internet?”, inquieren desde la compañía que fomenta la desconexión. “En la medida de lo posible, los menores no deberían tener una vida online más importante que su propia vida real”, sostiene.

Conocer a gente a través de la pantalla

Algo a lo que hay que prestar atención es a cuándo y cómo establecen relaciones online, ya sea a través de redes sociales o videojuegos. Cruz considera peligroso que conozcan a gente tras la pantalla que nunca hayan visto en persona. “Internet está plagado de perfiles anónimos que pueden usar cuentas para cualquier objetivo”, señala el CEO de Qustodio. Así, se debe “procurar que hable y juegue con sus amigos de verdad y que no establezca nuevas relaciones” en un mundo que no controlan, el de la red.

Cruz recomienda también que, en caso de que los más jóvenes tengan perfiles en redes sociales, estos sean privados y sólo cuenten con sus amigos. “Hay jóvenes de 14 años que tienen miles de seguidores en Instagram, de los cuales no conocen en la vida real ni tan solo a un pequeño porcentaje”, apunta.

Niños jugando con dispositivos móviles / Jessica Lewis - Pexels

Niños jugando con dispositivos móviles / Jessica Lewis - Pexels

Recuerda que una relación sana con las redes sociales es la de forjar amistades en persona y, después, seguirles en Instagram. Nunca lo contrario, “les sigo en Instagram, son mis amigos”. Esta actitud puede afectar a las relaciones en el futuro, como una realidad con la que ya se han chocado, la de adolescentes que inician sus relaciones sociales o sentimentales solo a través de las redes sociales.

Acuerdos digitales descargables

Para ayudar a las familias a poner unas normas tecnológicas sensatas, Qustodio ofrece dos acuerdos digitales descargables. Uno está dirigido a menores de 8 años, que empiezan a dejar su huella en el mundo digital. El otro, está enfocado a preadolescentes y adolescentes. Estos acuerdos pretenden ser, en palabras de Eduardo Cruz, “un trampolín para la comunicación familiar” para salvar la distancia digital que separa a padres e hijos.

Un adolescente escucha música en su móvil / PIXABAY

Un adolescente escucha música en su móvil / PIXABAY

No obstante, además de la firma de los acuerdos, es necesario que las familias hagan una reflexión profunda. En demasiadas ocasiones son los propios progenitores los que incentivan que los menores estén pegados a una pantalla, la alternativa más eficaz y sencilla para que estén quietos y en silencio. “De vez en cuando no es malo, pero se debe evitar que las pantallas se conviertan en una especie de chupete digital”, remarca. Si esto ocurre en la más tierna infancia, será más complejo establecer relaciones sanas con lo tecnológico a lo largo de la vida del menor.