La industria alimentaria de España ha encendido las alarmas ante el temor de que se repita la crisis de la gripe aviar que marcó 2006. El Gobierno de Polonia ha restringido esta semana el acceso a varias granjas agrícolas en el sur y el oeste del país tras detectar la enfermedad en tres pollos muertos.
Estaban infectados con el H5N8, una de las cepas del virus que afecta solo a los animales. La comunidad científica considera que es una de las menos peligrosas para los humanos (no existen precedentes de mutación), aunque eso no ha impedido que las autoridades de países como Bulgaria, Grecia, Alemania o Francia se preparan ante la posible expansión en el continente.
Situación en Asia
La situación es peor en Asia, el primer continente en detectar la gripe aviar en humanos. Fue en Hong Kong en 1997. Las autoridades de la misma ciudad han confirmado este viernes un segundo caso humano de infección por el virus en un hombre de 70 años. El pasado domingo falleció el primer enfermo, de 75 años. Ambos estaban afectados por la cepa H7N9 del virus, una de las más mortales que ha dejado la trágica cifra de más de 200 fallecidos desde que apareció en China en marzo de 2013.
Japón ha sacrificado en las últimas semanas a más de 924.000 aves por el nuevo brote y en la vecina Corea del Sur han muerto dos gatos afectados por el H5N6, otras de las cepas más contagiosas para el ser humano. En lo que llevamos de invierno, este país ha sacrificado a más de 25 millones de aves afectadas.
Lejos de la situación de 2016
Con todo, la situación está lejos a la de 2016. Fue un anuus horribilis con 115 casos de infección en humanos y 79 muertos. El virus llegó por primera vez a Turquís y Egipto, aunque el peor impacto lo sufrió México.
La comunidad internacional tomó medidas a partir de ese momento y se han hecho progresos en el control de la propagación del virus en las aves de corral. En 2014 se reportaron 88 casos de infección y 59 muertes y el descenso fue aún más acusado en pasado ejercicio. Por ello sorprende y preocupa el repunte de las últimas semanas.
Impacto básicamente económico
En Europa los casos que se han identificado, incluso en el momento más duro de la infección, han sido en aves. Por ello los más preocupados ante la situación actual son los industriales, ya que sufren el impacto básicamente económico del sacrificio en criaderos y la caída de consumo por los mitos que existen alrededor de la enfermedad.
Los profesionales recuerdan que para evitar el contagio lo más importante es la limpieza de las instalaciones y que los estándares que marca Bruselas en este sentido son altos. Poca cosa se puede hacer con las infecciones por aves migratorias, pero en los criaderos una buenas prácticas agrícolas son esenciales.