Bombillas led encendidas, en una imagen de archivo / CG

Bombillas led encendidas, en una imagen de archivo / CG

Vida

La hegemonía del led en la iluminación

La normativa europea que prohíbe el viejo alumbrado empuja a la industria hacia el dominio total de las bombillas ‘limpias’

13 septiembre, 2016 00:00

El led se hace con la industria de la iluminación; ni bombillas incandescentes, ni de bajo consumo, ni halógenas. Los fabricantes de bombillas tienen muy claro que ninguno de estos tipos de luz sobrevivirá y que el led se impondrá. Hace siete años, la Unión Europea puso en marcha un plan para eliminar las bombillas que más contaminan y sustituirlas gradualmente por otras más limpias.

El plan prohíbe de forma progresiva a los fabricantes elaborar sistemas de iluminación que incorporen componentes electrónicos contaminantes. La primera fue la incandescente; después, una clase de halógenas. Este 1 de septiembre entró en vigor la eliminación de los conocidos popularmente como “focos halógenos”. Esto no significa que desaparezcan de las tiendas de un día para otro, sino que dejarán de fabricarse; los comercios podrán terminar de vender sus existencias.

Carencias tecnológicas

El plan inicial de la UE era la sustitución de la totalidad de halógenos este año. Las bombillas led se postulaban como suplentes, aunque su tecnología e implantación en la sociedad no convencían a los fabricantes a la hora de hacer el cambio total. Así lo trasladaron a las instituciones comunitarias, que aplazaron la eliminación de algunos tipos de halógenos hasta 2018.

Uno de los motivos principales era la voluntad de suavizar el impacto económico que pudiera tener en las familias, según Ricardo Pomatta, el director técnico de la asociación de fabricantes y distribuidores (Anfalum). Explica que, aunque en los últimos años el precio de las bombillas led ha disminuido notablemente, el coste es mayor que el de otros tipos de iluminación. “En todo lo demás, supone un ahorro: a la larga, ya que duran más, y con respecto al medio ambiente”, asegura.

Las carencias tecnológicas son otras de las razones por las que la industria no estaba preparada para hacer el cambio de golpe. Pau Prat, director de la tienda de iluminación de Barcelona Biosca & Botey, indica que las bombillas halógenas son más brillantes y más fáciles de regular, por ejemplo.

El bajo consumo, un espejismo  

Hace unos años, las bombillas tradicionales ya empezaban a tener menos presencia, y parecía que eran las de bajo consumo las que se iban a imponer como la alternativa ecológica. Pero “estéticamente, no gustan”.

Prat lo ha visto en su empresa, Biosca & Botey; hace unos tres años, sus clientes dejaron de pedirle bombillas de bajo consumo, y, ahora “están saltando de los catálogos”, asegura. Las led, en cambio, son más decorativas. Actualmente, algunas imitan las antiguas, con filamentos visibles a semejanza del cobre.

Los halógenos, el 10% de las ventas

En estos momentos, solo el 10% del total de ventas de iluminación en España corresponden a bombillas halógenas, según Anfalum. Por esa razón la mayoría de los establecimientos del sector tienen muy pocas existencias de este tipo lámparas, tal y como explica Sebastià Esteban, de la empresa dedicada a proyectos de iluminación Lumen Serveis.

Los fabricantes han dispuesto de años para adaptarse desde que se anunció la intención de Bruselas de eliminar del mercado las bombillas tradicionales. “Cualquier profesional lo tenía que prever; hemos tenido tiempo para prepararnos y estaba claro que el producto quedaría obsoleto”, apunta Esteban.   

El portavoz de la asociación asegura que, en general, los fabricantes se muestran satisfechos y se han adaptado bien a la medida. Anfalum prevé que los fabricantes españoles cumplan con los plazos impuestos por la UE.