Cada semana nacen 10 nuevas aplicaciones pornográficas que superan los controles de Google y se instalan en su macrotienda virtual a la que accede todo tipo de usuario –-menores incluidos-- con un dispositivo Android. Lo revela la investigación de esta compañía de seguridad informática establecida en Bratislava (Eslovaquia), Eset, fundada en 1992. Una vez descargadas, estas aplicaciones que esconden su verdadero contenido pornográfico, no representan un problemas para los datos personales de los usuarios, pero sí los redireccionan a webs con contenido prohibidos sin su consentimiento. Además, el redireccionamiento hará que el usuario gaste más en datos, afectando su tarifa a finales de meses.
Para detectar estos tipos de malware, la compañía Eset aconseja a los usuarios leer las reseñas de los clientes de Google Play antes de descargarse una aplicación. A menudo son los mismo usuarios que advierten sobre la peligrosidad del producto tecnológico ofrecido en el canal oficial de Google Play, antes de que el mismo gigante tecnológico se haya dado cuenta de que en sus escaparates se han colados productos caducados.