Las penas, a partir del uno de enero, por poner en relación a clientes y conductores podría llegar a dos años de prisión y 300.000 euros de multa. Brandet ha señalado que los clientes corren un verdadero peligro al viajar en coches que podrían no tener el seguro adecuado en caso de accidente.
Uber ya ha sido prohibido en España, Bélgica, Holanda, Tailandia y diversos punto de los Estados Unidos. También fue vetado en Alemania por un tribunal de Francfort pero fue restablecido posteriormente.